○8○

7.4K 824 750
                                    

Marinette

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Marinette

 Cuando aquel terrible pinchazo se sintió en mi pierna derecha, sentí mis fuerzas desfallecer. Mis párpados se sentían pesados y me costaba respirar. Un escalofriante ardor inundó todo mi conocimiento y tenía las horribles ganas de gritar de dolor. Apreté mis dientes con fuerza y me mordí la lengua para aliviar el dolor

  —Al-Algo me ha picado—dije mientras sentía que las ganas de mantenerme en pie me iban abandonando poco a poco—no... no puedo respirar. 

 De repente la silueta de Chat Noir comenzó a verse borrosa hasta difuminarse en una nada completamente negra que se llevó todos mis sentidos.  

○○○

Chat Noir

  La cara de pánfilos que me traían todos, provocó que me hirviera la sangre. No me jodas, vengo hecho mierda, con una tía que se me está muriendo y lo único que hacen es contemplar como si esto fuera un desfile. Solo porque llevo a la chica en brazos, sino, os juro por mi vida que me liaba a repartir ostias a todos.

 —¡Tú, conmigo! ¡Y tú trae un puto cubo de agua, joder!—grité, mientras que entraba como alma que lleva el diablo a la cabaña.  

  La tumbé sobre mi cama y sin saber muy bien que hacer a continuación, me quedé observándola «luego soy yo el que se queja» ¿Y que coño hago yo ahora?

 Despeiné levemente mi cabello mostrando nerviosismo y me dediqué a pasearme por la estancia. 

 —Una serpiente...—maldije para mis adentros—si no tengo ya bastante problemas, ahora va y le tiene que picar una puta serpiente. 

 —¿Qué ha pasado?—preguntó Alya llegando atropelladamente, se sentó al borde de la cama y posó una de sus manos sobre la frente de Marinette. 

  —Le ha picado una serpiente—expliqué, y me encogí de hombros como si fuese obvio. 

  —He traído un cubo de agua helada—explicó. 

  —No me digas—sonreí con ironía y le di un aplauso—premio. 

  —Será mejor que dejes tus idioteces—me interrumpió—esta chica está muy mal. Deberíamos llevarla a un experto. 

  —Ni de coña—me negué—esta no sale de aquí. 

  —Escucha...—comenzó a decir, pero yo la corté de golpe. 

  —¡He dicho que no se mueve de aquí, y punto!—farfullé—¿Sabes cuantos de nosotros nos hemos puesto enfermos? Todos, y no hemos ido a ningún idiota que nos mire las tripas. 

  —Ella no pertenece a este lugar, no está lo suficientemente adaptada. Mírala, está muy pálida, y está ardiendo—aseguró—podríamos llevarla a la ciudad, seguramente consigan algún medicamento contra... 

©Ladrona de Corazones |SCR1| {Miraculous Ladybug}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora