Marinette
Cuando aquel terrible pinchazo se sintió en mi pierna derecha, sentí mis fuerzas desfallecer. Mis párpados se sentían pesados y me costaba respirar. Un escalofriante ardor inundó todo mi conocimiento y tenía las horribles ganas de gritar de dolor. Apreté mis dientes con fuerza y me mordí la lengua para aliviar el dolor
—Al-Algo me ha picado—dije mientras sentía que las ganas de mantenerme en pie me iban abandonando poco a poco—no... no puedo respirar.
De repente la silueta de Chat Noir comenzó a verse borrosa hasta difuminarse en una nada completamente negra que se llevó todos mis sentidos.
○○○
Chat Noir
La cara de pánfilos que me traían todos, provocó que me hirviera la sangre. No me jodas, vengo hecho mierda, con una tía que se me está muriendo y lo único que hacen es contemplar como si esto fuera un desfile. Solo porque llevo a la chica en brazos, sino, os juro por mi vida que me liaba a repartir ostias a todos.
—¡Tú, conmigo! ¡Y tú trae un puto cubo de agua, joder!—grité, mientras que entraba como alma que lleva el diablo a la cabaña.
La tumbé sobre mi cama y sin saber muy bien que hacer a continuación, me quedé observándola «luego soy yo el que se queja» ¿Y que coño hago yo ahora?
Despeiné levemente mi cabello mostrando nerviosismo y me dediqué a pasearme por la estancia.
—Una serpiente...—maldije para mis adentros—si no tengo ya bastante problemas, ahora va y le tiene que picar una puta serpiente.
—¿Qué ha pasado?—preguntó Alya llegando atropelladamente, se sentó al borde de la cama y posó una de sus manos sobre la frente de Marinette.
—Le ha picado una serpiente—expliqué, y me encogí de hombros como si fuese obvio.
—He traído un cubo de agua helada—explicó.
—No me digas—sonreí con ironía y le di un aplauso—premio.
—Será mejor que dejes tus idioteces—me interrumpió—esta chica está muy mal. Deberíamos llevarla a un experto.
—Ni de coña—me negué—esta no sale de aquí.
—Escucha...—comenzó a decir, pero yo la corté de golpe.
—¡He dicho que no se mueve de aquí, y punto!—farfullé—¿Sabes cuantos de nosotros nos hemos puesto enfermos? Todos, y no hemos ido a ningún idiota que nos mire las tripas.
—Ella no pertenece a este lugar, no está lo suficientemente adaptada. Mírala, está muy pálida, y está ardiendo—aseguró—podríamos llevarla a la ciudad, seguramente consigan algún medicamento contra...
ESTÁS LEYENDO
©Ladrona de Corazones |SCR1| {Miraculous Ladybug}
Fiksi PenggemarParís, capital de Francia o como muchos la llaman: ciudad del pecado. Un territorio apestado de delincuencia y sin lugar a dudas, el lugar menos indicado para la vida de una delicada damisela como ella. Marinette Dupain-Cheng, hija de un noble, la...