Chat Noir
Metí las manos en un cubo de agua helada y no pude evitar hacer una mueca de dolor.
Me las había hecho mierda y en parte era normal porque me había pasado toda la noche golpeando el puto saco y en general todo lo que se me ponía en medio.
Me odiaba a mí mismo. Y joder, había sido un gilipollas bien grande.
Cuando me enteré de que Marinette había huido de Miraculous con el cabrón de Nathaniel, lo primero que se me vino a la cabeza fue darle duro para que se le quitasen las ganas de volver a intentar escapar de mí. Pero está claro que masturbarla de aquella forma, fue lo peor que le podía haber hecho.
Me vendé la manos con un trapo viejo que tenía cerca y me lo apreté fuerte, sintiendo un intenso dolor. Me lo merecía. Me merecía este dolor por ser el mayor hijo de puta de la historia.
Aunque siendo sincero, pensé que provocarle el primer orgasmo iba a ser tan placentero para ella como para mí. De alguna forma, nunca quise dañarla, solo hacerla entender que yo podía hacerla sentir bien si permanecía a mi lado. Pero olvidaba que Marinette no era como las putas con las que me había acostado. Estaba acostumbrado a que gritasen mi nombre, pero no llorando, sino por la satisfacción que les solía causar estar entre mis brazos. Solían temblar de placer para mí y Marinette había temblado de completo terror.
Jamás llegué a imaginar que hubiese pasado por una violación como esa. Siempre pensé que había vivido una vida de princesa, con sus padres y los criados dándole todo lo que pidiera. Sin embargo esa chica acaba de darme en las narices, y acababa de demostrarme que había llegado a sufrir lo mismo e incluso más que yo.
Imaginar a tres cabrones tocándola y metiéndole mano, provocaba en mí una cólera desmedida. Por no imaginar la reacción de los padres. Conocía a Tom Dupain-Cheng, el hombre que había matado a una familia entera no tendría la mayor consideración con una hija que había sido ultrajada por tres delincuentes. En la mierda de sociedad que vivimos una mujer que no es virgen pierde todo el valor. Una puta mierda de pensamiento que puede arruinar la vida de decenas de mujeres.
No ponía imaginármela, sola, de noche y completamente debilitada después de que esas tres mierdas se las follasen.
Apreté mi mandíbula y cerré mis manos en puños otra vez, provocando un terrible pinchazo de dolor.
¿Dónde coño estaba yo mientras que la estaban violando? ¿Qué coño estaba haciendo? ¿Por qué no se me ocurrió ir a robar a esa casa ese mismo día?
Me maldije internamente.
Necesitaba verla. Me daba igual que no me quisiese cerca pero tenía que hablar con ella.
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©Ladrona de Corazones |SCR1| {Miraculous Ladybug}
FanficParís, capital de Francia o como muchos la llaman: ciudad del pecado. Un territorio apestado de delincuencia y sin lugar a dudas, el lugar menos indicado para la vida de una delicada damisela como ella. Marinette Dupain-Cheng, hija de un noble, la...