—¡Enrique! Abre la puerta en este instante.—grita mi abuela furiosa con ganas que ya salga de mi habitación.
Me levanto escuchando una ola de regaños de parte de ella pero escucho que entre tantas palabras una mención de una visita. Abro la puerta y veo ahí a mi amigo de la infancia con el cual compartí toda mi primaria. No dudo en ir y abrazarlo, sé que no es de varones abrazarse con tanta desesperación pero ya iban seis años que no lo veía ya que su madre se lo llevó a vivir a Escocia.
—¡Teo! Joder, no te veo hace tiempo. No has cambiado en nada. Solo has crecido un poco y tus ojos están más que chinos.— Le respondo en forma burlesca sin quitar mi sonrisa de emoción por aquellos recuerdos de la niñez.
—Te pasas, Quique. Te he extrañado demasiado. Pensé encontrarte viviendo en otro lado ya con una señora Jackson.—Me respondió con tono burlesco, con su típica risa.
—No dudes que ya dentro de poco me caso, ¿qué ha sido de tu vida?— Le respondo seguido de ofrecerle sentarse en una silla.
—¿Me vas a tomar el pelo después de cada semana enviarte una carta escrita de lo que he hecho? Aunque no lo creas tu abuela me comentaba que siempre las lees.— Me responde seguido de su risa.
—Demonios, me has atrapado. Ella siempre delatándome.— Comenzamos a reírnos.
—Yo soy el que no sabe nada de ti. Tanto talento y tantas esperanzas que se te fueron al transcurrir la secundaria. Deberías contarme aunque sea algo importante.— Me responde con un rostro pensativo.
—Pero si, te he enviado cartas hasta segundo.— Le respondo para tratar de evitar el problema.
—Quizás deberíamos empezar por la última carta y tú cuentes el resto hasta la fecha actual.— Me responde con mucha curiosidad.
—Quizás deberíamos hablar de otro tema.—Le respondo con la esperanza que se olvide de mi historia.(Sé que están pensando que él me convence para empezar a contar la historia pero...si, logró convencerme. Pero cedí con dignidad, entendido.)
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El Estúpido Encapuchado I: Libro O.
Teen FictionLlega un momento en el que todos hemos sido aquel chico con la capucha fuera de sí: estar con los audífonos, comer comida rápida y jugar videojuegos todo el día. A pesar de haber sido alguien en la vida, decides abandonar todo y seguir con una vida...