—¡Te pasaste! ¿Por qué no le entregaste los chocolates a Carolina?— me llama la atención Teo.
—No lo sé, siento que fue lo peor.— le respondo, sintiéndome frustrado por mi error.
—Tranquilo, espero que todo haya acabado bien.— me responde para que continúe la historia.★ Intenté ir detrás de Carolina pero los brazos de April me impedían. Me continuó abrazando hasta que llegó el maestro Soarez. Por mi mente pasó el hecho de ver a Carolina triste. A los pocos minutos llegó Carolina con los ojos hinchados y una tierna sonrisa en su rostro.
No pude evitar acercarme pero Emma me dijo que lo mejor es que me alejara hasta que se le pasara.April se quedo dormida todas las clases junto con el refrigerio. Aproveché el momento para acercarme a Carolina.
—Disculpame, pequeña.—le digo intentado que me escuche pese al círculo de amigas que la rodeaba.
—Quique, ¿no entendiste acerca del tiempo?— me llama la atención Emma, jalandome a un costado.
—Ya pasaron dos horas.— le respondo un poco dudoso.
—No, en estos casos el tiempo dura varios días.— me responde muy molesta.
—Está bien.— le respondo y me alejo lentamente con rumbo a mi lugar.Llegué a mi lugar muy desanimado, cuando me topo con Arturo un poco asustado. Él me comenta que Joe estaba buscándome por todo el edificio.
—No intentes salir. Él está con sus amigos buscándote por los rumores.— me advierte muy asustado.
—¿Qué rumores?— me hago el bobo pero imaginaba que era por el beso que me dió April.Siento como todo mi mundo se cae a pedazos cuando me doy cuenta que: la chica que me gusta está decepcionada de mí y me gané un lío con los del siguiente año.
En los días siguientes, me quedaba en el salón al lado de April, ayudando con sus tareas. Ella no dejaba de darme besos cuando nadie nos veía pero cuando yo me acercaba a robarle un tierno beso, ella me volteaba la cara.
En mi mente, constantemente aparecía la imagen de Carolina yéndose lentamente. Me dolía mucho porque consideraba a ella como mi primer amor. Dicen que el dolor más fuerte al cometer un error es que estuvo en tus manos poder enmendarlo. El problema es que mi "super yo" solo pensó en ser la mejor para April pero no para Carolina.—Enrique, ¿te puedo hacer una pregunta?— April me habla tocando mi hombro para que deje de estar en mi trance de sobrepensamientos.
—Sí, dime.— le respondo con una voz cansada.
—¿Por qué nuestra relación no es como las otras?— me pregunta con una voz muy dulce. Era lo más dulce que había escuchado por parte de ella desde que la conocí.
—Yo también me preguntó ello, todos los días. Siento que eres un poco "fría" conmigo.— le respondo titubeando de los nervios que me dan de enfrentar ese momento.
—Pues estoy confundida.— me responde muy calmada.
En mi mente solo pasaba responderle que no era la única pero solo atiné en preguntarle lo siguiente:
—¿Qué te confunde?— le respondo con mayor tranquilidad.
—Si me gustas o estoy enamorada de ti. Es que me pareces un muy buen chico y muy atractivo. Cualquier chica que esté a tu lado, sería muy feliz pero siento que no eres mi tipo. A mí me gustan los "tipos malos". Esos chicos que rompen las reglas y hacen lo que quieren.— me responde con una voz muy convencida de que acaba de encontrarse a sí misma.
—Yo no te gusto, solo sientes cariño por mí. Tu deberías regresar con Joe.— le respondo muy confuso porque a pesar de pensar que me sentiría liberado, me sentí muy dolido. Creo que siento que yo sí me enamoré o acostumbré a ella.
—No voy a regresar con Joe. Bueno, no está en mis planes pero quería saber tu opinión porque conocí un chico en una fiesta el sábado pasado y quería saber si estás dispuesto a compartirme.—me responde muy natural.
La ira no dejaba de consumirme por dentro porque sentía que todo mi esfuerzo y sacrificio era en vano, todo lo estaba haciendo por ella, no le importaba mis sentimientos, ni nada de lo que haga.
—No tengo ningún problema. Haz lo que quieras.— le respondí con una voz de persona muy "dolida".
—Gracias, yo sabía que entenderías.—ella se retira muy tranquila del aula. La ví como saltaba de alegría como si se hubiera sacado la lotería.
A los pocos segundos, Emma, que había escuchado todo, se acerca a hablarme.
—Ella es muy imprudente al decirte esas cosas. Yo he visto como te esfuerzas para que ella se sienta bien. Te juzgué mal.— me comenta con una voz tenue.
—El problema de juzgar a los demás es que solo percibimos nuestro propio punto de vista; no nos esforzamos por ver ser empáticos con las personas.— le respondo con una voz muy segura y con el pensamiento de que acababa de compartir filosofía pura.
—No te hagas el filosófico cuando sabemos que estás en este salón por tu falta de inteligencia emocional.— me responde con un sentimiento muy retador.
—¿A qué te refieres?— le pregunto con intenciones de indagar sobre lo que acababa de mencionar, intentando recordar en ese momento la situación a la que se refiere para mostrarme seguro ante aquella acusación.
—Me refiero a que sé que eres muy inteligente pero también muy enamoradizo, Enrique. Sé que rogaste a tus padres para ingresar a este colegio por una joven que conociste en un campamento de verano.— me responde muy segura de lo que había comentado.
Agaché mi mirada unos segundos, tratando de recordar el momento en el que conocí a Almendra. Ella había sido una de las razones para pedir que me cambiarán a este colegio en primer año pero no la decisiva. Hubieron otras razones pero en este momento Almendra y yo éramos muy buenos amigos.
—No te puedo dar la razón pero espero que diciendo eso te sientas mejor. Gracias por tu apoyo, Emma.— me sentí muy hipócrita comentándole muy seguro con una sonrisa falsa. Era muy obvio que su comentario me había incomodado pero solo atiné a abrazarla. Sentí que ella no se sentía bien. La ví llorando en su carpeta cuando llegué por la mañana.
Al poco tiempo, April y Carolina ingresan por la puerta muy incómodas con la escena que estaban contemplando. Trate de alejarme pero Emma no dejaba de rodear mi abdomen. April se acerca muy incómoda con una risa falsa me comenta.
—Mi amor, ¡que bueno que hayas ayudado a Emma a qué se sienta mejor! Yo sé la calidad de persona que es mi novio pero te pediría que no te acerques a él si no quieres problemas.— le responde con una mirada muy amenazante. ★—¿No hiciste nada?— me pregunta, Teo.
—No, solamente me senté en mi lugar para continuar con el día. Entendí que April quería estar con otros chicos pero ella no dejaría que ninguna chica se acerque a mí.— respondo muy reflexivo.
— Bueno, es un giro muy inesperado pero es muy típico de las novias "tóxicas". Me queda claro que son todo, excepto novios.— me responde muy reflexivo.

ESTÁS LEYENDO
El Estúpido Encapuchado I: Libro O.
Ficção AdolescenteLlega un momento en el que todos hemos sido aquel chico con la capucha fuera de sí: estar con los audífonos, comer comida rápida y jugar videojuegos todo el día. A pesar de haber sido alguien en la vida, decides abandonar todo y seguir con una vida...