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Las flores de los árboles se iban marchitando, perdían el color y caían sus pétalos sin vida. Triste, triste era su vida de esclavo, ni siquiera podía encontrar un respiro en la luz de sus ojos. Según aquellos que eran sus señores, los hermanos no eran más que desconocidos sin derecho a sentir nada el uno por el otro, su lazo de sangre y amistad, peleaba para no perder ante tanta injusticia que imponían sobre ellos. Con una mirada a escondidas sin que nadie los viera podían transmitir todo lo que les privaban. Su amor de hermanos era lo único que tenían es ese momento. Esos eran los pensamientos de Jimin que anhelaba su libertad tanto como un pequeño pajarito que ha sido apresado en una jaula. Y es que así era, su vida ahora era así.
Jimin había despertado y se dedicado a observar a su hermano dormir tranquilamente. De veía tranquilo.

- Te quiero mi Hoseokkie.
- Y yo a ti Jiminie.- dijo volteado su rostro para ver a su hermano ya que aún estaban en la cama. Jimin le sonrió a su hermano y en un intento de levantarse un quejido de dolor se escapó de sus labios.- ¿Qué sucede, te duele algo?
- S-si, mi espalda.- Hoseok se levantó de golpe, se colocó detrás de Jimin levantó delicadamente la prenda y vió su espalda cubierta por vendas.
- Ohhhh santo cielo... Jimin.- cubrió a su hermano y le dió un delicado abrazo para reconfortarlo.
- No te preocupes ya no duele tanto gracias a las hierbas medicinales que me colocó Taemin.
- ¿Quien es él?
- Es un sirviente también, el me curo y dijo que nos daría fruta para comer hoy.
- Bien vamos, quiero darle las gracias por haberte cuidado.- dijo y con cuidado caminaron hacia la cocina y ahí se encontraba Taemin limpiando.
- Buen día Taemin.- dijo Jimiin e hizo una leve reverencia.
- Oh buen día, ¿Tienen hambre?.- preguntó amablemente.- Que pregunta la mía, por supuesto que sí, les guarde algo de fruta.
Les dió unas peras y naranjas para comer. Las frutas eran dulces y jugosas así que no había manjar más exquisito.
- Taemin gracias por cuidar de mi hermano ayer, realmente eso es muy importante para mí y no se como podré agradeceretelo.
- No hay porque agradecer. Solo coman necesitan fuerzas, tú Jimin necesitas que cambie tus vendas y más hierbas medicinales.- Jimin hizo lo mismo del día anterior quitó la parte superior de su Hanbok y se inclinó un poco para permitirle a Taemin hacer bien su trabajo. Una vez terminó Jimin se colocó sus ropas nuevamente. Hoseok le volvió a dar las gracias a Taemin y entonces Jungkook entró tomando a Jimin de un brazo.

- Vienes conmigo, y tú...mi hermano te busca.- le dijo a Hoseok el cuál tenía el rostro contraído ya que temía por su hermano.- Necesitarás suerte, no se veía muy contento.
Esas palabras hicieron estremecer completamente el pequeño cuerpo de ambos hermanos, solo un momento de paz podía ser destruido por ellos de manera tan rápida.
Jimin fue arrastrado por Jungkook a la misma habitación de siempre, ese lugar quedaría gravado en sus recuerdos para siempre.
Simplemente su muñeca dolía ya que Jungkook había tirado muy fuerte de él y ejercido mucha presión. No quería que lo lastimarse otra vez, rogaba que tuviera compasión.

- Sabes Jimin si hubiera sabido que eras tan puta ya hubiera ofrecido tu culo a mis soldados mucho antes. Ellos necesitan distenderse y relajarse. No sería mala idea, ¿Te gustaría?
- N-no, por favor.- suplicó pero en respuesta obtuvo un golpe en su pómulo derecho.
- ¿Entonces por qué? No me gusta que toquen mis cosas.- le dijo frío y Jimin no entendía nada de lo que estaba pasando.- ¿Acaso pensaste que no me enteraría de como te le resfriegas a Taemin?
- N-no, el sólo me- no puedo terminar de hablar porque Jungkook lo tomó fuertemente los cabellos.
- ¿El solo qué? ¿Ya te revolcaste con él? Encima te comportas como un idiota cuando estás con él, ¿Te gusta?
- No, lo juro el solo fue amable conmigo.- confesó con lágrimas en sus ojos.
- ¿Amable? Y tú también lo fuiste al abrirle las piernas.- sujeto más fuerte su cabello, lo empujó haciendo que chocará con una de las paredes y golpeara su cabeza.- Eres mío, nadie puede tenerte, solo yo.
Quitó bruscamente toda la ropa que traían puesta, una vez sin ropa acostó boca abajo a Jimin el cuál lloraba y pedía clemencia, Jungkook ensalivo dos de sus dedos y los introdujo bruscamente en el cálido interior de Jimin.

Esclavos JiKook YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora