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¿Por qué el mundo tenía que ser así? ¿Acaso habían hecho algo malo para merecer lo que les sucedía?
- Taemin-Hyung no tenía la culpa de nada...eso es lo que más me duele, duele tanto que...
- Lo siento tanto...tanto...
- Jimin ya no llores, pensemos cosas bonitas, se que el hacerlo no hará que Taemin vuelva o que las cosas cambien pero así podremos estar más tranquilos.
- Está bien, intentaré calmarme.- respondió tratando de ya no soltar lágrimas. Se acercó a paso lento a su hermano mayor se rodearon el uno al otro en un abrazo y se dejaron caer lentamente al suelo. Jimin cerró sus ojos dispuesto a escuchar a Hoseok contarle sus ocurrencias.
- Imagina que...crearé un puente, uno muy grande hecho de flores, de las que más te gustan, solo para que cruces por él, es un hermoso puente solo para tí, que te llevará dónde están mamá, papá , TaeTae y Taemin.
- ¿Y tú no estarás ahí? Tienes que estar ahí.
- Sí, yo siempre voy a estar contigo, siempre, ambos caminaremos por ese hermoso puente, abra muchas mariposas y todo va a estar bien.- cuando se quiso dar cuenta Jimin ya estaba durmiendo, su respiración era calmada, hacía mucho que no veía a Jimin dormir tan tranquilo.
Su hermano se veía muy relajado, verlo dormir le hizo querer hacerlo también. Y muy despacito se fue quedando dormido mientras abrazaba a su hermano menor.
Yoongi podía ver el rostro de Hoseok, un rostro tranquilo y sereno, un rostro que nunca le había sonreído, un rostro que jamás lo vería de una forma positiva...un rostro que jamás le dedicaría con esos labios un "Te amo" sincero.
Se acercó hasta los jóvenes que dormían, acarició el rostro de Hoseok y sonrió.

- Yo quisiera hacerte felíz...- Dejó una rosa entre sus dedos con la intención de darle un poco del amor que le tenía.
Jungkook se reía de la tontería que había hecho Yoongi, creía que era absurdo.

- No me ofendes riendote jungkook.- su ceño está fruncido en parte por vergüenza de que alguien lo había visto hacer una entrega de amor hacia Hoseok.
- No puedo creer que esto esté pasando, tú enamorado, de él, un Silliano, es muy... irreal.
- Lo sé, pero simplemente me atrapó, y Jimin ¿A ti no?
- No digas tonterías, Jimin es un esclavo sucio nada más.
- ¿Entonces por qué matar a Taemin? Sabes que él era completamente inocente.
- Jimin es mío y no voy a dejar que nadie lo toque o lo mire. Y Taemin no entendió que nadie toca lo que me pertenece.
- Esos son puros celos, aceptalo, estos chicos tienen algo, algo que te hace querer estar con ellos, no dejarlos nunca.
- Sabes que él nunca te amará o te perdonara, ¿Verdad?
- Lo sé, pero por lo menos puedo intentarlo, sí muero, moriré felíz, porque lo intenté.
Yoongi se fue dejando a Jungkook solo observando a los dos hermanos, siempre había pensado que la única persona que lo entendería en el mundo sería Yoongi, pero ahora por alguna razón creía que Jimin también podía entenderlo, entender todo su ser, entender porque era la clase de persona que era. Tratando de no pensar en todo eso también se fué.

De a poco Jimin y Hoseok fueron despertando y aunque hubieran pasado unas horas, al asimilar toda la realidad sus corazones dolían.

- Siento como si mi mundo se terminara. El mundo es muy cruel, el mundo se ha llevado a los que más quería, no soportaria que te llevara a ti también.- Hoseok tenía una mirada melancólica, una que Jimin nunca había visto, su hermano era alguien muy especial.
- Desprecio esto más de lo que te imaginas, Jungkook se ha encargado de matar cada parte de mí, como si yo fuera un juguete hecho de trapo, un sucio trapo que puede ser usado tantas veces como quiera. Pero sabes una cosa...el nunca podrá tener el perdón de aquellos a los que ha lastimado.
- Aún hay sol, quizá...podríamos ir a fuera un rato.
- Quisiera poder sentir un poco el sol y el viento en mi cuerpo otra vez.- Jimin tomó la mano de Hoseok y lo más rápido que pudieron salieron, observaron el lugar en él que habían ejecutado a Taemin, el cual ya estaba limpio, y se sentía como si nunca hubiera pasado, era como si Taemin se encontrara en la cocina haciendo algo de comer mientras los esperaba, pero no era así. Era como si nunca hubiera existido, como si hubiera sido un producto de su imaginación.
Fueron hasta un claro donde el sol se veía bonito, nadie los había detenido así que buscaron flores de muchos colores para hacer coronas, él silencio nuca fue algo normal entre ellos, pero se sentía tan natural ahora. El silencio se había hecho parte de ellos.

- Te queda bonita.- Hoseok le colocó la corona a Jimin y ambos sonrieron, las flores rosas se veían bien en él.
- Ven.- Jimin colocó la que había hecho en la cabeza de Hoseok, hecha de flores blancas y violetas.- También te queda linda.

Aunque las sonrisas eran sinceras, sentían que hacía mucho que no reían, no recordaban como era el sonido de sus risas.

- Me encanta tu sonrisa jimin.- declaró viendo a un precioso cardenal volar.
- A mí me encantas tú.- río por su comentario, pero era cierto,su hermano era su todo,su héroe.

Ambos quedaron embobados viendo al cardenal volar con gracia. Era precioso.
Una voz gruesa los sacó de su pequeña fantasía.

  - Hoseok, aquí estabas.- Yoongi apareció detrás de ellos sonriéndole. ¿Cómo podía sonreírle como si nada después de todo lo que había pasado?
  - Lo Siento...me distraje un poco.- olvidando todo lo que habían estado haciendo hasta el momento se paró rápidamente e hizo una leve reverencia.

Yoongi solo lo observó, la corona le quedaba bonita, hacia resaltar su belleza y por alguna razón su corazón latía mucho más rápido que antes.

  - ¿Te gusta el cardenal?- le preguntó al ver como ambos hermanos se perdían viendo al pequeño pájaro.
  - Si...es bonito.- dijo suave, ahora le costaba mucho más trabajo hablar con Yoongi.
  - Te regalaré un cardenal.- le dijo sonriendo, sabía que a Hoseok le gustaría.
  - Le agradezco pero no, no puedo tenerlo.- le dijo, con toda la honestidad que tenía.
  - ¿Por qué no?- por el tono de voz que uso era obvio que se había enojado.- ¿Por qué rechazas mi regalo? ¿Tanto me odias?

Hoseok y Jimin estaban algo sorprendidos ante las preguntas de Yoongi, se veía afligido ante el rechazo del regalo.

  - No es eso...Yo no tendría el corazón para enjaularlo, tiene que volar libre.- Hoseok bajo la cabeza para no verlo, tal vez Yoongi había interpretado de otra forma sus palabras.
  - Pero yo si tuve el valor para hacerlo.- un pequeño susurro que se lo llevó el viento.- Está bien, ahora vámonos Hoseokkie.

El apodo que había usado fue...algo muy personal para Hoseok pero no iba a impedir que lo llamara así.
Jimin iba a seguir a su hermano y al otro amo pero se detuvo cuando su amo Jungkook se hizo presente.

  - Ven conmigo Jimin.- Obedeció sin decir una palabra, el silencio era un buen amigo en algunos momentos.
Hoseok solo los vió irse y se sentía un poco vacío.
  - No te preocupes, yo estoy contigo.- le dijo Yoongi y acarició suavemente su mejilla. Extrañamente su caricia lastimaba, pero no quería que dejara de hacerlo.- Quisiera una corona de flores también.

Jimin caminaba detrás de Jungkook a cierta distancia. Cuando Jungkook se volteó de golpe se asustó y retrocedió.
El otro noto esto, que extraño se sentía eso, de verdad le tenía miedo.
Entraron a la misma habitación de siempre, pero nada pasó. Jungkook solo se sentó en el suelo mientras veía un punto fijo.

  - ¿Aprendiste a hacer las coronas solo?
  - No... Mamá le enseñó a Hoseok, yo era muy pequeño y lamentablemente mamá no pudo enseñarme a mí, pero Hoseok lo hizo.
  - Es bonita...quiero una.- Dijo mirando hacia otro lado.
  - Está bien.- aunque fuera rara su petición a Jimin de cierta forma le gustó que se lo hubiera pedido.
  - Por cierto...y te daré un cardenal.- tomó un cuchillo que siempre llevaba en sus ropas, tomó la mano de Jimin e hizo un corte ante el cual Jimin gritó.
  - ¿Por qué hizo eso? Duele ¿sabe?- dijo de manera infantil la cual sorprendió a Jungkook, la repentina actitud lo dejo embobado.
   - Es un cardenal, yo también tengo uno.- le mostró una vieja cicatriz que tenía en su muñeca.- Ya no es roja ni sangra pero esta conmigo.
  - Que extraña forma de expresar sentimientos tiene.- Jimin se dió cuanta de sus palabras pero Jungkook no hizo nada al respecto, solo le envolvió la herida con un pedazo de tela que corto. Jungkook había conocido otra faceta de Jimin, era extraña e infantil. Hasta hace unos momentos le tenía miedo, tal vez se lo siguiera teniendo pero su personalidad no le permitía dejar de ser como era. Pequeño, angelical, infantil con un corazón de oro y ante su mirada, su tacto...era perfecto.













Me tarde pero aquí ta.

Esclavos JiKook YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora