Esclavos JiKook Yoonseok

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Jungkook aún recordaba la infantil manera de actuar de Jimin, irrespetuosa a su parecer, pero por sobretodo, linda. Era tan extraño, su acto no fue con malisia, ahora que lo pensaba era una locura estúpida el cortarle la mano con un cuchillo solo para que tuviera un cardenal sin tener que enjaular a uno, ahhh de seguro se vió como un idiota. Aunque más idiota se sentía al no poder apartar a Jimin de sus pensamientos, sueños y anhelos. Se odiaba a sí mismo, no era posible que estuviera pasando, además el simple hecho de que hubieran pasado tres días sin más que unos intercambios de miradas lo ponía de los nervios, tal vez necesitaba algo de compañía, siempre fue melancólico y solitario, su única compañía siempre fue Yoongi, pero ahora este se encontraba detrás de Hoseok rogando por un poco de atención. Lo único bueno de eso era que Yoongi se veía realmente ridículo y gracioso al hacerlo, tanto que hacía cosas tan extrañas como él, al querer la atención de su esclavo y por alguna extraña razón a su parecer... su hermano parecía ser feliz con eso.
Se sentía un poco abandonado, pero tampoco es como que Jimin quisiera estar con él, tampoco es como si fuera a aparecer corriendo y gritando que lo había extrañado mientras, le daba un abrazo y tal vez...solo tal vez, el más bajito le permitiera besar sus labios...

- ¿Pero qué mierda piensas Jungkook? Ya basta, tranquilízate.- caminó un poco tratando de bajar sus ansías. Lástima que al pasar cerca de una ventana lo único que vieron sus ojos fue al pequeño Jimin junto a Hoseok, haciendo más coronas de flores.

- Nosotros nunca hicimos esas cosas, ni de niños, ¿Verdad?.- A veces odiaba que su hermano fuera tan silencio y sigiloso.-
- No, nunca. Siempre tuvimos...otro tipo de pensamientos y crianza supongo.
- Puede ser, pero una cosa no tiene que ver con la otra Jungkook. Si hubiéramos querido o por lo menos intentado, tal vez seríamos como ellos. Hoseokkie es muy especial, no puedo parar de pensar en él ni un segundo. Lo entiendes, ¿Verdad?
- Supongo...
- ¿Supones? Vamos, se honesto contigo mismo una vez en tú vida, ten cuidado, el corazón no puede vivir engañado por siempre.
- Díos, te trae hecho un asqueroso poeta.- río ante las ocurrencias de su Hyung.
- Me trae loco, pero de amor.- antes de salir por la puerta tiró besos al aire y su hermano menor no podía dejar de reír, era como si el Yoongi de antes ya no existiera, Hoseok había logrado eso solo, en muy poco tiempo. Algo que no habían podido hacer en años...20 años habían pasado desde aquel momento, en el que Jungkook tenía cinco años y Yoongi ocho.

Sentía un poco de nostalgia, en lo poco que llevaba de conocer a Jimin sabía bastante de su vida y cosas personales. Empezaba a creer que ese chico sí podía entenderlo, siempre supo que tenía algo, algo diferente, ambos Sillianos tenían algo que no era normal, ahora empezaba a creer que podría ser su historia, que no era muy distinta a la suya, por lo tanto no tenía nada de interesante. Escuchar su misma historia de alguien más no es algo que le divierta, pero escucharlo de Jimin si le interesaba, saber por qué si tenían la misma historia, por qué razón sus vidas eran tan distintas. ¿Sería qué el también podría llegar a ser igual a Jimin? ¿A pesar de todo sus errores y crueldades? ¿Podría tener una sonrisa así de genuina?
Una parte creía que podía, él fue feliz con Yoongi en algún momento de su niñez, ¿Por qué no podría volver a serlo?
Jimin...Jimin...eso era en lo único que podía pensar.

- Ahhh...¿Por qué?.- se preguntó en un susurro. Jimin tenía que salir de su cabeza porque no podía estar tranquilo en ningún momento. Era estresante.

La tarde siguió cayendo los dos hermanos habían terminado las coronas, y por alguna razón Yoongi le había pedido a Hoseok pasar la noche con él. Y el jovencito tenía un poco de miedo de lo que pudiera pasar.
Justo cuando Hoseok y Jimin estaban dándose un baño, porque desde que Yoongi lo ordenó, les preparan un baño endulzado con pétalos de flores, el susodicho entró alterando a los más jóvenes.