Capítulo 8

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•JESÚS OVIEDO•

Se sienta en el caro sofá que abarca medio salón de la boutique y sonrío inconscientemente al ver cómo retoca su cabello y se maquilla.

-¿Sabes? Anoche me quedé dormido leyendo tu libro -digo sentándome a su lado

Deja el lápiz de ojos sobre la mesa de cristal y me mira fijamente a los ojos.

-¿Te gusta? -pregunta nerviosa

-Muchísimo bonita -respondo embobado

-Me refiero al libro -dice riendo

-Perdona, me he deslumbrado con tus ojos -digo sincero- algún día publicarás ese libro, no te rindas -digo colocando mi mano sobre la suya

Siento cómo se estremece y cómo mi piel reacciona ante el tacto.

-¿Tú crees? -pregunta a escasos centímetros de mis labios

-Estoy muy seguro de ello

Muerdo mi labio inferior y nuestras miradas chocan sin alejarse. Mi corazón me impulsa a besarla, observo sus labios y tengo claro que su sonrisa me vuelve totalmente loco.

-Tu sonrisa se ve tan bonita a pocos centímetros de mis labios -digo acariciando delicadamente su cuello

No articula palabra, solamente siente mis manos recorrer su cuello y seguidamente su mejilla. La beso rozando sutilmente sus labios y sonrío levemente al observar su reacción.

-No te lo pienses tanto -susurra tímida

Coloco mi mano derecha en su cintura realizando pequeños círculos en el hueco que deja su top blanco y rozo nuevamente sus labios jugando con ellos.

Finalmente la beso dulce pero ferozmente y muerde mi labio colocando sus piernas sobre las mías.

-¿Por qué provocas este fuego tan intenso en mi interior? -pregunto besando su cuello

-¿Por qué no llegaste antes a mi vida para revivir a mi corazón envuelto en lágrimas? -susurra sobre mis labios.

•LUCY WILDE•

Reviso mi agenda laboral y decido darme una cálida ducha para ir al centro comercial más cercano. Me ducho y me pongo algo sencillo, camisa blanca básica, un poncho a juego con algo de encaje y unos shorts color vino con franjas simulando flores y rayas blancas y azules junto a unas converse.

Me echo perfume en el cuello y las muñecas, y salgo dispuesta a caminar observando una vez más la ruidosa Times Square.

-Hey nena, ¿te llevo? -dice una voz conocida a mis espaldas

Me giro y veo a Jesús quitándose el casco después de estacionar su moto a mi lado.

-No había escuchado el rugido de la moto -digo excusándome

-Tranquila, hay demasiado ruido -dice sonriendo- ¿te llevo? -pregunta nuevamente- no sé a dónde vas pero no me importa llevarte

-Iba al centro comercial -digo sonriendo

Hace un gesto con el que me indica que me suba y saca un casco más, me lo pongo y monto en su moto colocando mis brazos una vez más, alrededor de su cintura abrazándome totalmente a él.

-Me encanta esta curiosa costumbre que tienes -dice arrancando

Me quedo en silencio inhalando el olor que desprende su camisa de Tommy Hilfiger con un toque del perfume Invictus y sonrío inconscientemente. Aparca su moto y me bajo quitándome el casco al mismo tiempo que él.

-¿Te gusta mi aroma? -pregunta riendo tímido

-¿Cómo lo sabes? -respondo con otra pregunta

Mis mejillas se tiñen de color rojizo y la yema de sus dedos las roza suave y delicadamente.

-¿Qué te parece si paseamos por el centro comercial y más tarde te invito a cenar? -dice mirándome fijamente

Sus ojos color café se encuentran con los míos tras un claro choque de miradas. La mano de una chica cubre su hombro y mi sonrisa se desvanece al ver cómo deja un beso en su mejilla.

-Presiento que estarás ocupado -digo marchándome sin mirar atrás con los ojos cristalinos.

Heridas de placer. [Jesús Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora