Capítulo 12

1.1K 65 1
                                    

•LUCY WILDE•

-¿Cómo sigue? -le pregunto a mi tía

-Un poco mejor cariño -dice nerviosa

-¿Segura? -pregunto frunciendo el ceño

-Sí, no te preocupes, está en buenas manos -dice tranquilizándome

-Mañana te llamo de nuevo -insisto

Colgamos a la vez y me siento en la cama tapando mi rostro con mis manos suspirando.

-Es inevitable no comerme la cabeza teniéndola a kilómetros de mí -digo finalmente

Tocan el timbre y voy a abrir con el ánimo por los suelos. Veo a Jesús esbozar una sonrisa que se desvanece al ver mi pálido rostro.

-Has hablado con tu tía, ¿verdad? -asiento encogiéndome de hombros

Le invito a pasar y se sienta en el sofá mirándome fijamente mientras sus dedos rozan mi mejilla.

-¿La echas de menos? -asiento

-Me cuesta tanto estar aquí sin ella..me habría gustado tanto traerla -digo en un suspiro

-Estoy seguro de que pronto la tendrás aquí, contigo -dice serio

-El traslado de hospital sale carísimo Jesús, no podré correr con los gastos semanalmente

-Quizás tú no, pero yo sí -dice sonriendo

-Ni se te ocurra Oviedo -advierto

Coloca su dedo índice sobre mis labios para que no articule una sola palabra más y sonríe levemente.

-Llevo días sin ver una sonrisa en esos labios -se entristece

-Mis ganas de sonreír se quedaron en Madrid -replico susurrando

-Yo no estoy tan seguro, sé que puedo hacerte sonreír aunque no quieras -dice siguiendo el contorno de mis labios- ¿por qué no te despejas? Te vendrá bien tomar aire fresco

-No me apetece Oviedo -respondo tajante

-No puedes estar toda la vida encerrada entre cuatro paredes, tú misma decidiste mudarte aquí para ganar dinero para la costosa oparación de tu madre, ¿recuerdas? También viniste aquí para cumplir uno de tus sueños, que es ser escritora y publicar tu libro, que déjame decirte que ya está en marcha -dice sonriendo- no te rindas ahora pequeña

•JESÚS OVIEDO•

El agua caliente recorre los poros de mi piel, las gotas se deslizan por mi cuello hasta llegar a mi abdomen y seguidamente rozan mi cintura.

Hoy justamente hace una semana que no la veo, ni siquiera me he puesto en contacto con ella y no sé cómo estará psicológicamente.

Admito que he estado ocupado esta semana con el trabajo en la boutique y no he tenido tiempo ni para despejarme, qué ironía, yo mismo le dije que tenía que despejarse y no encerrarse entre cuatro paredes.

-Tío, ¿por casualidad Lucy tiene moto? -pregunta entrando al baño

Me coloco la toalla alrededor de la cintura y frunzo el ceño.

-¿Una moto? Les tiene pánico, siempre que se subía conmigo se aferraba a mí -digo seguro

-Quizás me haya equivocado de persona -dice mi hermano suspirando

-Ella es inconfundible -digo nervioso

-Entonces ve y asegúrate -dice con iniciativa

(...)

Toco el timbre de su casa al observar una moto aparcada en su entrada y suspiro antes de que abra la puerta.

-Oviedo -dice sonriendo levemente

-Wilde -sonrío tontamente

Me invita a pasar y nos sentamos en el sofá.

-¿La moto de la entrada es tuya? -asiente- creía que le tenías pánico a las motos

-Lo sigo teniendo pero alguien me enseñó a no temerle con tanta intensidad -dice acercándose

-No tienes carnet Lucy -digo nervioso

-Tengo a quien me enseñe, ¿no? -dice rozando mis labios sutilmente

-S..si -tartamudeo

Sus uñas recorren suavemente mi cuello y mi piel se estremece. Deja un dulce beso sobre él y muerdo mi labio inconscientemente.

-Una semana sin rozar tus labios es toda una maldición -dice rozando mis labios

Heridas de placer. [Jesús Oviedo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora