Después de escuchar la grabadora del móvil bloqueé el móvil y me levanté del columpio. Fuí hacia la casa del hacker, Hugo, que estaba a cinco minutos de los columpios. Toqué el timbre y salió su madre. Seguía viviendo con su madre a pesar de tener 26 años.
-Buenas tardes, ¿tú no eras la hermana de Noah?.- dijo al verme.
-¿A qué has venido?- me preguntó.
-He venido a ver a Hugo, ¿Está en casa?- pregunté.
-Ya sabes que él no es de los que sale de casa- dijo riendo.-Siento mucho lo de Noah.-me dijo mientras me dejaba pasar. Me quité los zapatos y entré en la casa.
-Su habitación está subiendo las escaleras en la primera puerta a la derecha.-me explicó.
Subí las escaleras decidida a convencer a Hugo. Me paré enfrente de las puertas corredizas tragué saliva y abrí las puertas. Encontré a Hugo diferente de la última vez. Su habitación estaba que daba asco. Un montón de comida por el suelo, cajas de pizzas, envases de helado, patatas en el suelo... La habitación estaba oscura, pero de un lado de la habitación venía una luz muy potente blanca. En frente de la luz estaba Hugo. A pesar de que comía y comía estaba muy delgado. Estaba poco cuidado, sin ducharse, barba descuidada, manchas de sudor en la camiseta... Y el olor tampoco es que fuera muy agradable, pero hice un esfuerzo por no ser borde.
-Hola, Hugo. -dije.
-¿Qué quieres, Nara?- me dijo.
Entonces me dí cuenta de aquel cambio que tuvo en su personalidad, Noah y él se gustaban mucho. Noah era increíble siempre tuvo muchos amigos y amigas, aunque siempre estaba conmigo, en cambio... yo no me llevaba con nadie más a parte de ella. Conocía a Hugo por ella, aunque no lo veía mucho. Pensar en eso me hizo sentir nerviosa e insegura. Respiré hondo, tragué saliba y conseguí hablar.
-Quiero que hackees la información de la policía sobre la investigación de Noah.- dije decidida. Al escuchar eso sus ojos se abrieron como platos y se le empezaron a inundar las pupilas.
-Imposible, no hay nada que hacer, Nara.- me dijo.
-¿Pero, por qué?- le grité- Tú la querías, ella hubiese querido que me ayudaras, porfavor Hugo, hazlo por ella.- le supliqué. Se quedó pensativo unos segundos. Parecía que al decir que lo hiciera por Noah cambió de opinión. No pensaba convencerle tan rápido.
-Está bien, lo intentaré. Tardaré un día mínimo. Y no se si seré capaz de hacerlo, no te prometo nada.- me dijo apenado.
- ¡Gracias!- grité. -Ella, te quería muchísimo, muchas veces me hablaba de tí como la mejor persona del mundo. - dije triste mirando hacia el suelo. - Llámame cuando acabes porfa- Al decir esto las lágrimas calleron desde sus ojos. Salí de la habitación y cerré suavemente.¿Qué podría hacer de mientrás? ¿Cómo se supone que debo encontrar alguna coincidencia con las descripciones de la tabernera? Y además tengo que visitar el resto de tabernas y supermercados. Tenía tantas cosas que hacer que me dolía la cabeza. No sabía por donde empezar. Lo mío no era ser detective. Y para colmo, el detective más famoso solo se fijaba en los asesinatos más importantes e indescifrables. Si tan solo encontraría una manera de llamar su atención. Me froté la cabeza por el lío de ideas que tenía en la cabeza.
Decidí matar el tiempo en el supermercado viendo las cervezas y llendo a las otras dos tabernas. Aquel día una de las tabernas estaba cerrada por vacaciones y la otra estaba vacía. Las cervezas del supermercado no encajaban con la marca de aquella botella, asique si el asesino bebió cerveza debió de ser de ese bar. ¿Pero, a qué conclusión había llegado con todo esto? El asesino no tuvo porque beber, ahora que lo pienso cuakquier persona podía haber tirado esa botella a la basura. Solo perdí el tiempo buscando pistas sin sentido. Sentía que la cabeza me iba a explotar. El sonido de mi tono de llamada interrumpió mis pensamientos.
-¿Hugo?- pregunté.
-¡Lo he conseguido! ¡Ven rápido!- dijo entusiasmadísimo.
-¡Ahora mismo voy!- le dije. Empecé a correr hacia su casa. Llegué a la casa en menos de diez minutos desde la taberna. Me paré a recuperar el aliento. Tenía miedo. ¿Aún sabiendo la información de la policía, sería capaz de resolver el caso? ¿Y si, la cagaba y me arrestaban por hackear información confidencial? Todo eso no importaba, desde que Noah murió, me da igual lo que me pase. Como si me meten en la cárcel o me atropellan o matan, me daba igual.Dí un paso adelante y me paré una vez más enfrente de la puerta. Toqué la puerta y su madre volvió a salir. En cuanto me dijo que podía pasar, salí corriendo escaleras arriba y abrí la puerta de golpe. La abrí tan fuerte que casi acabó rota. Hugo me miró con cara orgullosa. Sus ojos volvieron a fijarse en el ordenador.
-Déjame mirar porfavor, Hugo- Hugo se levantó y me dejó sitio para sentarme. Delante de mí se encontraba las carpetas de todos los criminales y sospechosos de Japón. Mi cara se iluminó con algo de esperanza, ahora solo tendría que encontrar la carpeta de sospechosos de mi hermana, pero... ¿Cómo la encontraría?La verdad, es que no se me daban mal los ordenadores. Era buena con ellos pero no tanto como lo era Hugo. Mantenerme en secreto mientras husmeaba en las carpetas, no sería ningún problema. Le pregunté a Hugo el proceso para infiltrarse en la policía, de este modo no tendría que volver aquí. Él me explicó todo, ni siquiera hizo falta que lo repitiera, lo entendí a la primera. No era tan difícil como pensaba.
Seguí mirando toda la información y entonces la encontre. La carpeta con el nombre de Noah Mitsuki. En ese momento mi corazón paró de golpe. Coloqué el ratón del ordenador encima de la carpeta. Clické la carpeta y aparcieron imagenes del escenario del crimen. Abrí imagenes y ví todas las fotos, allí también se encontraban imagenes de Noah el día que ocurrió. Al ver esto, Hugo fue andando hacia el pasillo mirando al suelo. Giré la cabeza y miré de nuevo al ordenador. Había fotos del cuerpo de Noah en el laboratorio. Su piel estaba blanca y tenía marcado con rotulador algunas zonas del cuerpo, donde sufrió agresiones. A pesar de que me doliera ver a Noah así, pensé que mirando esto y sacando mis propias conclusiones podría ayudarla. Solté todo el aire que guardaba de golpe. Allí estaban los documentos e informes policiales. Decidí volver a casa y revisarlos allí, Hugo ya estaba sufriendo demasiado. Además tenía que liberar mi cabeza, estaba a punto de estallar, era demasiada información para examinarla rápidamente. Lo mejor era mirarla en casa la mañana siquiente, con la mente limpia.
ESTÁS LEYENDO
Murder Scene
RandomNara es una chica de 15 años. Un día Noah, su gemela, no vuelve a casa y Nara se duerme sin esperar a que vuelva. Cuando despierta se entera de que Noah está muerta. Nara se colará en la información de la policía e investigará el caso. Encontrará qu...