Mi Príncipe Azul 2 [Fanfic De Corazón De Melón]

capítulo 6: Encuentros decisivos

Aun con mi positividad y mente abierta, no pude avanzar en mi decisión, e incluso, creo que he retrocedido. Es que; quiero irme, esto podría ayudarme mucho en un futuro... pero, yo quiero un futuro junto a Nath, se que el fue quien comenzó todo esto, pero por mas que quiera sacarlo es lo único que pasa por mi mente cuando estoy por tomar una decisión.

Al final, y, como no iba a ningún lado, resolví que lo mejor seria mis amigos decidieran indirectamente por mi... Veré como "evolucionan" las cosas y dependiendo eso, tomare la decisión final.

Poco antes de comer me llegó un mensaje de Kurumi y  mas tarde de Leslie; Kurumi tuvo que hacer un viaje de improviso junto a su familia, por algún motivo que, aun, desconoce. Mientras que Leslie se esguinzo el pie, asi que no iría por varios días.

Al leerlos, solté un suspiro, las quería mucho y quería contarles, pero esto es algo que tengo que decidir por mi cuenta, y muy bien sabia que me impedirían irme ... O me seguirían.
Volví al salón, vi que mis hermanas habían vuelto, por lo que me acerque a saludarlas, a Lucy revolviendole el cabello, mientras que a Emma solo le dije "hola" con una sonrisa, normalmente mis saludos eran mas alegres, pero, mi falta de humor no me lo permitía.
La comida concurrió con tranquilidad, entre charlas y risas, de las cuales no participaba, mi mente estaba en otro lado, lo cual, en cierta parte, causaba algo de preocupación a mis hermanas, mientras que mis padres ya suponían la razón. Una vez acabe mi almuerzo me levante y fui, ignorando las miradas de preocupación de mis hermanas, se que es muy probable que mi acción sea peor, pero, no quiero que se hagan una idea equivocada de algo que aun no está decidido.

Pov omnisciente

Sucrette entró en su cuarto, tomo uno de los tantos libros que siempre se encontraban desparramados por el suelo, los cuales debería de juntar. Ademas agarro una pequeña mochila, en la cual guardo el libro, sus llaves, y un abrigo, ya que hacia algo de frio. Antes de salir revisó su móvil, había demasiados mensajes y llamadas perdidas, todas de Rosa, quien debía de estar preocupada. No se tomo el tiempo de leerlos, volvió a dejarlo sobre la cama y se marcho luego de avisar a sus padres. Realmente no quería hablar con nadie, tenia la necesidad de estar sola...solo ella...ella y sus libros.

Estuvo un buen rato en el parque leyendo. Cuando comenzaba a oscurecer se levanto y comenzó a caminar, aprovecho para pensar un poco, tomando el camino largo, el cual era por las tiendas. Al pasar cerca de la tienda de Leigh, dio algunos pasos mas hasta que se empezó a escuchar una voz familiar llamándola, perteneciente a la misma albina que estuvo enviándole miles de llamadas y mensajes los últimos dos dias.
Al principio opto por ignorarla, pero Rosalía la alcanzó eh impidió que siguiera caminando.

- Su_u... - Murmuro entre jadeos mientras intentaba recuperar el aire. Había corrido, y como era bien sabido, su resistencia física no era muy buena. -...Que ocurre?, desde ayer que estas faltando sin razón, y no contestas los mensajes y llamadas tanto mias como las de Alex... -agrego luego de haber recuperado el aliento

No me ocurre nada. Estoy bien, enserio – respondió rápidamente para luego darle su major sonrisa falsa. Las cuales cada vez eran mas difíciles de diferenciar entre las reales.

Rosa iba a decirle algo, quejarse, ya que aunque su sonrisa falsa fuese casi perfecta, la conocia lo suficiente como para no ser engañada. Pero, antes de que se diera cuenta, Sucrette ya se había ido.

Por su parte, Sucrette volvío a la "rutina" que tenía ultimamente, casi literalmente se encerro en su cuarto por el resto del día a leer, solo bajo para comer, y luego reanudo la lectura al estar otra vez entre las cuatro paredes de su cuarto… Era algo confuso, pero mientras mas se empeñaba en olvidar al delegado rubio que tanto quería, crecía mas el deseo de volver con el, de volver a tener esas tardes en la biblioteca que muchas veces acababan con besos apacionados, los cuales debían interrumpir para no ser descubiertos, los paseos nocturnos luego de quedarse luego de clases a ayudarle con el papeleo, sus abrazos que le provocaban esa sensación de protección a la vez que aquel aroma penetrante, pero  sin llegar a ser agobiador. Todo, extrañaba todo de el…de ellos, pero, una parte de ella le decía a gritos que el no valía la pena, mientras que la otra exclamaba aun más fuerte, que le diera una nueva oportunidad y luego juzgara.