Prologue: Inner-Storm

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Se saboreaba la melancolía. Sonaba levemente el susurro del aire entre las hojas, acompañado del sonido de las gotas de agua chocando contra las mismas en su descenso. Se levantaba el olor a tierra mojada, y ese... ese es el sabor de la melancolía.

Se encontraba ella en su jardín, sentada sobre el césped justo en el punto donde nada la protegía de la lluvia. No sonreía, no era necesario hacerlo. La sonrisa es el gesto en el cual se le muestra a los demás la alegría que uno siente. En cambio, El latir desenfrenado del corazón, las mariposas en el estómago y la mirada fija a su llegada. Eso es la verdadera alegría, algo que muchas personas que sonríen nunca han sentido.

Para ella, la lluvia era el mayor sentimiento de vulnerabilidad que había. Le hacía sentir viva.

-Hija, entra a la casa. ¿Qué no ves que esta por llover?

-Claro, ¿Por qué crees que estoy aquí sentada?- Volteo a verla con una sonrisa.

-En vez de que estés estudiando para tu examen, ¿Te tomas la libertad de perder tu tiempo en banalidades?

-No lo estoy perdiendo, paso tiempo conmigo misma. Mucha gente no lo hace. Por lo general la gente conoce mucho de muchas personas, pero no se conocen a sí mismas.

-¿Sigues viendo al estúpido de tu amigo filosofo?, ¿Qué no vez que te llena la cabeza con tonterías?- Intento calmarse- Mikaela, entra a la casa, te vas a enfermar, por favor.

Mikaela volteo a verla sin resentimiento alguno por lo que le acaba de decir a Desmond, su mejor amigo.

-¿5 minutos?

Su madre entro sin decir nada.

Ella veía el umbral de la entrada de su casa. A pesar de que conocía a Desmond desde hace años, y que su madre de igual manera lo hacía, no entendía como le perdió el cariño al compañero de vida de su hija. Tal vez la madre de Mikaela conocía su forma de ser, de expresarse y su manera tan emocional de ser, pero Desmond conocía su vida social y como se desenvolvía ella en sociedad y como sobrevivía a esta.

Poco a poco empezaba a caer la lluvia. Parecía que iba a ser una tormenta. Volvió a mirar al cielo expectante.

Su teléfono comenzó a sonar. Era una llamada de Anna Lee su amiga de la secundaria, que aunque no siguieron los mismos pasos, se frecuentaban y eran muy unidas.

-¿Si?

-¿Mika?, ¿Estas ocupada?

-No, realmente no.

-Bueno, ¿Mañana vas a la universidad?, necesito platicar contigo, tengo avances para el proyecto de mapeado cerebral.

- ¿Ya sabes usar el encefalograma?

-Sigo aprendiendo, perdona por las molestias, pero sabes que es algo muy importante para mí.

- De nada Annie y gracias por tomarme en cuenta en tus proyectos.

- Gracias a ti Mika, no creo que nadie más que conozca preste su tiempo y se deje plantar electrodos por toda la cabeza solo por ayudar.

Sonrió – Nuevamente, de nada.

Se escucharon risas por la bocina – ¿Puedes a las 11:00 AM?

-Si, a las 11.

-¡Mika, entra de una vez por favor!- Grito su madre desde adentro.

Volteo a ver el umbral –Tengo que colgar, nos vemos mañana Annie.

-De acuerdo, hasta mañana Mika.

Mikaela entro y subió rápidamente a su cuarto sin hacer caso a su madre, solo la escuchaba decir entre dientes: "Ya está muy grande para que le esté llamando la atención, se puede enfermar, ¿Qué diría su padre si siguiera estando aquí?..."

Entro a su cuarto, cerró la puerta, en el estéreo, puso un Cd de Coldplay para que se reprodujera. Observo la pantalla de su celular, 6:00 P.M, no había nada que hacer. Corrió por un trapeador y unas toallas. Tomo un suéter sucio, de esos que colgamos en una silla, y lo coloco debajo de la puerta tapando la abertura. Empezaba a sonar una canción del disco:

"Those who are dead, are not dead

They're just living in my head"

Se sentó debajo de la ventana de su cuarto, estaba abierta. Poco a poco empezaba a entrar la lluvia por la ventana, abrazándola. Sentía frio pero le encantaba la sensación de la lluvia. De repente se soltó de golpe mojándola. Cerró los ojos y se perdió en si misma.

"Time is so short

And I'm sure

There must be something more"


Make It Rain: Protect Me From MyselfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora