Say you won't let go

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Robin:

Era de noche, yo me encontraba en un club, supuestamente debía estar divirtiéndome con mis amigos, pero no.

Mi vida no era nada como yo quería que fuera.
Veía a todos mis amigos felices con sus parejas y yo perdidamente enamorado de Regina, mi mejor amiga desde la escuela (aunque digamos que tenemos pasado, pero ambos decidimos "olvidarlo" por el "bien" de nuestra amistad).
Regina vivía  en Nueva York por trabajo; no la había visto en mucho tiempo, aunque sí que hablábamos bastante, por eso sabía que no estaba casada o algo por el estilo.

En cambio yo, estaba comprometido con alguien a quien no amaba, porque todo fue un arreglo de nuestros padres, pero ella sí esta enamorada de mi. Yo solo no sabía cómo deshacer ese compromiso.

Regina llegaba esa noche para la cuidad, volvería a vivir aquí, pero nos dijo que no estaba muy segura de poder ir, pues si estaba muy cansada preferiría dormir.

Después de unas horas la vi.
Había ido, se veía radiante y toda la oscuridad que había sentido momentos antes se fue; ella lograba ese efecto en mí, ella era mi luz.

Bailamos toda la noche, bebimos demasiado hasta el punto en que ella se sintió mal y tuvo que ir a vomitar mientras yo le sujetaba el cabello. Luego se reincorporó y avanzó delante de mí para volver a la fiesta; volteo a verme y me sonrió, yo quede como piedra, esa sonrisa me seguía matando como lo había hecho hace años atrás.

Al volver sonaba de fondo una canción lenta, así que la invite a bailar y al transcurrir la melodía la iba pegando más a mi pecho.

Después de un rato Regina me pidió si podía acompañarla hasta su departamento, por mi parte acepte con mucho gusto. Al llegar hasta su puerta nos despedimos y por cosas del destino (digo destino porque para esas alturas ya no estábamos tan borrachos como hace horas atrás) ambos giramos para el mismo lado el rostro y en vez de darnos un beso en la mejilla, nos besamos, fue un beso que me aseguró que aún seguía sintiendo lo mismo por esa mujer que me conocía perfectamente y sabía todo acerca de mi.

Al finalizar el beso me invitó a pasar. Entre a su departamento, hablamos durante un rato.

Decidí que ese era el momento. Le dije a Regina que nunca la había dejado de amar, que lo que sentía por ella nunca se había ido; le prometí que por más que costará un poco de tiempo estaríamos juntos pase lo pase, le prometí que la iba a amar hasta que mis pulmones no puedan más, le prometí que yo sería quién llevaría a nuestros hijos al colegio, que siempre le llevaría el desayuno a la cama y que por más que tenga todo el cabello hecho canas jamás dejaría de amarla. Tan solo le pedí que no me dejara ir de su vida ni de su corazón.

La parte más importante y más feliz de la noche fue que Regina acepto con una sonrisa en sus labios, para luego decirme que ella se había sentido igual, ella nunca me había dejado de amar al igual que yo a ella.

Ahora un año después puedo decir que me siento el hombre más afortunado, porque soy feliz al lado de Regina, quien ahora es mi esposa, y más feliz aún porque pronto tendremos en nuestros brazos a un pequeño bebe.

ONCE UPON A TIME   ONE SHOTS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora