Noche de Chicas

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Era tiempo de dejar las labores de madres y esposas.
Regina, Emma, Belle, Snow y Zelena tendrían su noche de chicas.
Ellas salían cada cierto tiempo para relajarse.
Así mismo, quienes quedaban a cargo de los bebes eran los hombres los que odiaban todas las noches de chicas.
Para las chicas esta tenía algo en particular, todas habían decidido que esta vez irían a tomar unos tragos en un bar de la ciudad, y como todas las otras veces los hombres se quedarían en casa de los Mills para tener apoyo mutuo.
Regina, Emma, Belle, Snow y Zelena dejaron todo preparado para la noche que les esperaba a sus esposos.
Regina dejo tres biberones listos para que Robin se los diera a Riley durante el transcurso de la noche, pues la pequeña se levantaba cada dos por tres.
Emma había preparado la bañera para que Killian duchara a el pequeño Liam y después lo llevara a acostar, sonaba fácil, pero siendo el niño hijo del capitán garfio todo era inesperado.
Belle le estaba dejando una serie de cuentos a Rumplestiltskin para que, por si en algún momento de la noche Gideon se despertaba lo pondría de nuevo a dormir, pero el truco en dormir a Gideon era que solo SOLO Belle le podía contar una historia, digno hijo del oscuro.
Snow, al igual que Regina, dejo los biberones y pañales necesarios para la noche. La tarea de David: combatir los regalos que le iba a dejar Neal en cada cambio de pañal.
Del mismo modo Zelena le había dejado todas las pautas a Hades para cuidar a la pequeña Helena durante la noche, si se despertaba debía tomarla en brazos y arrullarla durante un tiempo y si quería comer los biberones solo tenían que ser entibiados.
Luego de haberles dejado todo listo a los hombres, las chicas salieron de la casa de Regina, pues les esperaba una gran noche.
Llegaron al bar y al instante que se sentaron empezaron a pedir tragos y entre cada tanto salían a la pista de baile, así fue durante toda la noche.
Perdieron la cuenta de todo lo que habían tomado después de la sexta ronda.
Cerca de las 3:30 de la madrugada todas volvieron a casa de Regina.
Sus esposos las esperaban sentados en la sala, quienes estaban medios dormidos medios despiertos, pero al ver el estado en que se encontraban sus esposas abrieron los ojos tanto que podría decirse que estuvieron a punto de salírseles.
Las chicas habían llegado ebrias hasta más no poder, tanto así que al abrir la puerta casi se caen hacia delante una sobre otra.
Robin, Killian, Rumple, David y Hades llevaron a sus mujeres al estilo novia a alguno de los tantos cuartos de invitados que tenía la casa de Regina y todas al sentir que estaban en un lugar cómodo cayeron en un profundo sueño.
Al día siguiente bajaron a desayunar/almorzar todas con un dolor increíble como si les hubieran lanzado mil balones o más directos a su cabeza.
Los hombres, que ya sabían cómo iban a despertar prepararon todo, vistieron a los niños, quienes o bien estaban en brazos de sus padres o estaban sentados en sus sillas esperando la comida.
Cada quien fue a ayudar a su esposa a sentarse y darle pastillas para la cabeza.
Entre ellos se burlaban por el estado de sus mujeres, para todos los hombres eso debía ser suficiente lección para que aprendieran a no volver a salir hasta tan tarde y volver tan  borrachas.
Todas entraron en un estado de furia porque sus esposos se estaban divirtiendo con el dolor de ellas y por más que solo era una conversación en un tono normal ellas la escuchaban como si un millón de amplificadores las rodearan y emitieran cada palabra de la conversación en su máximo volumen.
Los chicos siguieron conversando acerca del estado de sus mujeres, hasta que Regina les dijo que se callaran y junto a ello encendió una bola de fuego; ellos pararon de inmediato.
Pero como uno debía meter la pata y en esta vez fue David, quien dijo que terminarían de burlarse de ellas en sus reuniones de hombres; todas voltearon a verlos con miradas asesinas que hubieran convertido a cualquiera en cenizas.
Snow le dijo a David que no volvería a tener que burlarse de ella, porque no iría más a las reuniones de hombres, y así fue en cadena hasta que todos los chicos quedaron prohibidos de asistir a sus reuniones.
Después de todo hombres y mujeres aprendieron la lección.
Los hombres no debían burlarse de sus mujeres cuando pasen situaciones similares y las mujeres debían aprender a controlar cuanto tomaban o que una quedara sobria para evitar que las demás se emborrachen y que lo único que causen sea gracia.

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