Un pequeño regalo

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Había pasado cerca de dos meses desde que ambos se habían casado, dos meses desde que decidieron unir sus vidas para siempre.
Emma:
Me encontraba sentada el sillón de la sala viendo algunas fotos de mi boda con Killian. Hasta ahora no me puedo creer que yo, Emma Swan, una joven rota y perdida, haya logrado obtener lo que más quería: un final feliz. Bueno, en mi caso un nuevo comenzar, porque sé que lo que estoy viviendo no es un sueño y que aún tengo mucho por vivir.
Sabía que al casarme estaba dando el primer paso para empezar esta nueva historia y que ahora puedo decir que está por escribirse el segundo capítulo, además que sin tenerlo planeado Liam me había ayudado con la sorpresa que tenía.

Flashback
Estaba limpiando la casa, más específicos el cobertizo, cuando me encontré con una caja que tenía el nombre de Killian. Al principio no sabía que pensar sobre esto, ¿debía abrirlo o no?; la caja se veía muy desgastada, y sabía que se debía por el tiempo.

Decidí abrirla y al hacerlo me lleve una sorpresa.
Dentro había una carta con un pequeño brazalete. Me quede por un buen rato observando el contenido de esta; quería leer la carta, quería saber cuál era el significado de ese brazalete y obviamente el porqué era tan pequeño, pues estoy segura que para Killian no era precisamente.

Sin perder tiempo, con algo de temor y con mi conciencia gritando que no leyera esa carta, la abrí y empecé a descubrir la historia de aquel pequeño objeto.

Luego de un rato de haber estado procesando toda la información de esa carta comprendí que: el brazalete era de Killian, de cuando había sido un bebe, Liam había sido quién se la había dejado en la caja junto con la carta, en donde él se anticipó a los hechos, quería que el brazalete fuera para el primer hijo de Killian y que se lo diera como regalo de parte de su tío, pues "supuestamente" el objeto se había perdido, pero era Liam quien lo tenía.

Fin del Flashback
Hoy era el día en el que le diría a Killian sobre mi embarazo y tenía el elemento perfecto para poder darle la sorpresa que quería.

No sabía si se iba a enfadar por haber leído la carta, pero estaba segura que después de todo se alegría.

Por la tarde Killian llego a casa del trabajo.
Comimos y después le dije que teníamos que hablar de ciertas cosas.
Fuimos a la sala en donde yo le entregué el brazalete y le dije que lo había encontrado cuando estaba limpiando y que había leído la carta que estaba junto al objeto; pude ver cómo se tensó cuando dije eso, pero aún faltaba la mejor parte.
Le dije que me había puesto a pensar acerca de lo que contenía esa carta y como me hubiera gustado que Liam pudiera conocer a su sobrino o sobrina, pero estaba feliz porque dentro de aproximadamente ocho meses el brazalete tendría un dueño que lo llevaría por siempre.

Killian no tardó en darse cuenta de lo que había dicho, pues luego se lanzó a abrazarme y besarme muy dulcemente, después nos despegamos y lo único que podía ver era la gran sonrisa que se había formado en la cara de mi esposo y sin darme cuenta yo también estaba sonriendo ampliamente.

Ahora solo había que esperar ocho meses para poder tener a nuestro pequeño o pequeña en brazos y verlo usar el regalo que le había dejado su tío.

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