Historia I. Capítulo II

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Jamie  POV.


No puede ser simplemente me resulta difícil de creer lo que Erik acaba de decirme, pero en definitiva no sé por qué demonios he aceptado manejar la campaña de cosméticos, yo quería la de la compañía de autos y se la han dado a esa chica pelirroja, la tal Camille  quien apenas lleva un par de meses aquí.

Voy a mi oficina a buscar mi portátil y otras carpetas que necesito, cuando salgo me doy cuenta de que  todo el mundo está observándome ya que a esta hora deben estar enterados de lo sucedido; los chicos de mi equipo creativo Karl, Aaron y Scott se despiden de mí, después de eso voy directo al estacionamiento y me subo a mi auto.

Voy recorriendo las calles y pienso en que necesito relajarme un poco, así que  quizás lo mejor sería ir  a tomarme una copa; después de darle vueltas al asunto aparco el auto fuera de un bar. Una vez dentro del lugar me acerco a la barra y le pido al barman un wiski quien me lo sirve de manera eficiente, mientras tomo mí bebida observo a mi alrededor y me doy cuenta de que varias chicas me observan y me lanzan miradas coquetas, a algunas les sonrio y pienso en la posibilidad de acercarme a alguna de ellas y divertirnos, tal vez el sexo pueda ayudarme a mejorar mi humor.

-Hola cariño, ¿me invitas una copa? Dice una mujer rubia con enormes senos y ropa ajustada.

-Claro. Le respondo y de inmediato pido al barman un Martini para ella.

Una vez que le entregan su copa a mi acompañante comienza a beberla de manera seductora, la observo.

-¿Por qué no vamos a tu departamento? Me suelta -¿Tienes coche? ¿Qué modelo es?

-Espera un poco la noche apenas comienza. Le digo para calmarla un poco y pienso en deshacerme lo antes posible de esta oportunista en potencia.

-Tengo curiosidad, es todo. Responde la chica de los senos falsos.

-¿Otro Martini? Pregunto cuando veo su copa vacía.

-Si cariño.

Pido un par de tragos más y cuando me los sirven observo a una chica joven y también rubia, lleva un vestido rojo es bastante guapa, pide dos shots de tequila y se sienta a lado mío, en ese momento  una chica castaña, de piel blanca y ojos azules se acerca  a la chica rubia. De inmediato centro toda mi atención en la castaña, ignorando completamente a mi acompañante quien comienza a hablar y yo no le presto la más mínima atención.

La rubia hace que la castaña se tome casi obligatoriamente un shot de tequila, después de unos segundos las amigas tienen lo que parece ser una discusión y la castaña se aleja, al parecer se dirige a la salida. Inmediatamente tomo mi móvil diciendo que tengo que atender una llamada importante, dejo un par de billetes sobre la barra y dejo a la rubia de senos falsos, quien comienza a maldecir. Voy caminando abriéndome paso delante de las parejas que se encuentran bailando, al llegar a la salida busco con la mirada a la castaña pero no la encuentro, ¿Qué demonios me pasa? ¿Qué hago yo tras una chica?

Decido entrar nuevamente pero esta vez me quedo en una mesa cerca de la pista de baile ya que bajo ningún motivo me gustaría encontrarme de nuevo con la mujer a la que le invite una copa; después de beber varios tragos mientras observaba bailar a la infinidad de chicas en el lugar decido que lo mejor es irme y justo en el momento en que me pongo de pie siento mi cuerpo chocar contra alguien.

-¡Rayos! Fíjate. Digo de manera firme, levanto la mirada y ahí está esa chica castaña a la que hace unos minutos perseguí.

-¿Disculpa? Dice enojada. –Creo que eres tú quien debería tener cuidado.

Observo a la castaña que tengo enfrente, es bastante guapa solo que lleva el vestido empapado, ella se aleja de inmediato dirigiéndose al sanitario y yo vuelvo a seguirla. Una vez que estoy fuera del sanitario busco a la castaña en medio de una larga fila de chicas esperando turno para entrar, al no encontrarla me quedo ahí esperándola.

-¿Qué haces aquí? Dice ella y por el tono de su voz deduzco que sigue molesta.

-Vengo a invitarte una copa. Digo de manera seductora.

-Ya veo, por si te lo preguntabas estoy bien pero necesitaba asearme después de que al no fijarte derramaras jugo sobre mi vestido y respecto a tu invitación no puedo aceptarla. Dice y hace el intento de irse pero por algún motivo me pongo delante de ella impidiéndole el paso.

-Es solo una copa no quiero hacerte daño. Le digo para calmarla.

-No puedo aceptar invitaciones de tipos como tú. Dice con voz firme.

-¿Tipos como yo? Pregunto incrédulo, seguramente piensa que soy un acosador que por mi extraño comportamiento de haberla seguido es lo más lógico.

-A leguas se ve que eres un patán, me seguiste hasta acá y no te tomaste la molestia de pedirme una disculpa, supongo que tu plan es invitarme una copa, después otra hasta lograr que esté completamente alcoholizada para después llevarme a tu cama, pero déjame decirte que conmigo eso no va a funcionar. Dice mirándome a los ojos, la dejo pasar y la observo caminar hasta perderse en medio de la multitud.

No sé cuándo ni cómo, pero en definitiva tengo que volver a ver a esa castaña de ojos azules, guapa, fuerte y decidida, una chica que sin duda ha logrado captar toda mi atención.

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