Dakota no podía creerlo, la cabeza le daba vueltas y el corazón le latía deprisa, la vida era cruel. Ese día luego de beber una taza de té e intercambiar una charla con Jamie y agradecerle por lo que hizo por ella se despidió y fue a su casa, trato de dormir pero una idea rondaba por su cabeza, tenia que hacerlo ya que sin duda se trataba de él.
Una semana después...
-Así que te dedicas a la publicidad.
-Si, de hecho soy el mejor en lo que hago. Respondió sin quitar la vista del móvil, como habían intercambiado números la había llamado para preguntarle como seguía y ella por amabilidad y para saber más de su objetivo lo invitó a tomar un café, obviamente él no iba a rechazar la propuesta de la hermosa chica de ojos azules. Mientras más lo observaba se convencía de que era el tipo que ella buscaba y se encargaría de que pagara por lo que hizo.
-Bien, hora de irme hasta luego. Dakota tomó su café y salió del local.
-Oye ¿a dónde vas? Jamie estaba asombrado, era la primera vez que una chica lo abandonaba en medio de algo y sin duda la primera vez que él salía tras la chica, pero esa mujer de ojos azules lo había atrapado desde el momento en que la vio, era como si lo hubiera hechizado.
-Tengo cosas que hacer, el tiempo de los demás también es valioso y...
-Vaya que sorpresa James, no imaginé verte tan pronto con tu nueva chica.
-También me alegro de verte Lauren.
-Al menos recuerdas mi nombre. Ten cuidado chica no te conviene salir con un tipo así, te aseguro que solo saldrás con el corazón roto decía Lauren mientras retomaba su camino. Definitivamente las palabras de esa mujer causaron un escalofrío en Dakota, pero esto sin duda ayudaba a confirmar sus sospechas y no había vuelta atrás.
-Lo siento, las cosas con Lauren no salieron bien, yo...no hice las cosas bien.
-Pude darme cuenta, tengo que irme. El sujetó su mano y sintió como su corazón latía frenéticamente, pero las palabras de Lauren la habían asustado, el quería que se quedara pero lo mejor era dejarla ir.
-Espera Dakota, podemos vernos mañana?
-Tengo cosas que hacer, tal vez luego. Ella respondió sonriente y Jamie tomó nuevamente su mano, la atrajo hacia él y estampó sus labios en los de ella, se besaban ella sabía que un hombre como él se merecía que le rompieran el corazón después de escuchar a esa chica y lo que le había pasado a su amiga por lo que era hora de que alguien le diera una lección.
Habían pasado un par de días desde su ultimo encuentro y Jamie no resistió la tentación y le marcó para invitarla a comer, y eso los llevó a concertar otras salidas como caminatas, un par de cafés, habían ido al cine y una noche Dakota apareció con un regalo para él, un gato al que llamaron chicken a Jamie no le gustaban los gatos pero aceptó el regalo, estaba encantado con ella y cuánto más tiempo pasaban juntos menos quería dejarla ir.
Unos golpes en la puerta la distrajeron, cuando abrió la puerta se quedó impresionada ahí estaba Jamie con una gran sonrisa y sosteniendo un ramo de flores, nunca había regalado flores a ninguna otra mujer que no fuera su madre.
-Son para ti,no sabía cuales son tus favoritas pero espero que te gusten.
-Oh gracias, son bonitas. Dakota las tomó mientras se dirigía a la mesa donde hacia un rato veía fotografías y afortunadamente no había ninguna que la delatara.
-Eres tu? Dijo mientras sostenía una foto con una sonriente niña con la cara manchada de lápiz labial.
-Si, me encantaba jugar a ser mi mamá, la admiraba.
-¿Y ahora, ya no? Pregunto Jamie esperando conocer un poco más de ella, habían hablado antes y había logrado que él le contara que debido a que siempre estaba interesado en el trabajo no había visto a sus padres desde hacia tres años.
-Es complicado. Fue lo unico que ella dijo mientras iba a la cocina a buscar un jarrón para colocar las flores.
-Se que no te gusta hablar de tu familia, pero...
-Basta Jamie. Lo miró a los ojos y no pudo contenerse se abalanzó sobre él y se besaron con desesperación mientras se dirigían a su habitación.