Capítulo 13

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Vimos una tienda bastante grande, supuse que era para turistas porque había muchas cosas de diferentes lugares. El centro comercial es enorme y entretenido, no había tanta novedad, pero disfrutaba pasar en cada tienda, aunque Alexander solo caminara con una cara de seriedad, me acompañó en todo momento. De vez en cuando tomaba los souvenirs que estaban en las estanterías, se descubrió el rostro de la bufanda y miraba con atención los objetos. A juzgar por sus expresiones pude suponer que le parecían curiosos.

—¿Nunca habías venido a esta tienda?

—Pues, no tengo la necesidad de entrar a una tienda de turistas, además...—miró las estanterías, parecía confundido—¿Qué se supone que es esto? — sujeta un peluche de un humanito deforme con bordados en su ropa, que a juzgar por sus ojos supuse algo, China ¿cierto? Comencé a reír al ver su rostro

—¿De qué te ríes? Hablo en serio, ¿Qué es esto?

—La idea errónea de representar un país, debes de admitir que está muy lindo

—Pero está deforme

—¿Y eso qué? Lo hace gracioso y lindo, me lo llevaré —se lo quité de las manos —Vamos, debe haber más cosas por aquí

Me observa un poco confundido, miró hacia dónde lo había tomado y agarró uno igual.

—¿Y eso? —pregunté con una sonrisa burlona

—Si tú te lo llevas entonces yo también

Le sonreí, me di la vuelta, quería ver qué otras cosas había por aquí. Estaba tan concentrada en lo mío, quería mostrarle más souvenirs a Alexander porque estoy segura de que le encantarán.

Oía a ciertas personas hablar a mis espaldas, pero supongo que es como en todo centro comercial.

—Mira, mira—me emociono mostrándole un muñeco gracioso representando al país de México

—¿Eh? Ah, sí, sí—no dejaba de mirar a todas partes como si algo lo intimidara

—¿Sucede algo?

—Yo...

—¡ES ALEXANDER MELENKOV! —gritan al unísono varias chicas sacando sus celulares y sonrojándose hasta ponerse rojas como jitomates

—Demasiado tarde—toma de mi muñeca y después me carga colocándome en su hombro

—¿¡Qué haces!?

—¡Cállate!

Él apresura el paso.

—¡Espera no he pagado! —aviento el peluche en la cara de la cajera, tenía miedo a ser acusada como ladrona tan pronto

—¡Bájame Alexander!

—¡Espera niña gritona! ¡Ah suelta mi cabello! ¡Suelta!

—¡Bájame! ¡Bájame!

—Te hago un favor gorda malagradecida

Abro la mandíbula haciendo de esos típicos suspiros dramáticos, llenando mis pulmones de aire y sintiéndome ofendida en todo aspecto.

—¡Pues esta gorda puede rodar desgraciado! ¡Bájame! ¡Bájame!

Omite mis gritos y pataleo intentando zafarme, pero debido a esto él pierde el equilibrio y caemos justamente en medio de la calle en la entrada de la tienda.

—¿¡Qué te pasa!? —exclamo sobando mis rodillas, el impacto con el suelo ha hecho que se raspen —¿Estás loco o qué? ¡Pudieron meternos a la cárcel!

—¡Kyaaaaaa! —salen gritando las chicas incluyendo la cajera al ver a Alexander, es como si fueran a balancearse sobre él, las personas alrededor lo miran e inmediatamente sacan sus celulares ¿¡quién demonios es Alexander como para causar estrepitosos escándalos!?

Amor en notas musicales (#1 Saga Amor entre acordes) EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora