Magia

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Querido Mejor Amigo:

Lo que hicimos aquel día fue magia. No fue lo mejor, no fue lo más placentero, pero fueron nuestros cuerpos unidos por fin, piel a piel, dándose calor. No es que esté muy contenta con cómo yo me desenvolví, pero me atreví. Sabía que con tu confianza podía, y ahí estaba, descubierta a tu cuerpo, a ti. 

Creo que no podré olvidar esos abrazos eternos donde la seguridad me envolvía con tanta fuerza. Creo que no podré olvidar nuestros ojos mirándose como viejos conocidos dándose amor. Luego de tantos meses después, guardo ese recuerdo como algo precioso que viví. 

Gracias por formar parte de esa etapa de mi vida. Gracias por darme alas, por curármelas, por cuidarlas cuando yo no lo hacía. Gracias por ser y estar. Gracias por enseñarme, por lanzarme a lo alto o, al menos, por intentarlo, aunque yo no pudiese con el peso que tenía dentro.

Sabes que ha llegado a mi vida una persona muy especial; una persona que, solo con su luz, ha conseguido llenar mi vida de ella. Ha sido en el peor de los momentos en que ha aterrizado en mi negrura, en mi presión y ha volatilizado todo lo que me envolvía. Supo devolverme la ilusión, supo darme valor y fuerzas, supo. No puedo creer que tenga la suerte de tenerla ahí, pero me siento tan afortunada de que así sea... Sólo quiero decirte que es lo que necesito, que sí, que estoy bien y que puedo gritarlo bien alto, justo como deseabas cuando te diste cuenta de cómo estaba. 

Sólo quiero verte de nuevo y abrazarte,

       te quiero mucho


Querido Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora