En esta noche sublime te invito a abrazarme,
para que nuestros cuerpos vuelvan a experimentar
la pasión que nos conduce al sensual elixir del regazo de Venus.
Al entregarnos de tal manera,
puedo contemplar en tu explicita desnudez,
el amor y el ardor que solo tú puedes producir en mi cuerpo y en mi alma.
Porque una vez que he sido participe
de la exposición de tu esencia, no hallo
bálsamo que colme mi alma.