capitulo 10

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No puedo negar que estaba muy nerviosa por conocer a los padres de Stefano, ¿y a este que diablos le pasa porque tanta gentileza?

Antes de que Stefano abriera la puerta de su apartamento, se puso delante de mi y me dijo.

-Adentro esta mi madre, es una mujer de carácter muy fuerte y mi padre es muy reservado...en cuanto a mi hermana, ella es muy especial, no le habla a cualquiera, así que...si no les caes bien no creo que estén de acuerdo en que te quedes con nosotros más días...

¿estaba hablando en serio? ¿y que haré entonces? ¿ a donde voy?

¡estúpida, estúpida, mil veces estúpida! ¡nunca debí haber hecho este viaje! 

Me quede estupefacta, no sabia que decir.

solo me limité a asentir con la cabeza, ¿que podía decir?

darle una bofetada, eso merece por poco hombre...

no puedo hacer eso, estoy en su casa...

cuando entramos todos me miraron curiosos, pero nadie dijo nada, hasta que el padre se acerco a mi.

-¡Camila!eres muy hermosa...- me tomó la mano y me dio un beso en la misma.

-es verdad, eres muy bella, querida...- dijo la madre, con una sonrisa de oreja a oreja.

La hermana solo me miró y sonrió timidamente.

-Camila, además de hermosa es un amor de chica...-dijo Stefano, sonriente, dirigiéndose a mi.

¿quien diablos era esa persona?

¡este tipo algo trae entre manos!

¿que queria?¿que estaba planeando, o más bien que estaban planeando?

Sentí como me ruboricé, mis mejillas ardían del rubor, solo les agradecí el cumplido.

¿por qué siempre tienes que ruborizarte cuando te dicen un cumplido? 

¡no lo sé, es algo que no puedo controlar!

Esa noche fuimos a cenar  al Ristorante Sant 'Ambrogio, tuve una conversación realmente interesante con el padre de Stefano, la hermanita estaba con su celular y Stefano y su madre hablaban despacio como si yo no los escuchara o no entendiera que hablaban de mi.

-¿que te parece la chica eh?- dijo Stefano

-Es muy bonita, estoy contenta de que la hayas invitado a pasar unos días con nosotros...-dijo la madre.

-nunca pensé que en verdad vendría...es una locura...-dijo Stefano con tono irónico.

-tienes que llevarla a Venezia y  a Roma por lo menos...hijo...¿entiendes?

-no se si tenga tiempo para eso, además es muy costoso.

la mamá iba a decir algo, cuando el padre los interrumpió. 

-hagamos un brindis por Camila, fue muy valiente por haber hecho este viaje sola- dijo levantando la copa.

Brindamos. 

-Stefano estuvo en Dinamarca hace algunos meses y la familia que lo hospedaba no lo trataba bien, este no será tu caso tesoro mio...-dijo la mamá con el mismo tono dulce de siempre.

Stefano soltó una carcajada.

-pero a diferencia de mi, ¡yo si pagaba!- dijo aún riendo.

Su padre lo volteo a ver con indiferencia, como para decirle que se callara, pero el continuó.

-además Dinamarca es muy costosa... si para un italiano lo es, ¡ahora imagínense para un mexicano!

seguramente tendrías que pedir limosna en la calle para poder sobrevivir!- dijo dirigiéndose a mi.

¡maldito! ¡hijo de puta!  ¡dile algo Camila!

No podía más, ¡no podia soportar tanta humillación! 

salí corriendo del restaurante, pero esta vez el padre de Stefano me siguió.

-¡Camila, espera!- me tomó el brazo.

comencé a llorar, pero de rabia, me había humillado delante de su familia.

¿que esperaba que hiciera?¿que me quedara callada y siguiera soportando sus groserías? 

El papá me abrazó. 

Sentí que alguien nos observaba, pero preferí no voltear.

por un momento sentí miedo, pero la calidez de ese señor que me tenia en sus brazos, me dio mucha tranquilidad.

-perdona a mi hijo, Camila...él a veces es así, pero solo bromea...por favor, regresa a la mesa con nosotros, le dije que se disculpe contigo.

¿a veces bromea? ¡vaya que tipo de bromas!

Tal vez..es verdad

¡Camila!

Cuando regresamos Stefano me miró y me sonrió aún divertido e ironico, como si le pareciera una cosa muy estúpida el hecho de disculparse conmigo.

-Discúlpame tesoro, solo bromeaba...

-Stefano es muy simpático...tesoro...solo bromeaba- dijo la madre.

Yo hice finta de que no me importaba y sonreí como si nada hubiera pasado, aun cuando dentro de mi estaba tórrida de rabia y envuelta de humillación.






BesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora