Heart.

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Los labios del peliplata no tardan en buscar los de su novio en cuanto cierran la puerta de la habitación. Puede sentir como Yuri sonríe contra sus labios para después corresponder con timidez y algo titubeante su beso.

Hay veces en la que a Victor le parece gracioso como Yuri actúa con tanta timidez en cuanto al tema de los besos, ya que fue el nipón el que tomó la iniciativa, el pelinegro le había robado su primer beso cuando ambos tenían quince años, eso había pasado hace ya dos años.

Ambos habían estado viendo una serie en la habitación de Victor, éste tenía apoyada la laptop en su regazo mientras compartían un par de audífonos, aunque realmente el ruso no estaba poniendo atención al capítulo, Yuri estaba tan cerca de él que podía sentir su calor corporal y ese suave aroma a chocolate que desprendía. En la pantalla se veía una escena de dos chicos mirándose, poco a poco se acercaron y tras una palabras por parte de uno de ellos se besaron. Victor sabía que aquellos chicos sólo estaban actuando pero aquel beso se veía tan natural, tan calmado que no pude evitar sonrojarse sólo un poco.

Estaba a punto de levantarse para ir a la cocina con una tonta excusa de ir por más gaseosa cuando Yuri tomó su mano, el ruso se giró hacia su amigo que lo veía directamente a los ojos brillantes y sin más acortó la distancia que existía entre ellos y lo besó. Había sido un beso torpe, para ambos era el primero así que su experiencia era nula pero para ellos fue maravilloso. Sus narices habían chocado en un momento haciendo que ambos rieran contra los labios del otro.

Cuando se alejaron simplemente se sonrieron, Victor dejó un beso en la mejilla de su amigo y volvieron a ver su serie aunque ésta vez mantuvieron sus manos unidas.

—Victor —la voz de Yuri lo trae de vuelta de sus recuerdos.

Se aleja un poco de su pelinegro y acaricia las bonitas y algo regordetas mejillas de su novio, Yuri le sonríe de la forma en la que sólo lo hace para él. Lo mira enternecido cuando el nipón ladea su cabeza buscando el calor de la palma de su mano.

—Te amo, Victor —susurra su novio, poniéndose de puntitas para dejarle un suave beso en sus labios.

El peliplata sonríe ampliamente al escuchar esas palabras, aquellas dos palabras por parte de Yuri podían alegrar hasta su peor día. Victor sabía lo que mucho que a Yuri le había costado aceptar o al menos decir esas palabras. El azabache no solía decirlas muy seguido pero no era necesario, con sus acciones Victor sabía que era amado por su novio.

—Te amo, Yuri —le susurra de vuelta sin apartar la mirada de Yuri.

Se acerca al rostro del nipón y va dejando suaves y cortos besos. Los ojos del Yuri se cerraron un poco cuando sintió sus besos.

—¿Yuri? —escucharon a la hermana del nombrado detrás de la puerta—. ¿Estás ahí?

Con rapidez el nombrado se alejó de su novio, acomodó sus lentes en el puente de su nariz, abrió la puerta sólo cuando Victor se sentó en el suelo fingiendo leer algunos apuntes de su clase.

—Sí, sí, Victor y yo estamos estudiando. Mañana tenemos examen —respondió con naturalidad.

El ruso observó a Yuri, lo conocía perfectamente como para notar que estaba haciendo un esfuerzo titánico para mantener su voz calma. Había escuchado muchas veces ese tono de voz en su novio.

Lo usaba cada vez que tenía que fingir que sólo eran amigos frente a los ojos de sus familias, amigos, en sí de todo el mundo.

A ambos le dolía aquello, les dolía y pesaba el no poder decirles a las personas que más querían que estaban en una relación desde hace dos años. Que se amaban profundamente a pesar de tener sólo diecisiete años. Que soñaban con algún día poder irse juntos y amarse con libertad de los prejuicios y odio de terceros.

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