Parte: 1

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'Cáncer terminal'. Solo esas dos palabras bastaron para que su mundo entero se destrozara, haciendo que sus sueños y metas junto con él, se hicieran añicos.

— Es broma... ¿Verdad? —Susurró el mayor de la pareja, sonriendo de una forma incrédula.— ¡Es una puta broma de mal gusto, ¿verdad?! —Exasperó el pelinegro tomando al doctor del cuello de su camisa sin pudor alguno.

— Amor, cálmate, todo estará bien... —Su voz; su voz le bastaba para calmar cualquier temporal en él.

No dudó en girar su vista hacía el menor, y ahí, tomando firmemente su hombro, con una amplia sonrisa en sus labios, sentía que su propia alma era arrancada.

¿Cómo puedes sonreír así?

— Lamento mucho todo ésto, señor Min, pero su pareja tiene la enfermedad muy avanzada, ya no hay nada que podamos hacer. —Habló el médico con voz firme a pesar de la situación, pero ya el mayor había dejado de escuchar.

Cada parte de su interior se destrozaba, su pecho dolía, dolía como el infierno. Quería mandar todo al diablo, quería gritarle en la maldita cara a ese hombre y decirle que estaba equivocado, que esos exámenes estaban mal, pero por el chico, quedó en silencio, sintiéndose cada vez más aturdido, un poco más perdido.

Al contrario de él, JiMin se mantenía tieso y sin demostrar demás, no quería que su mayor se pusiera peor. Su aura se mantenía tranquila, intentando transmitirle aquello a su pareja, intentando decirle que todo iba a estar bien.

(***)

— Cariño, ya cambia esa cara, todo va bien, saldré adelante de ésto... Lo prometo. —Dijo el menor mientras se acomodaba en su respectivo asiento al lado de su pareja.

El mayor simplemente lo miró con completa indignación, notando que a pesar de que había pasado una semana desde la consulta con el médico, éste seguía sonriendo, como sí todo estuviera de lo más normal.

— JiMin... Por favor. Ya no finjas. Se que te duele, te escucho llorar por las noches cuando crees que estoy durmiendo... —Soltó el mayor sintiendo como un nudo se le formaba en la garganta mientras que el chico apoyaba su cabeza el hombro de éste, sin siquiera tener el valor de comenzar a conducir.

— Hyung, ¿me seguirás amando? —Aquello simplemente le era un puñal más para el corazón del pelinegro.

— Claro que si, amor... ¿Cómo podría olvidar a alguien cómo tú? Sabes que mi cuerpo, corazón y alma, te pertenecen a ti, inclusive después de la muerte... —Sonrió de forma dolorosa, sintiendo como las lágrimas escapaban sin aviso alguno.— Nada ni nadie hará que mis sentimientos por ti cambien. —

— Entonces... Voy a esperar por ti, YoonGi hyung... Lo prometo. —Aquello simplemente fué el detonante para que el contrario rompiera en llanto, sintiendo como la impotencia apoderaba su cuerpo conforme el menor intentaba consolarlo.

¿Por qué tú?, no te mereces ésto, JiMin.

Spring day | YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora