Parte: 3

317 44 8
                                    

Cinco años después.

Sí yo fuera la nieve volando, podría... ¿Encontrarte más rápido?

Habían pasado horas pero el chico seguía allí parado, mirando estupefacto desde el gran ventanal, como los copos de nieve caían, y otros se alejaban poco a poco. Todo era blanco, esos días, le recordaban a él, quien siempre chillaba como un pequeño cuando comenzaban las primeras nevadas.

— ¿Aún amas ésto? Te extraño... No ha habido un día en el que te haya olvidado. —

¿Cuánto más tengo qué esperar?, ¿cuántas noches más tengo qué quedarme despierto hasta qué pueda verte, hasta poder reunirme contigo?

— Si, te odio. Me dejaste pero nunca he dejado de pensar en ti. A pesar de que te echo de menos y quisiera olvidarte, no puedo dejarte ir, pero olvidarte dolería menos, ¿verdad? —Susurró mirando con recelo por última vez el paisaje de afuera, sintiendo escalofríos recorrer su cuerpo al ver como su imaginación le jugaba una mala pasada; él sabía que el menor no estaba ahí con su cabellera de tinte rosado, llamándole con sus pequeñas manos y sonriendo como un niño.— ¿Podrías volver, aunque sea una última vez pero de verdad? —

En esos años, había mandado a todos al diablo, sentía que estaba volviéndose loco y poco ya le importaba.
Todos le pedían que lo olvide, que lo dejase ir, pero era imposible, su amor hacía él, era más fuerte que todos con sus palabreríos, más grande que esa enorme y pequeña distancia que separaba a la vida de la muerte. Aún le era difícil creer que JiMin pertenecía a aquel mundo, lejos de todo lo conocido, lejos de todo ser que quisiera hacerle daño.

— Lo único que quiero, es volver a tenerte conmigo. Sé que suena egoísta pero te necesito, quiero escucharte reír, ver tu hermosa sonrisa de alcancía, esa sonrisa que llenaba cada parte de mí. —Habló con su voz quebrada mientras se sentaba en la cama que años atrás habían compartido, esa donde ellos se habían entregado en cuerpo y alma.— ¿Recuerdas la primera vez qué hicimos el amor? Te veías tan tierno sonrojado de aquella manera, sinceramente, hiciste que me sintiera más enamorado de ti, sí es que eso era posible. Sentir tu piel, ver cada uno de tus lunares, escuchar tus gemidos, sentir el perfume impregnado en tu cuerpo, besar tus labios, han sido mis cosas favoritas en nuestra intimidad. Quisiera volver a nuestra última noche juntos, quisiera volver a tenerte entre mis brazos... Maldición, ¿por qué esto es tan difícil? —

Nuevamente la impotencia de no haber podido hacer nada por salvarlo, lo cegaba, haciendo de aquel lugar un sitio de lamentos y constantes maldiciones. No era capaz de vender la casa, ni siquiera de poder abandonarla, ¿cómo podría dejar aquello qué tanto les había costado?

Cariño, ¿sonreirías una última vez para mí?

Spring day | YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora