Parte: 5

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Treinta años después.

Había quedado solo, completamente solo. Ya no tenía a NamJoon o a Jin a su lado, ambos habían fallecido hacía unos años atrás. Él simplemente quería imaginar que ahora todos estaban reunidos, esperándolo. Aunque una cierta parte le dolía de imaginar que JiMin ya no lo recordaba, que quizás no había vida detrás de la muerte, que ya no podrían reunirse.
En un intento de alejar todo pensamiento negativo, suspiró derrotado porque de algo estaba seguro, que su amor hacía el menor, era infinito, a pesar de todos los años separados, seguía fiel a él, nunca tuvo necesidad de fijarse en alguien más, no tenía interés en conocer a otra persona; solo le importaba JiMin, quien únicamente era su mundo, él ha sido la única persona en su vida capaz de hacerlo sentir en el paraíso y en el infierno a la misma vez. No había nadie más.

Ninguna oscuridad, ninguna estación puede durar para siempre.

Sentándose con sus últimas fuerzas bajo un árbol, sintiendo como la primavera volvía y el frío invierno se despedía, sonrió mientras observaba aquel paisaje. Otra vez Park JiMin, venía a su mente.

— Las flores de cerezo están floreciendo, me recuerdan a ti y a tu cabellera, tan cálidas y tiernas como tú, todo lo contrario al frío invierno, que después de tanto, está llegando a su fin, ¿eso significa qué te veré pronto? Te echo de menos... Ya no puedo con ésto. —Algunos de los pétalos se desprendían por la brisa, revoloteando sin sentido alguno por el lugar.

¿Acaso era muy egoísta quitarme la vida tan fácil e ir hacía ti?

Su tiempo en ese mundo se había caducado, ya podía volver a sonreír, solo necesitaba estar a su lado, su intranquila alma sólo quería reencontrarse con la de su amado. Al fin estarían juntos, ya nada ni nadie iba a poder separarlos.

Espera un poco, sólo un poco más, estaré allí para verte, iré hacía ti.

Al fin pudo dejar de sentir aquella opresión en el pecho que tantos años le había hecho daño, librándose de esa carga que todo ser consciente odiaba. Todo se volvió oscuridad, todo dejó de doler.

¿Acaso ésto era la muerte?, ¿sólo cerrar los ojos y dejar de sentir?

(***)

— ¡¡¡MIN YOONGI!!! — Escuchó como gritaban su nombre, no dudó en voltear a mirar, y ahí estaban, todos con sus amplias sonrisas.

¿Por qué todos somos jóvenes de nuevo?, siento como sí volviéramos al comienzo de nuestra tortura.

— ¿Y Minnie? — Preguntó algo consternado luego de haberse acercado, buscando al menor con la mirada.

Todos se hicieron a un lado y al fin pudo verlo. Estaba radiante, con sus mejillas regordetas que eran uno de sus tantos encantos, con aquella amplía sonrisa que al mayor simplemente lo volvía un idiota.

— Dije que te esperaría, hyung... Te he echado mucho de menos, ¿por qué te tardaste tanto? —Su voz... Su voz era lo más precioso que podía escuchar el mayor en aquellos momentos.

No lo pensó, como sí fuera de forma automática se acercó a él y lo abrazó, abrazándolo con fuerza y cariño, volvía a sentir su perfume, su voz, su risa, sus latidos, volvía a tener a aquel delgado cuerpo que el chico poseía entre sus brazos.
Volvía a ver aquella sonrisa que lo volvió loco la primera vez que lo conoció cuando a penas eran unos niños de kinder.
Ese sonrojo, su típico sonrojo de cuando lo miraban mucho estaba nuevamente ahí, no hubo duda, estaba perdido, lo amaba. Su mundo volvía a estar completo y en armonía, tenía nuevamente a JiMin junto a él, tenía al amor de su vida nuevamente consigo, ésta vez, nada los iba a separar, porque inclusive después de la muerte, su amor, seguía intacto.

— Min YoonGi es de Park JiMin, y Park JiMin es de Min YoonGi... —Dijo el menor mientras sonreía con calidez, tomando las manos del contrario mientras entrelazaban sus dedos.— Aquí y en donde sea. —

— Ya no nos volveremos a separar, cariño. —Suspiró sintiéndose completo mientras no podía dejar de sonreír como un imbécil.

Nuevamente tenía al ángel más hermoso a su lado, ya más nada le importaba, su eterno invierno en la Tierra, había terminado.

...

Spring day | YOONMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora