Ya paso una semana de lo ocurrido en aquella tragedia, no salgo, como muy poco, estoy completamente recluido, la única ocasión en la que salí fue a ver a Chelsea ya que no volvió a contestar su celular, cuando llegue a su casa estaba abandonada, por un segundo sentí que quería volver a no sentir nada pero, ¿por que no sentí que quería morir? transcurrió el mes, no tenia motivos para vivir, no estaba viviendo pero por algún motivo estaba aferrándome a la vida por algún motivo quería seguir viviendo. ahora ni siquiera se que sentir.
Un día tome la decisión de ir de viaje a Siena donde estaba mi supuesto padre que según mi abuela investigo estaba en un hospital, necesito encontrar motivos, no es el mejor lugar para buscarlos pero sabes lo que dicen a veces las cosas que buscas están en el lugar menos indicado, ademas tendré la oportunidad de conocer mas de mi. hicimos la primera parada, con una fotografía de Chelsea en la mano le mostré a toda persona que estuviese en la estación preguntando si conocía a esta persona por desgracia no tuve respuestas positivas en lo absoluto al contrario, todos afirmaban nunca haberla visto, de todas maneras nunca me rendiría tan fácil con ella, al tener este impulso pude entender algo muy importante, cualquier motivo es motivo para aferrarse a la vida desde la cosa mas pequeña e insignificante hasta la mas grande e importante, este era uno de los motivos por el que me aferraba a la vida, este viaje era necesario para darme cuenta, que bueno que estaba en lo correcto pero aun tengo muchas cosas mas entender.
*aun estando tan lejos esta persona me sigue dando motivos para vivir*
Al fin llegue a Siena pase toda la tarde buscando una pista sobre el paradero de Chelsea, se que es un poco tonto buscar en una ciudad tan alejada de nuestro pueblo pero es prácticamente como si mi cuerpo se moviese solo, por la noche fui a donde estaba papá lo vi ahí en la camilla parecía estar en muy mal estado, me pregunto quien era yo, solo le dije que era alguien de mantenimiento entonces cerro sus ojos y se dispuso a dormir, no tuve el valor para hablar con el esa noche. Para mi sorpresa no sentí ningún remordimiento de verlo ahí en ese estado para mi sorpresa sentía que estaba logrando ese equilibrio para mantener bajo control los sentimientos negativos, leí sobre eso en alguna parte, algo a lo que los budistas lo llaman "el control de alma" no sabia como iba a reaccionar, al parecer su estado de salud era grave, hable con la enfermera parecía una muchacha joven de unos 20 años. después de conversar su situación ya antes había confirmado que este hombre era mi padre.
Eran las doce de la madrugada su voz parecía estar tan acorde con el silencio y la soledad de la calle, prácticamente hacia una sincronía perfecta con el ambiente. Daba una sensación de calma.
-Quieres un cigarrillo? quizás lo necesites.
-Paolo: No gracias, el aire que respiro esta haciendo un mejor trabajo en cuanto a matarme. ¿Por que no me dices cual es tu nombre en lugar de conducir a las personas al suicidio alienado?
-Oh!! ¿donde están mis modales? supongo que se convirtieron en humo y se los llevo el viento. mi nombre es Alessia Fiore. Por lo visto conoces a profundidad el suicidio *murmuro con un tono sarcástico*, ¿has experimentado la muerte?
-Paolo: Mas de lo que crees, viví con ella.
-Alessia: Llevo algún tiempo trabajando aquí y he visto la muerte de cerca, no te ves como ellos.
-Paolo: Ponlo de esta manera, a nuestros ojos la luna se diferencia de las estrellas por estar mas cerca pero no por eso la luna deja de ser una estrella.
-Alessia: Delirio de negación? Leí sobre eso. Tal vez debas saber que a esa persona o tu padre, como lo quieras llamar le quedan tres meses de vida pero supongo que ya lo tenias previsto al verlo en ese estado.
-Paolo: Lo tenia previsto antes de conocerlo, pero no pensé que fuese tan pronto, supongo que me quedare en esta ciudad hasta que pase. después de todo el me debe muchas explicaciones.
-Alessia: Supongo que no tienes a donde ir, puedes venir conmigo, se supone que mi nombre significa "defensora de la humanidad" no podría hacerle merito dejando a un enfermo mental en la calle.
-Paolo: No gracias, Madre me dijo que no aceptara invitaciones de extraños, en específico enfermeras psicóticas con complejo de chimenea.
-Alessia: Tu modestia y tu sentido del humor no te llevaran a ninguna parte, si alguien me fuese ayudado y no fuese hecho caso a mi madre cuando papá murió tal vez ahora fuese doctora y no enfermera, pero no es tu caso así que vamos mi turno se acabo.
*Me mantuve en silencio y la seguí*
-Alessia: Una cosa mas, Fuma tranquilo de seguro ella te hace mas daño.
Una sonrisa cálida como el ultimo adiós de mamá se formo en su rostro, Era tan radiante y desacorde con su personalidad que casi pareció ser otra persona por un instante.
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Síndrome de cotard
Romancela historia de un chico que creía estar muerto y que el amor le da una ultima oportunidad para aprender a vivir.