"Pequeña caja de música."

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E inesperadamente, el silencio inundó el lugar.

Keith ni siquiera parpadeaba. Lance no podía adivinar si estaba asustado, o algo por el estilo. Técnicamente, Keith estaba inexpresivo.

-"... ¿Keith? ¿Amigo?"

No obtuvo respuesta alguna.

-"Sabes, simplemente me puedes decir que me vaya y-"
-" Eso es..." Keith murmuró.
-"¿Disculpa?"
-"Eso es... genial."

Lance, era ahora el que no tenía modo de expresarse a aquello.
Keith esbozó una pequeña sonrisa y continuó.
-"Quiero decir, es increíble que todo este tiempo hayas permanecido oculto de la humanidad. Y ahora..."
-"Oh, lo sé, lo sé... De hecho, se supone que no debería estar hablando contigo."
-"¿Y entonces...?"
-"....

No... No lo sé."

Por un momento ambos quedaron en silencio, hasta que Keith no pudo retener la risa por un segundo más.
Lance esbozó una sonrisa mientras admiraba aquello como si fuese música para sus oídos. Quien iba a decirlo; un humano y un ser mitológico conviviendo, amistosamente. Pensarlo es fácil, pero decirlo y oírlo es algo difícil de creer.
Lance, nuevamente se recargó en lo que era la tabla y ladeó la cabeza, observando fijamente a lo que era la sonrisa de Keith.

-"¿Alguna vez te han dicho que tienes una hermosa sonrisa?"

Y lo soltó.

Lance lo dijo en voz alta y clara. No cayó en cuenta de lo que había dicho hasta que la sonrisa del adverso fue remplazada por un sonrojo tan intenso como el color carmesí. Quería morirse, pero no entendía; comúnmente lo soltaba a cualquier bella sirena y no se avergonzaba. Ahora, lo único que deseaba era que el mar lo tragara y lo escupiera al otro lado del mundo.

-"¡Disculpa! No fue mi intención, sabes. Creo que me deje llevar y, Dios, estaba distraído por tu sonrisa y- ¿qué es lo que estoy diciendo? Perdóna--"
-"Hey. Lance. Calma." Dijo Keith, antes de que el chico cometiera la estupidez de matarse o algo por el estilo. Lance, una vez más dirigió la mirada hacia aquellos ojos violetas. Que junto con ellas adornaba un ligero rubor sobre sus pálidas mejillas.

-"Y no, no me lo habían dicho. Pero gracias por notarlo." Keith estaba apunto de tartamudear, y no; eso no va con él. Jamás había experimentado el arder de sus mejillas por algo vergonzoso; tal vez era el protector solar que le empezaba a irritar la cara.
O no.

Era obviamente que no estaba para nada acostumbrado a ese tipo de halagos.

...

-"Keith, ¿te puedo hacer una pregunta?"

Keith, aún procesando lo que había pasado anteriormente, observó al adverso y frunció ligeramente el ceño; pero accedió. La verdad es que no le gustaba demasiado responder preguntas, pero esta vez lo dejaría de lado.
-"Claro. Supongo. "

-"... ¿Crees en el destino?"

Muy bien sabía la respuesta; todo por lo que había pasado, lo que lo trajo hasta ahí, lo que le salvó... Él sabía qué era el destino. Aunque tenía sus propias dudas, antes estaba un poco más inclinado a lo que era el libre albedrío. Aunque ahora que lo pensaba, ¿que importaba? No se iba a quemar la cabeza pensando en ello. Sólo hay que vivir.

-"... No lo sé. Tal vez sí."

Tal vez fue destino el que me trajo a ti.

The Mermaid [Klance]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora