El mejor orgasmo de mi vida

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Pasaron unos segundos más y sentí como su duro miembro pedía a gritos salir de esos pantalones anchos y ni que decir del mío, que cada vez me era más incomodo lograr no sentir dolor, sus manos se fijaron en el borde de mi pantalón, y comenzaron a tomar dirección a mi miembro, y justo cuando mis manos comenzaban a hacer lo mismo, llamaron a la puerta.

Nos separamos casi de golpe, por un poco más y salgo disparado por la puerta, pero no fue para tanto pues mi bombón me tomo de la cintura nuevamente para pegarme más a él.

-Tom están llamando a la puerta.

-Déjalos, que usen el otro sanitario.

-Pero…

-Pero nada. – me dijo, buscando de nuevo mis labios

-Espera, Tomi tal vez se les ofrezca algo.

-A mí se me ofrece algo justo ahora.

-Pero …Tom!!! 

-Pero nada usted ahorita está ocupado.

Y sin más volvió a devorarme los labios haciendo caso omiso de los llamados a la puerta, los mismos que un par de minutos después dejaron de escucharse. No sabía si se habían dado por vencidos al llamar a la puerta, o yo estaba demasiado inmerso en lo que estaba haciendo con mi bombón.

Me sumergí y me dejé llevar por el momento y la pasión, es que eran como droga, la droga perfecta, la droga que mi cuerpo pedía a gritos. Me perdí en el momento, no sabía nada, solo sabía una sola cosa y eso era, esa pregunta que Karla me había hecho hace algunas horas atrás.

Y que en estos momentos podía contestar sin titubeos. Si mi bombón me pidiera hacer más cosas que solo besos dentro del sanitario, sin duda la respuesta sería un si. Total, completo y rotundo SI.

Comenzamos a besarnos de una manera más intensa, llena de pasión y lujuria, nuestras bocas peleaban por tomar el mando, pero claro que después de unos minutos quien terminó por tener el control completamente fue Tom, es tan especial, tan delicioso perderse entre sus brazos, entre sus labios, y solo dejarse llevar.

Pronto sus manos llegaron nuevamente a el borde de mis pantalones, pero esta vez no me quedé atrás e hice lo mismo, llevando mis manos a sus pantalones, rozando mi mano derecha sobre su abultado miembro.

-Dime que quieres lo mismo que yo.- me dijo, separándose un poco de mis labios para poder hablar.

-Tom.. tom… yo…

-Si Billy?, dímelo. Dime que quieres lo mismo que yo.- volvió a decirme mientras sacaba el botón y bajaba mi zipper. 

-Tomi, hummm tomi yo …

-Se que lo quieres tanto como yo, te deseo Bill y no puedo contenerme. 

-No te contengas Tom, yo también, también te deseo, te deseo como nunca he deseado nada en mi vida. 

-Solo eso quería escuchar mi Billy.

Y dicho eso, nos volvimos a sumergir en el beso más apasionado y lujurioso que jamás había dado antes. Nos mantuvimos dándonos besos intensos hasta despojarnos poco a poco de nuestras prendas, no tardamos mucho hasta que quedamos sin camisas y con el pantalón y bóxers en los tobillos.

Solo sentía sus manos recorrer y masajear mis glúteos, mientras nuestros miembros se frotaban frenéticamente, a cada oportunidad que teníamos, nuestros gemidos se dejaban escuchar. Tom llevó un par de sus dedos a mi boca, los cuales llené de saliva tal como él me lo pedía, poco después sentí como tanteaban mi entrada y como fui siendo profanado por esos deliciosos dedos del hombre que me había cautivado de sobremanera. 

Comenzó a prepararme mientras yo solo me dejaba hacer a su antojo y manera pues a mí esto me estaba gustando muchísimo, me separé un poco de él y sus bellos y sensuales movimientos y pronto me encontraba yo, de rodillas ante él, teniendo su miembro frente a mi, lo tome entre mis manos y comencé a estimularlo, sintiendo como cada vez se ponía más duro. 

Esa dureza que me incitaba a probarla. Y así fue, la tomé con mis manos y comencé a darle pequeños besos, besos que poco después se convirtieron en lamidas y chupadas, hasta que lo metí por completo en mi boca, tenía un sabor peculiar, pero me gustaba y más aún me gustaba tener esa gran hombría dentro de mi boca, hombría que poco tiempo después tendría dentro de mi, pero en otra parte de mi cuerpo.

Pasaron unos minutos y entre cada lamida y chupada, el miembro de Tom crecía cada vez más y más.

Escuchaba sus gemidos, lo que me decía que le estaban gustando, engullí todo su miembro y chupe fuerte, como no lo había hecho hasta ahorita.

-No para para Bill para, demonios me vengo.

-Vente Tomi.

-Ho dios mío. Me vengo en verdad. Billy demonios me vas a matar.

Me tomó por los hombros y me subió a su posición dándome la vuelta haciéndome quedar mirando hacia el espejo del sanitario mientras él se posicionaba justo detrás de mí y susurrándome al oído, lo hermoso que me veía desde esa posición, comenzó a masajear mi entrada con su pene hasta poco a poco introducir su punta en mi interior. 

Al principio ardía, demasiado, pero pronto me fui acostumbrando a su grosor, mientras de a poco introducía su grande y largo miembro, solo podía cerrar los ojos fuertemente y morder un poco mi labio inferior, pues el dolor era punzante casi insoportable.

Tiempo, solo quería tiempo para acostumbrarme al miembro de mi bombón dentro de mi, tiempo que se me dio, pues Tom paró sus movimientos y espero a que por mi cuenta comenzara a moverme, tomando mi propio ritmo.

Comencé a moverme contra su pene, penetrándome yo mismo a un ritmo lento y de a poco subiendo hasta llegar a un ritmo constante y profundo, Tom llevó sus manos a mi cadera y mientras yo me hacía hacia adelante, el iba hacia atrás para regresar en una gran y profunda estocada, al principio eran profundas y deliciosas y unos segundos más tarde las estocadas eran más ricas y profundas y por tanta delicia, mis gemidos comenzaron a escucharse desde lo más profundo de mi garganta. 

Llevé mis manos a mi boca, acallando los casi gritos que salían de mi interior, dios mío que Tom me estaba dando el mejor placer de toda mi vida. No podía acallar más mis gritos y para colmo sentía que estaba a punto de correrme, esto me estaba matando.

-Vamos hermoso se que estás a punto, vente Billy

-Me vengo Tomy, me vengo.

-Vente cariño, vente que me vengo contigo.

Y tras darme una chupada en mi oreja derecha, no me pude contener por más tiempo y terminé por correrme, sintiendo como mi Tomy terminaba justo detrás de mi. Fue el mejor orgasmo de mi vida, y lo mejor es que había sido con un bombón viviente. 

-Dios mio Bill, me mataste cariño.

-Tomy, Tomy eres genial.

-Te gusto encanto?- me preguntó mientras salía de mi interior y me daba lentamente la vuelta.

-No solo me gusto, fue magnifico- le dije mientras mordía mi labio inferior.

-Tendremos que repetirlo más seguido.

Y tras decir esto último, atrapó nuevamente mis labios, besándome con pasión mientras nuestros cuerpos algo sudorosos se pegaban y rosaban.

Mientras estaba inmerso en el beso mi mente divagaba en lo que había dicho Tom en su última frase. “Tendremos que repetirlo más seguido”… A que se refería con eso…?

LOVE is in the AIRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora