"Besos sangrientos con sabor a sal".

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-...Fragmentos de un latido aniquilándome...-

De vuelta con Gundham, quien sentado a orillas de cama no podía creer lo que había hecho, incapaz, negándose... No, él no podía haber hecho una cosa como tal... ¡Él amaba a Sonia! Era su Dama Oscura, su vida, su todo, que incluso en algún momento él había considerado dar su sangre por ella, y lo haría... Por supuesto que lo haría... Sin embargo... Apenas ella había tomado su mano para colocarla encima de su vientre para que él sintiera esos mínimos latidos... Gundham había sentido temor, el gran Dark Overlord había tenido miedo... Había sentido un escalofrió recorriendo todo su cuerpo al sentir esos latidos en el vientre de su pareja... ¿Eso era... Una vida?

-...Escombros de un pecado en ti regándose...- agregó a lo antes dicho, llevando su mirada hasta la cabellera teñida de rosa del mecánico que todavía dormía, esas palabras naturalmente iban para él, y era que lo que habían cometido era un pecado... Y lo peor de todo era que Souda ni siquiera sabia por que Tanaka había huido de su hogar (si era que así le podía llamar)... El pecado recorría la sangre y la piel del joven mecánico sin que el supiera lo que había hecho... Había hecho daño a la "Señorita Sonia"... Y probablemente ella no era la única involucrada en ese... Juego infiel perverso. Tal vez había una cuarta persona, tal vez en esta persona había tanta inocencia... Tal vez esta nueva persona llevaba la sangre del "Hámster-chan" y de la "Señorita Sonia" por igual.

El criador dio un último suspiro, llevando ambas manos hasta su cabeza en la frustración, echando ese cabello que tenía algunas partes grises hacia atrás, cubriendo su rostro por igual -...Mientras... La... Razón despierta...- entre titubeos pronunció, detrás de sus manos, oculto de su vergüenza, intentando esconderse de todos esos motivos que lo habían arrojado hacia ese lugar... A esa casa y a esa cama... A esos labios que la noche anterior había estado muy gustoso de probar... A esos labios que...

--Besos sangrientos con sabor a sal...- con una sonrisa de medio lado encima de sus labios el joven de cabellera negra y blanca miró a Souda para acto seguido pasar su brazo vendado por sus labios, recogiendo esa sangre de sus labios y quedando con la cantidad perfecta para saborearla, sólo un poco, apenas un poco de sangre con un sabor metálico similar al cobre que era suficiente para que el poseedor de los cuatro Dioses Oscuros de la Devastación pudiera saborear.

¿Cómo habían terminado de esa manera? Con un hilo de sangre recorriendo por un costado de la boca de Kazuichi y un poco de esta sangre en los labios de el contrario... La respuesta era tan simple... Y era que eso era parte de los acontecimientos ocurridos en la noche anterior.

De pronto sus labios se veían involucrados en un beso de alguna forma apenas el más alto se había desecho de su abrigo, de su bufanda y de la camisa blanca que usaba encima de la otra camisa que llevaba impresa una cruz. Con estas cosas que estaban de más en ese momento fuera de su cuerpo se había dado la media vuelta de nuevo, tomando al desprevenido Souda para volverle a besar, en esta ocasión tomando su nuca para atraer su cabeza y de esta forma evitar que se alejara, enredando sus manos en la parte del cabello que sobresalía por debajo de la gorra negra. A diferencia de la primera vez que sus labios se habían vuelto involucrados para esta ocasión el beso se podía describir como violento, y era que, en lo que podía ser considerado un golpe de realidad el de estatura menor había colocado sus manos encima del pecho contrario para intentar alejarlo, frustrándose apenas ver que no podía hacerlo y a causa de esto mordiéndolo con esos dientes afilados que poseía.... Y una herida había ocasionado... Y la sangre había llegado, como era de esperarse la sangre había llegado.

En el momento que había pasado esto Gundham no se había alejado, pues él quería tomar esos labios y era un hecho que parecía demasiado ansioso por hacerlo, incluso con esa herida que hacía gotear sangre de su labio inferior hasta su barbilla y por igual la barbilla contraria. Souda gemía contra lo labios de su ex compañero con la total intención de alejarlo, pero, a final y entre el sabor de la saliva y la sangre (que él ya conocía muy bien) se había dejado llevar y estaba probando esa boca tan llena de pecado, esa boca que no le pertenecía a él, disfrutando de esos besos que se suponía debían ser sólo para Sonia.

El beso había continuado en aquel sofá por unos cortos minutos más, quizás por el liquido tibio que se deslizaba o el pensar en lo que estaba haciendo algunas lágrimas ya se estaban deslizando por las mejillas de Kazuichi, lágrimas que apenas y habían hecho acto de presencia, pues conforme correspondía a los labios del otro estas también se ausentaban.

Y así habían continuado, separándose por un momento y esto sólo para poder ir a la habitación del de cabello rosa, aunque esto no significaba que se hubieran separado en realidad, pues a cada oportunidad que tenía Tanaka intentaba unir de vuelta sus labios con los del contrario, ya que, no le importaba si lo tenía que empujar contra una pared o si tenía que tirar alguna de las latas de Pepsi vacías que Souda parecía coleccionar en su casa, no, su desesperación y ese sentimiento eran tan fuertes que no sabía como llenarlos o calmarlo; Podía ser que se tratara de el hecho de querer tener una última aventura antes de tomar esa gran y difícil aventura de que en su hogar junto a Sonia fueran tres, podía ser que con "Shark-Boy" ya había tenido alguna especie de pequeña experiencia... Y sólo quería tomar todo lo que pudiera ser de eso por última vez.

Al final a regañadientes y tomando en cuenta que Kazuichi también contaba con fuerza había podido empujarlo hasta su habitación, donde apenas y había podido cerrar la puerta, pues al darse media vuelta Gundham ya estaba allí tomándolo por el mentón y apropiándose de sus besos una vez más, con ese control y esa ansiedad por hacerlo que el contrario nunca creía iba a ver con el chico raro de los hámsteres... Incluso se podía decir que se sentía ligeramente celoso, preguntándose si así de pasional era cuando estaba con la señorita Sonia . Celoso sin saber de quien exactamente, Sonia era su amor inquebrantable, y si, probablemente era un poco molesto con ella pero era por que en verdad le gustaba, en cambio Gundham era aquel que había tomado el papel del "villano" por un largo tiempo, el de su rival que sólo quería alejarlo de su preciosa princesa..

... Pero la vida era irónica y traicionera. Y el hecho de que para ese momento las manos del criador se pasearan por el cuerpo del contrario buscando desnudarle como ninguno de los creería que pasaría era una prueba de esto.... ¿La traición en la ironía o la ironía en la traición? Tal vez un poco de ambas y de nada a la vez... Tal vez estas preguntas no tenían nada que ver con el tema que se estaba tratando.

A puerta cerrada y con la cortina de la ventana ligeramente abierta las cosas que ocurrirían en esa habitación probablemente iban a ser catalogadas como las del tipo que nunca se podrían perdonar... No era cualquier cosa, era un acto de infidelidad, un acto inmoral, algo mal visto por la sociedad y que no debía pasar... Y estaba a punto de ocurrir.. Con ese sonido de la lluvia torrencial callando las dudas, los pensamiento y los temores de ellos dos las cosas iban a pasar, lo que a la mañana siguiente llevaría al llanto al de piel pálida.


// Notas del autor:

... Lo siento...

Lágrimas de cristal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora