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Si le hubiera hecho caso a mi novio en primer lugar yo nunca hubiese pasado por esto, pero como él siempre dice: "tú nunca me haces caso". Aunque ahora me arrepiento de no haberlo hecho.Me llamo Emily Winston y estoy en una maldita celda, con todas mis extremidades entumecidas y rodeada solo de oscuridad.
"A que es precioso, ¿no?"
Pues vamos a rebobinar un poco y contarles como sucedió.
Hace unos 6 meses que me vine a vivir aquí a los Estados Unidos por mis estudios de literatura, dejando a mi familia y novio en Canadá. Chica de unos 19 años viviendo sola en un pequeño apartamento cerca de la Universidad Saellond y saliendo por las oscuras calles de la ciudad con sus amigas a emborracharse.
"Sí, ya creo que comprenden por donde voy ¿no?"
Es cierto que me pasé de copas, pero nunca pensé que esas tías me dejarían tirada en el maldito bar con un montón de borrachos malolientes.
Recuerdo haber dejado el bar echa un buen lío. No dejaba de tambalearme de un lado a otro y decía cosas sin sentido mientras caminaba a no sé dónde.
Hubo un momento en el cual estuve a punto de caerme, pero por suerte unos fuertes brazos me sujetaron a tiempo por la cintura. Eso evitó que me destrozara la cara contra el cemento.
Miré hacia atrás y vi a mi salvador, un hombre bastante joven de cabello trigueño y ojos grises. Me observaba con una pizca de asombro, mezclado con una inquietante alegría. Imaginé que encontrarse a una universitaria borracha y sola tuvo que haberlo animado bastante.
-Niña, no puedes andar por estas horas por la calle y menos en ese estado-me reprime, pero sin dejar el tono divertido de lado.
Algo en su voz me despertó un poco de la neblina del alcohol, lo suficiente como para darme mala espina. Había decidido alejarlo de mí, pero tenía la fuerza de un mosquito y terminé por solo moverme patéticamente de lado a lado. Mi pequeño y miserable intento de caminar solo hizo que el desconocido soltara una carcajada, elemento que me irritó bastante.
"¡¿Qué querían que hiciera?! Estaba borracha".
-Tranquila. Vivo a unas cuadras de aquí por lo que es mejor que descanses en mi casa y después podrás irte por la mañana. Me llamo Steven, encantado. -se apresura por presentarse al final, como si saber su nombre me fuera a tranquilizar luego de hacerme entender que me llevaría con él.
Esto último es lo que una persona en estado normal pensaría, pero no. A mí esa noche me tenía que reinar la estupidez y, al estar bien tomada, sentía que la lógica en mi mente era como un subibaja que iba y venía.
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Sun (Editando)
FanfictionEmily nunca pensó que al mudarse a los Estados Unidos su vida daría un giro de 180 grados. Al ser secuestrada y vendida a Industrias Mercellies, es utilizada como conejillo de india en sus últimos experimentos, siendo obligada a procrear con una n...