Fría, desalmada, terca, algo risueña.
¿Quién me desearía en su vida?
Pero la gente nunca verá la verdad, mi soledad, mi dolor, lo quebrada que está mi mente, las cicatrices.
20 años y ya no quiero que nadie se acerque a mi, estoy cansada de tanta mentira, de tanta falsedad, de tantas apuñaladas, de tantas lágrimas.
Pero son las cuatro de la madrugada y en mi mente pasean los fantasmas de quienes en mi corazón albergué , mi mente juega con mi ya maltrecho corazón.
Desdichada alma en pena que ya no posee sueños, que ya no siente alegría por vivir ni deseo por morir.
Y que sea testigo la noche de como mi espíritu se pudre en mi cuerpo, que sea testigo la mar de las lágrimas que derramo, que solo la luna conozca mis pesares y las medusas posean mis miedos, que las estrellas esperen mi muerte e iluminen mi despedida pues solo ellas iluminan mi vida.
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Susurros de corazones rotos y poemas de media noche.
PoesiaNo importa cómo o por qué, importa el qué. ¿Qué pasó? ¿Qué se sintió? ¿Qué?
