Capítulo 3

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Ya era el gran día. Lo tenía todo preparado y ya me había despedido de mi abuela. Es el día en el que empieza mi nueva vida. Una vida de duros entrenamientos, pero me merecerá la pena cuando vea muerto al canalla que mató a mi padre.

Sólo me llevaba lo que yo considerase importante: tenía el colgante de la AN-94 que mi padre me dio antes de irse en mi bolsillo derecho de la chaqueta; y en el izquierdo el colgante que me dio con la carta y ésta; y en la maleta llevaba ropa y un par de fotografías en los que salía con mis amigos. Pero me llevaba una fotografía que era muy especial para mí. Era un foto que nos echamos la última navidad que pasamos juntos. En la foto salimos mi abuela, mi padre y yo. De fondo había una chimenea y los calcetines para que Papa Noel dejara allí los dulces. Me trae muy buenos recuerdos esa fotografía y siempre me recordará el por qué voy a dónde voy.

En la puerta sonó dos golpes secos y decididos. Era Arthur. Venía a por mí.

Mi abuela y yo nos levantamos a unísono y ella fue a abrir mientras yo desde mi sitio observaba lo que sucedía en la puerta.

-Buenos días, señora. -sonó la voz de Arthur al abrir la puerta.- Vengo a por Venom.

-Sí claro. Lleva preparado desde hace un tiempo. Está muy ilusionado. -sonrió mi abuela.

Cogí mi maleta, que estaba al lado mía, y me dirigí sin perder un segundo a la puerta.

-¿Estás listo, muchacho? -me preguntó Arthur poniéndome la mano en el hombro como señal de confianza.

-Por supuesto. -esbocé con una sonrisa.

Nos dirigíamos hacia un Jeep que estaba aparcado en la misma acera donde estaba la casa de mi abuela. Un jeep era los coches que más se utilizaban en el ejército. Ya que era robusto y tenía un gran motor. Lo que le permitía pasar por cualquier terreno sin dificultad alguna.

Arthur me quitó de la mano la maleta y la puso en la parte de atrás del coche. Me abrió la puerta para que pasara, pero antes de subirme le dije:

-Espera un momento, señor Arthur. -me detuve en seco. -Todavía me falta por hacer una cosa.

Me metí la mano en el bolsillo izquierdo y me saqué el colgante y me dirigí corriendo hacia mi abuela, que estaba asomada en la puerta viendo todo lo que sucedía. Cuando llegué a ella, la abracé y le di un beso en la mejilla.

-Toma, abuela. -cogí su mano y deposité el colgante en ella. -Esto es tuyo. Yo ya tengo uno, puedes quedarte con éste. -le sonreí.

-Gra... Gracias. -dijo apenas sin aliento y cayéndose la primera lágrima. Me cogió fuerte y me abrazó con todas las fuerzas que tenía.

Cuando me soltó, intenté aguantarme las lágrimas. Ella era la única familia real que me quedaba. Pero tenía que irme, ya que debía cumplir mi palabra.

Subí al coche y arrancó. Mientras el coche le alejaba, miraba para atrás y miraba aquella nube de tierra que se levantaba de las ruedas del coche. Miraba fijamente a mi abuela mientras me alejaba cada vez más, hasta que al final, ella se adentró en la casa y con ello que las lágrimas que intentaba retener, salieran a la superficie. Y con ello, el triste y lúgubre pensamiento de que esa podría ser la última vez que viera a mi abuela con vida. Ya que no sabía cuánto tiempo iba a estar en aquel internado. Pero ahora no hay marcha atrás. Debo cumplir mi palabra. Debo saber la verdad y vengar la muerte de mi padre.

***

-Ya estamos aquí. -dijo Arthur mirando el retrovisor del coche y poniéndose la gorra bien.- En un instante estaremos allí.

Me guardé la carta de mi padre en el bolsillo y miré hacia el horizonte. Estaba atardeciendo. Habíamos viajado durante horas y el cansancio se notaba en el conductor al echar un bostezo que casi empañó el cristal. A lo lejos podía divisar una gran reja de metal negro que delimitaba la entrada y la salida del recinto. Y, a lo lejos, un gran sol anaranjado poniéndose y lanzando sus últimas llamaradas de rayos solares. Por el olor que podía olfatear, podía asegurar casi con toda seguridad que horas antes había llovido aquí, ya que el olor de hoja mojada también lo olía en mi antigua casa. Era un olor que me encantaba y que me recordaba al lugar del que vengo.

Life Of War: The Ghost.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora