Capítulo 2

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Era suave, la sensación de la nieve en las plantas de sus pies era tersa. Los copos caía en una perfección inexistente haciendo ondas en el aire. Los grandes pinos del bosque era escarchada por el blanco manto invernal. Dios, todo era perfecto, fue como si el tiempo se detuviera. Solo existía ella, y el bosque.


Un crujido le hizo dar un respingo. La chica observó a su alrededor, ¿que fue eso? Se preguntaba, pero toda duda se despejó al verla.

Era una mujer, alta con el caballo blanco, la piel morena y ojos tan azules que pareciera negro. Lleva una capa color azul pavo que le cubre parte de la cabeza, pero no todo. La mirada que le da, era profunda.

Lápis se le escapa el aire. Aquella mirada era fría y la congelaba en su lugar, su respiración era lenta dejado su aliento salir un humo de su boca.

Era hermosa, era misteriosa... Era todo lo que le llamaba la atención.

—Estas lejos de tu hogar.—

No fue pregunta, era una afirmación. Un escalofrío recorre su espalda. Quería responder, quería decir algo, pero... La sonrisa de la mujer, amplia y blanco la distrajo, con aquellos colmillos largos como personajes principales.

Lapis se levanta de golpe y mira con desesperación a su alrededor. Su pecho sube y baja con velocidad. Traga en seco y toma el puente de su nariz. Un Sueño o mejor dicho un recuerdo. Aquello parecía como si sucedió ayer, era tan fresca en su memoria como el rocio de una mañana.

Un poco más calmada, se levanta de la cama y camina hacia la pequeña sala cosina de su departamento. Son la 9:00 am el lugar debería de estar a oscuras, pero no se sorprendió cuando vio las ventanas sin cubrir con las cortinas. Garnet estaba sentada cerca de la ventana más grande, observaba.

—Veo que si cumpliste la orden.— le dijo sin apartar la vista del cielo nublado. —Creí, que dejarías de hacerlo.—

—No tengo otra opción.— responde.

El día era nublado, era gris. Los rayos del sol no sé colaban entre la espesas nubes.

— Y... ¿Sabes lo que planea?— pregunto la morena, poniéndose de pie y tomado su chaqueta de cuero negro.

—Si.—

—De acuerdo.— la más alta se dirige hacia la puerta. —El día está perfecto para los de mi especie, daré un paseo.

—Ten cuidado, los Soldiers estarán en todas partes.—

Garnet sonríe y desaparece por la puerta.

Lápis se abraza así misma, y se acerca a la ventana. Ve como su compañera sale sin ningún problema del edificio. Lazuli sabía a donde iría, sabía que iría a ver a aquella humana.

Cierra los ojos, y el recuerdo de su sueño regresa. ¿Que hubiera pasado, si nunca hubiera desobedecido a su madre? Si nunca hubiera ido aquel bosque.

Contra reloj.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora