Capítulo 5

159 19 20
                                    

Tres camionetas negras blindadas se dirigían al punto de encuentro con la líder de los Enmanada. Rose Cuarzo, había solicitado una reunión con la Diamond Yellow, pues ella era la dueña de la isla de Japón. Blue Diamond solo estaba de paseo y tuvo que regresar de inmediato a su zona asignada el cual era Francia París, los soldier de ese lugar habían aprovechado de su ausencia y atacaron, afortunadamente Blue, llegó antes de que el problema sea incontrolable y White se diera cuenta de su falla.

En la camioneta más grande en medio de las otras, se encontraba Yellow Diamond, vestía como todo una empresaria, tacones negros en forma de punta, pantalón café claro entubado que le llegaba hasta la cintura, una blusa blanca que cubría parte de su pecho, pero dejando al descubierto su clavícula, y el conjunto del pantalón, el saco café descansaba en sus hombros. Sentada con las piernas cruzadas, reposaba su codo en el respaldo del asiento más cercano. Lapis fue llamada por Yellow Diamond, algo extraño para ella y Garnet, pues ella no era su Diamante. Pero supo que Blue Diamond la había prestado a su amante Yellow.

Yellow Diamond pensaba, reflexionaba en por qué Cuarzo la estaria pidiendo una reunión, era obvio que era una trampa. Juntarse justo en la noche de estos días, cuando la luna está en su pleno explendor y su fuerza los sobre pasa. La rubia entre cierra sus ojos desviando si vista hacia Lapis.

——Querida Lapis... —— comenzó la ojos carmín, acercandose a la mencionada. —— tu trabajo es simple. Si ves que las cosas no salen como esta planeado, tu deber es proteger a tu Diamante, en este caso soy yo. —— Lapis miraba hacia los pies de Yellow, no podía verla a los ojos era una falta de respeto, solo se limitaba acentar con la cabeza. ——Harás desaparecer la luna con tu poder de terreforma, cubriendola por completo. ¿Ha quedado claro? —— Lapis hace el símbolo diamante con sus manos, aceptando su tarea.

——Madanme Yellow, los poderes de los lobos de más años y más experiencia en combate tienen la habilidad de cambiar su forma a voluntad. En este caso es Rose Cuarzo. —— hablo en susurro Lapis, tuvo un poco de atrevimiento de verla a los cara por unos segundos.

——No te preocupes pequeña lazuli, yo me encargo de ella... ——

Habían llegado al punto de encuentro. Rose era una conocida empresaria de autos, su marca era muy conocida en el extranjero como en Japón, así que para ser un encuentro amistoso, sito a Yellow en una de sus principales edificios de la ciudad, Empire City, llamando así por ella misma. Antes de que llegarán, en medio de la entrada estaba la gente de Rose, la mayoría estaban vestidos con sacos negros y corbatas. Eran la mayoría mujeres de gran tamaño y corpulentas junto con su ya característica forma de dejarse la cabellera larga. Una de los parásitos de Yellow bajo del auto, era Garnet, tenía puesto un pantalón entubado, mostrando lo largo que eran sus piernas, unos zapatos militares negros, una blusa roja y una chamarra de cuero negro remangado hasta los codos dejando al descubierto su tatuaje del Diamante Azul.

——Fuimos invitados por Rose Cuarzo. —— hablo con su tono serio, acomodando sus gafas oscuras, mientras dejaba su peso en su pierna derecha cruzandose de brazos.

Entre las grades mujeres músculosas hicieron paso para dejar pasar a una joven. Garnet la reconocio de inmediato, era aquella chica de ojos azules claros, su vecina del edificio donde vivía. Aquella chica vestía con pantalones blancos pegado a sus delegadas piernas, blusa rosa sin mangas y zapatos de botas pesadas blancas. Su tatuaje de una rosa encerrado en un triangulo se dejaba al descubierto en su brazo izquierdo.

——Mi Cuarzo las esta esperando, les llevare con ella, si son tan amables de seguirme... —— hablo con voz delgada y suave, dejando a Garnet con el corazón latir muy rápido.

Salió de su pequeño trance y hace una seña con la cabeza para que Yellow Diamond saliera. Todas en los autos negros bajaron primero los secuaces de los parásitos. Yellow Diamond tomó su tiempo, hasta que decidio bajar. Lapis lazuli no se separia en ningún momento de ella, fueron órdenes. La mujer rubia entró al edificio con la mirada en lo alto, mirando a todos como inferiores a ella.

Contra reloj.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora