Seven Days [JIKOOK]

Jueves

Waaa no puedo creer que ya es jueves *-*

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Ambos se separaron para tomar aire después de aquel beso que habían tenido. Sin embargo, aunque Jungkook se sentía bien después de haberlo hecho, su hyung tenía una expresión llena de confusión.

¿Acaso no le había gustado?

–Así que me ha engañado –Dijo Jimin interrumpiendo sus pensamientos y tapándose la boca aún sorprendido.

El menor no comprendía.

–¿A qué te refieres?

El castaño negó con la cabeza –No es nada, no me refiero a nada.

Su expresión denotaba confusión e incomodidad, pero también estaba levemente sonrojado así que buscó evitar la mirada de Jungkook dejándolo aún más liado de lo que estaba.

Una alarma lo despertó de su sueño.

Lo primero que vino a su mente fueron los recuerdos de Park.

Se revolvió en su cama negándose a la realidad que le esperaba después de aquel beso. No podía negarlo, se sentía frustrado así que apagó la alarma de su celular y se puso boca abajo.

No tenía ganas de levantarse, mejor dicho, no tenía ganas de hacer nada porque hacerlo significaba enfrentar a su hyung y era lo que menos quería hacer.

Porque todo lo que hacía el mayor siempre lo tomaba en serio, aunque para él fuera solo una broma.

Se levantó con mucho pesar de la cama, lavó su rostro rápidamente y después de se miró en el espejo.

Jungkook seguía siendo el mismo de antes, sin embargo el reflejo que mostraba el espejo era diferente. Definitivamente algo estaba cambiando en su interior y él mismo lo sabía, simplemente que no tenía el valor de decirlo en voz alta.

Además lo que más le preocupaba en estos momentos era como debía de comportarse con él cuando se vieran nuevamente ¿cambiaría su actitud frente a él?. Estaba nervioso, confundido e incómodo.

No le quedó otro remedio mas que salir de casa e irlo a esperar en la estación pero aún con la incomoda sensación de cómo sería la actitud del castaño cuando se vieran nuevamente.

–Buenos días –Levantó su rostro esperando encontrar al dueño que aquella voz.

Miró al chico que estaba frente a él.

El castaño simplemente infló sus mejillas saludándolo como de costumbre. Él permaneció callado, no sabía como responder ante sus palabras.

–No vayas a intentar un beso de buenos días –Rió –El accidente de ayer fue culpa tuya –Bufó divertido.

Un accidente...