No apta para la guerra. #Blog.

Anhelar.

Despertarse por la mañana, con los ojos manchados de dolor y maquillaje barato, la cama deshecha y el alma desarraigada del cuerpo. Es un día más de una semana más. Te das cuenta de que todo gira menos tú. Todos luchan por algún sueño, algún motor que les ayude a hacer girar los engranajes. Todos se levantan con el pie derecho, menos tú.

Te miras al espejo y no te reconoces, has cambiado, has crecido, has evolucionado.

Podrías pasarte el día durmiendo pero decides levantarte para intentar hacer algo para no pensar siempre en lo mismo.

Te llegan mensajes de 'buenos días' pero para ti no es suficiente.

Las películas de desamor no te cuentan esta parte. No te cuentan que hay después del final, ese nuevo principio del que todo el mundo habla. No te cuentan que tardas un tiempo en reconstruirte, en volver a renacer, en encontrarte y descubrir tu camino.

Anhelas los abrazos, las noches hasta las tantas de la madrugada hablando, los besos, los 'te echo de menos', incluso las discusiones más tontas.

Anhelas despertar a alguien con caricias, con empujones o con cosquillas, aunque sepas que va a mandarte a la mierda al segundo.

Anhelas esa parte de ti que solo surge con otra persona.

Anhelas no ser un cubito de hielo.

Anhelas no poder avanzar y sin embargo, aunque sea a pasitos, avanzas.

Avanzas con la cama deshecha, la cara llena de maquillaje barato, el corazón con trocitos de hierro, con los sentimientos en huelga, la sonrisa en búsqueda y captura, el hambre en la basura y los recuerdos más vivos que nunca.