¿Razón o razones?

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Después de ver tropecientos mil capítulos de 'Awkward' me encontraba como Jenna, sin ganas de que sea mañana y con muchas preguntas en la cabeza.

Limusinas, una sorpresa original, una visita de madrugada... Todas esas cosas que parecen ser tan sencillas en las series americanas. El chico guapo enamorandose locamente de la chica rara y la chica rara con un par de pelotas para que no se le haga el chichi agua cada vez que le sonrie aún sin querer. Lo peor de todo es que tu sonries a la vez, imaginandote el día en el que esa tontería te suceda a ti, esperando el día en el que atraigas al chico perfecto para ti por lo que eres y que el se de cuenta (por sí solito, como si eso no fuera complicado) de que no quiere vivir sin ti, de que esta 'enamoradísimo de ti' y que te acabe visitando de madrugada con un regalo original y te lleve a bailar en su preciosa limusina.

La realidad es que ese chico no está pendiente de nadie, ni siquiera de sí mismo. Que nunca van a sorprenderte como crees porque saben que no les hace falta, en cuanto te digan 'hola, preciosa' se producira una bajada de tanga abismal.

No les importa si mañana van a acabar solos en un piso rodeado de gatos, porque saben que no lo estarán.

Siempre hay chicas que dicen 'menuda idiota, soy tu y le mando a la mierda enseguida'. ¡JA! Claro que si, querida.

Por eso a la semana estás con las bragas por los tobillos mientras mendigas un triste Whatsapp de 'Buenas Noches'.

Lo peor de toda esta mierda es que nosotras lo sabemos y dejamos que ocurra, que nunca tenemos la suficiente cordura cuando se trata de un chico y que toda esa mierda se acaba metiendo en nuestra cabeza como si fuera metralla.

'No te fies de los anillos de oro ni de las bodas de plata, todos mentimos bien los Viernes por la noche.'

No apta para la guerra. #Blog.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora