Capítulo Dos

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No siempre he tenido este "don" de la memoria fotográfica, es más, vino a mí, sin yo quererlo, hace bastante poco.
Hace aproximádamente tres meses, más o menos, me di cuenta de que lo tenía.
Estaba con los exámenes finales de arquitectura, la carrera que estaba sacando, tenía muchísimo por aprender aún ya que no iba bien del todo en fundamentos de estrategias energéticas pasivas ni en programación y métodos numéricos. Acabaría este año si lograba aprobar estas dos materias, las demás las llevaba más o menos bien.

Fue cuando decidí que iba a aprovechar cada segundo posible y en cada lugar que estuviera, a estudiar a fondo.

Así pretendía hacerlo, los primeros días estudié siempre que pude, me llevé los apuntes en el metro, al pueblo también me los llevé el fin de semana, a casa de Diego, mi novio... estudié todo el rato que tuve disponible, pero tengo una vida social muy intensa y poco a poco fue disminuyendo mi rutina de hacerlo.

El último día se acercó a mí Rebeca en la Universidad. Es una compañera de carrera con la que tengo buena relación. No puedo considerarla una amiga íntima, pero sí puedo decir que nos llevamos muy bien. Nos reímos continuamente, tiene muy buen humor y no le interesan para nada los problemas de la gente, ni siquiera los suyos propios. Ella siempre sonríe al verme, en realidad sonríe al ver a todo el mundo, siempre dedica un gesto feliz a la persona con la que va a interactuar.

Hello Tati!- (me llamo Tatiana), -¿Ya sabes lo de la fiesta de Luis? ¿Vas a ir?-.

-Hola Rebe- dije levantando ligeramente la vista de mis apuntes de programación, -La verdad es que no sabía nada, de todas formas no creo que pueda ir. Estoy hasta arriba de estudios-.

-¿No sabías nada de la fiesta? Qué raro, creí que como Luis era el mejor amigo de tu novio Diego te lo habría dicho, porque él ha dicho que iba a ir-.

No sé porqué pero me invadió un presentimiento de desconfianza al enterarme de que Diego iba a ir a una fiesta y no habérmelo dicho él.

-¿Ah sí? - pregunté sorprendida y con el ceño fruncido.

Rebe, enemiga de los problemas y de todo lo que huela a ellos vio como posiblemente iba a iniciar uno y escapó tan rápidamente como vino.

-Bueno, de todas formas Tati me tengo que marchar a la biblioteca, yo también ando liadilla, con dibujo técnico en mi caso, nos vemos luego si eso. Un besiiiii...- y se fue.

Me quedé con la mosca detrás de la oreja, volví a intentar concentrarme en el estudio, pero esa idea de Diego ocultándome la fiesta fastidiaba cualquier intento de retener algo en mi memoria.

«Quizá se le pasó, luego le preguntaré, sí, seguro que no cayó en decírmelo» pensé.

«Quizá se le pasó, luego le preguntaré, sí, seguro que no cayó en decírmelo» pensé

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Cuando terminaron las clases me dirigí directa a casa. Todavía tenía en la cabeza a Diego y la fiesta de esa noche, empecé a ponerme nerviosa y a montarme historias en la cabeza. Decidí estudiar para mantener la mente ocupada en otras cosas, pero por más que miraba los apuntes y libros no me concentraba.

A las dos horas de intentar centrarme sonó mi móvil. Solté de un golpe el bolígrafo y encendí la pantalla, tenía un whatsapp de Carla.

[Hey tía, a las 20:30 paso a buscarte a casa, vale?]

¿Y eso? Pensé yo. Que yo supiera no había quedado con ella hasta el día siguiente para ir a la Uni, casi siempre vamos juntas, a menos que le lleve Johan, su "amigo" especial del que tan enamorada está.

Le respondí.

[No sabía que habíamos quedado Carli, ¿era hoy lo de las compras?]

[No tía, jajaja, como se te va el tiempo eh!
Que hoy es la fiesta de Luis, vas a ir no? Has quedado con Diego?]

Otra con lo de la fiesta, parece que va a ser sonada... Y Diego no me ha avisado, ¿cómo puede ser? ¿Ocultará algo? Pues ¿sabes qué? Voy a ir, sin avisarle. Quiero ver si me llevo una sorpresa o qué está pasando. Contesto a Carla.

[No he quedado con él, y mejor, pasa a buscarme a las 20:00, iremos primero al Drink Tabern a ponernos a tono]

Sentí como un enfado bajaba de mi cabeza a los dedos que escribían los mensajes de whatsapp, como si deseara dar una lección a mi novio, pero sin saber si quiera si estaba haciendo algo que lo mereciera. Sonreí.

[Y ponte pibón, hoy promete]

[Jajaja, Uyyyy, ésta es la Tati que me gusta! Hasta las 20:00, chaitooooo]

Nada más dejar el teléfono busqué ropa para ir a la fiesta. Quería que mi indumentaria dijera «elegante» a la par que diera que pensar que «buscaba guerra».
Quería que Diego me viera y pensara que corre peligro dejándome sola.

Busqué por mi armario de ropa para ocasiones especiales y opté por ponerme el traje negro de americana y pantalón junto con mi blusa blanca escotada. Todo eso encima de unos taconazos. «Espectacular» le dije al reflejo de mi espejo.

Llevé esa ropa puesta la misma noche que conocí a mi novio, me rescató de tres o cuatro pesados que me seguían mientras babeaban.

Me maquillé sutilmente, sé perfectamente que sombra de ojos es capaz de resaltarlos sin que parezca demasiado maquillada.
El carmín elegido fue el rojo, para estar un poco más salvaje.

Estaba contenta con el resultado, metí las llaves en el bolso a juego, el neceser, el móvil...

«¡Oh Dios» miré la hora en la pantalla. «Son las 19:47 y no he aprendido ni una palabra para los exámenes de mañana!»

Pensé que no debería ir a la fiesta, que debería pasar la noche entera estudiando, pero ¡yo quería ir a la fiesta de Luis! Así que volqué todos los apuntes de las dos materias encima de la cama y escritorio. Por orden, extendidas a lo largo de toda la habitación cubriéndola casi por completo de una "alfombra" de letras, números y dibujos técnicos.
Enfoqué mi vista en el primer folio, entrecerré los ojos, con un esfuerzo en concentrarme que casi dolía. Podía notar el cerebro comprimirse por completo, sentía mi cabeza estallar. Mis ojos veían los apuntes borrosos al principio, luego, como pasa en una "Reflex" terminaron enfocando el objetivo perfectamente. Giré sobre mí misma logrando visualizar cada hoja de apuntes con claridad, como una fotografía de 360°.
Inmediatamente después sufrí una molestia indescriptible dentro de mi cerebro. Sabía que algo había ocurrido, pero no tenía tiempo ahora mismo para descubrir el qué.

Oí un claxon fuera, Carla me esperaba para ir a la fiesta de Luis.

Oí un claxon fuera, Carla me esperaba para ir a la fiesta de Luis

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Memoria Fotográfica ® (1 Trastornos Mentales) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora