Declaración

Capítulo 2: El sucio secreto de Angus

¡No, no... y no! —gritó Angus malhumorado, vestido con sus típicas ropas oscuras.

   Estábamos tocando en el exageradamente espacioso estudio del señor Scattergood, llevábamos más de 5 horas practicando; estuvimos probando varias canciones, pero ninguna había salido a la perfección, y su paciencia ya se había agotado.

   —¿Qué les pasa chicos? —refunfuñó nuestro gatuno líder— lo han estado haciendo todo mal, no se parece nada al concierto del mes pasado, se supone que en aquel entonces eran menos experimentados, ¡y ahora tocan peor que antes! —reprochó molesto— ¡Especialmente tú, Bodi!

   —Lo siento sr. Scattergood. —Se disculpó cabizbajo.

   —Eres el corazón de esta banda cachorro, sé que eres joven y poco experimentado, pero tienes un talento natural, ni siquiera he visto que hagas esa magia del otro día, ¿qué le pasó a tu fuego interior, muchacho?

   —Lo siento sr. Scattergood, lo lamento mucho sr. Scattergood.

   —Ahhh, Bodi —comentó exasperado—, deja de disculparte, sólo te pedí una explicación.

   —Señor... no sé qué me pasa.

   Miré a Bodi pensativa. No era normal, de todos nosotros, él era el entregado e interesado en tocar. Acaso... ¿acaso tendrá algo que ver con lo que habló con Germur en la cocina?

   —Ah, pero, no se preocupe, le prometo que lo haré bien, me voy a enfocar y dar lo mejor de mí en este momen...

   —Na, na, na, na, na, déjalo cachorro, creo que fue suficiente por hoy.

   —Pero... —respondió como niño regañado.

   —Creo que no es conveniente forzar las cosas, tal vez el salmón te cayó pesado, o sólo es un mal día, como sea, mejor nos vemos mañana chicos. Pueden retirarse si quieren, o quedarse un rato más con el cachorro, siempre que no rompan nada.

   Bodi alzó su pata, como pidiendo permiso para hablar.

   —¿Mañana a qué hora nos vemos todos, señor?

   —Ah, sobre eso, no, mañana no tocaremos juntos.

   —¿Qué? —pregunté extrañada— ¿A qué te refieres Angus?

   —Tomando en cuenta los resultados de hoy, creo que será mejor que ensaye individualmente con cada uno.

   —¿Cómo hará eso, sr. Scattergood?

   —Les daré clases particulares y a solas a cada uno mañana, cachorro.

   ¿Clases a solas con la leyenda del Rock, Angus Scattergood? ¡Qué bien!

   —Entonces, Bodi, tú vas primero, contigo es con quién debo trabajar más, te quiero mañana a primera hora... bueno no, al medio día está bien.

   —Claro señor.

   —Dime Angus.

   —A la orden señor Sca... Angus.

   —Germur, tú irás después, espero acabar con el cachorro a las tres.

   —Ahí estaré maestro. —Volvió a hacer un ademán roquero—. ¡Palabra!

   —Y tú, Darma querida, no creo tardarme con él, ¿A las cinco está bien para ti?

   —¡Sí señor Angus! Está perfecto.

   —Gracias, lo sé. Pero sólo dime Angus.

   Humilde, como cualquier rockstar.

   —Es todo, nos vemos mañana muchachos.