Capítulo 4: Más que una amiga

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¡Era Bodi! ¿Pero por qué lucía así? ¿Por qué tenía ese extraño cambio de imagen? ¿Por que su cabello se veía tan genial? ¿Y por qué rayos se veía tan diferente que no pude reconocerlo enseguida? Hace apenas unos días era el mismo mastín de siempre, con esa ropa rara y su gorro estúpido, pero en ese momento parecía un especie de galán de telenovela o casanova... ay no, creo que mi deseo se volvió realidad para hablar con él en persona pero, ¿¡qué demonios pasaba aquí!?

   —Bodi, ¿qué te pasó? —insistí sorprendida— ¿Por qué vienes vestido así? ¿O más bien, por qué estás aquí?

   —Bueno, yo —se rascó la cabeza y dejó de sonreír haciendo una mueca de vergüenza—... vine a hablar contigo.

   Esto no pintaba nada bien, estaba empezando a sentirme más incómoda de lo que debería.

   —¿Ha-hablar conmigo? ¿Y te vestiste así sólo para hablar conmigo?

   —Sí... bueno no. Lo que pasa es que... ah —suspiró—, es una larga historia...

   —Tranquilo, tengo mucho tiempo libre...

   —Errr bueno —Bodi parecía estar incómodo contándome eso—... quería hablar de algo muy importante contigo, pero no sabía cómo decírtelo, así que le pedí un consejo a mi papá; él me dijo que antes de hablar con una dama...

   —Espera, ¿qué?

   —...debía verme presentable, aunque sigo pensando que es muy exagerado... me siento algo tonto por esto.

   —Claro que eres un tonto, pero debo admitir que eres uno que se ve muy bien, ¡ugh! —me apresuré a tapar mi boca— «¡Ay no!» —me dije mentalmente—, «¿En qué diantres estaba pensando?»

   Bodi ahora me veía con cierta timidez y bochorno mientras permanecía con una pata en el bolsillo y otra en la espalda.

   —¡Es decir! Te ves muy bien para la ciudad, un poco formal para mi gusto, pero queda mucho mejor que tu típica ropa de tu aldea y tu gorro estúpido.

   —Gracias Darma... ¡Oye! Mi gorrito no es estúpido.

   —Jeje, claro que sí Bodi.

   El can hizo una mueca molesta, pero luego me sonrió divertido, es lo más cerca que he visto molesto a Bodi, siempre es demasiado relajado y positivo. El aire se tensó menos y ahora se veía un poco más calmado.

   —¡Ah! Antes de que se me olvide, ten esto.

   Bodi extendió su pata y me entregó un ramillete con unas cuantas flores rojas, blancas y rosas que me tomaron por sorpresa. Esto se estaba poniendo cada vez más y más embarazoso. ¿Por qué hacía esto Bodi? En una situación normal, hubiera rechazado esta muestra de afecto, hasta se las hubiera aventado en la cara, pero fue tan raro e inesperado que sólo alcancé a tomarlas casi obligada y con un extraño hormigueo recorriendo mi estómago.

   —Gracias, pero ¿pero qué... ? ¿Por qué me das esto Bodi? ¿Acaso tú...?

   —¡No, no, no! —agitó sus patas y negó enseguida— te las manda tu mamá, me pidió que te las entregara.

   —A bueno... ¿Qué? ¿Mi mamá? ¿Por qué —en ese momento la verdad me cayó como un balde de agua fría—...? ¿¡BODI, FUISTE A VER A MI MADRE!? —grité histérica y tan fuerte que el mastín se sobresaltó y todos los animales cerca del parque voltearon hacia nosotros.

   ¿Qué rayos le pasaba? ¿Por qué Bodi fue a ver a la loca de mi madre? ¡Pensé que él quería que sólo fuera su novia, no pedir mi mano en matrimonio! En serio, esto ya había colmado mi paciencia, ¡tenía que acabar con esto ya!

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