Capítulo 1: Todo cambia

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En un laboratorio muy lejano...

Todos los científicos están entusiasmados, ya que su nuevo experimento esta a punto de acabar; arriba, en la sala del jefe están este y el hombre más rico de la historia de la humanidad.

-¿A quién piensas dejarle el proyecto? -Ricachon.
-A un viejo amigo. -Jefe.
-¿Vas a otorgarle el honor de cuidar a un humano creado por máquinas valorado en billones de dólares? -Ricachón
-Sí. -Jefe
-¡¡Pero ese proyecto vale muchísimo!! -Ricachón, con un tono enfadado.
-"Ese proyecto" tiene un nombre. -Jefe, bastante indiferente.
-¡Tienes muchas agallas chico! -Ricachón, más relajado pero seguía con un tono enojado.
-Me da igual, sal de mi empresa. -Jefe
-¡Recuerda que tu empresa sobrevive gracias a mí! -Ricachón.
-TiTech es mundialmente conocido, así que saca tu asqueroso culo de aquí si no quieres acabar mal. -Jefe, apoyando la cara sobre una mano.
-Te arrepentirás de esto. -Ricachón.

Este cogió su maletín y salió de la penumbrosa habitación muy muy enfadado, mientras, el jefe se dió la vuelta y miraba fijamente a "ese proyecto" que a todo el mundo le llamaba la atención.

-Cuida bien de mi Hatsune... Marco -Jefe, bastante nostálgico.
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En el otro lado del mundo...

Marco está jugando su juego favorito cuando mira la hora y eran las 8:10.

-¡¡NOOOO, ME QUEDÉ JUGANDO TODA LA NOCHE!!

Este pega un salto olímpico de la silla y aprovechando que estaba en el aire se quitó el pijama (no creáis que es imposible, es experiencia de años), fue corriendo hasta el armario y e puso el uniforme de la escuela y bajo corriendo por las escaleras hasta estar en la planta baja de la casa, y allí se cogió los zapatos y la mochila y salió corriendo hasta el instituto con la mochila volando en su espalda, y una vez delante de la puerta principal se quedó plantado allí con la mayor decepción del mundo.

-No puede ser, hoy es domingo...

Marco se fue a casa cabizbajo pensando todo el rato en lo estúpido que es, pero entonces recordó unos viejos recuerdos con su familia, y una vez en casa, se cambio de ropa y se bajo a ver la televisión, hasta que alguien tocó el timbre.

-Ya voooy... -Decía Marco con toda la desgana del mundo.

Se levantó del suelo como si el cuerpo le pesara toneladas y de dirigió hacía la puerta dando pasos ligeros hasta estar delante de la puerta.

-¿Quién es? -Marco
-¿Vive aquí Marco Ion? -Hombre con una voz bastante masculina.

Marco abrió la puerta y delante de él había un hombre trajeado de 2 metros bastante similar a un agente de la CIA y detrás suya había una chica de más o menos los mismos años que él con el pelo de color azul y con dos coletas bastante largas.

-Tome, tiene esta carta de Christian. -Agente enorme.
-¿¡Cómo!? -Marco, que le quitó la carta de las manos sin importarle lo que le iba a decir aquel gigantón.

Abrió la carta como si su vida estaría en juego y la leyó con impaciencia pero detenidamente:

-"Hola Marco,
Hace mucho que no hablamos, y se que esto es muy repentino, pero me gustaría que cuidarás de ella mientras yo arreglo unos asuntos. Ah sí, procura que no le pase nada porque si no tu acabarás mal😀.
Con mucho amor(olvida eso último, es que estaba pensando en otra persona), Christian."

Marco miró por encima de la carta y se fijó más en la chica que había detrás del gigantón.

-(¿De que me sonará tanto está chica...?, me da igual, es muy linda) -Decía Marco con satisfacción dentro de si mismo.

-Bueno señor, yo ya me voy. -Decía el gigantón.

Este señor raro/estereotipado se fue y la chica y Marco se quedaron solos. Ella miró hacía atrás y estiraba los brazos acompañado por un gemido de satisfacción.

-¿Tú debes ser Marco verdad?, Christian-senpai me contó mucho de ti. -La chica, con una agradable voz. -Por cierto, yo soy Hatsune Miku, pero me puedes llamar Hatsune, o.... Miku, o.... "Diosa de la música"

Ella extendió la mano dando a entender a Marco que se la estrechará, pero este solo giró la cabeza a un lado y lanzó y un "¿eeh?"

Cuidando a Hatsune MikuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora