Oportunidades

FINAL

Al día siguiente, KyungSoo se dispuso a dejar a SoHyun en el nido. Él no había podido cerrar los párpados en el transcurso de la noche... En la negrura absoluta estaba decidiendo su futuro. Obligándose a hacerlo.

Fue la decisión más complicada que tuvo que elegir.

Se encaminó en la búsqueda de Sehun. Con él inició todo y ahora debía acabarlo. 

Cuando sus nudillos estaban por chocar contra la puerta de madera cincelada, ésta se abrió en el momento, como si hubiesen estado esperando su llegada no tan repentina.

Ambos parpadearon al notarse.

— ¿Vas a algún lado...? — preguntó en un susurro.

—Te iba a buscar — Sehun se hizo a un lado de la puerta para darle espacio—. Pasa. 

—N- no prefiero hablar por aquí. 

KyungSoo ya sabía para qué iba, no tenía que irse por las ramas y alargarlo más. Tenía que cortar lazos así se le encogiera el órgano bombeante.

Solo una oportunidad más. Por SoHyun. Únicamente por ella.

—SeHun... Ya no debemos vernos.

El alto no tuvo reacción alguna, pero Kyung presenció cuando aplastó la manija de la puerta con su mano y lanzó una exhalación profunda.

— ¿Cómo puedes decirlo tan fácil...?

—Ya lo decidí — lo interrumpió, mientras más deprisa dejará las cosas en claro, mejor — es la última oportunidad que le daré a JongIn. Lo juro.

— ¿En serio piensas que cambiará? Kyung, si lo hizo una vez, lo hará nuevamente.

—No sigas — cerraba sus oídos, le lastimaba oír aquello ya que sabía dentro si que tenía razón.

—Tú no lo amas, tienes miedo de dejarlo, eres cobarde, y te entiendo porque tal vez estos años encerrado con JongIn te caló psicológicamente, pero quiero apoyarte. KyungSoo, de verdad quiero ayudarte... No puedes seguir así.

— ¡Es mi familia! —se exaltó callándolo — ¡Tengo que recuperar a mi familia!

— ¡Carajo, tu familia nunca existió! — gritó de vuelta con su rostro enrojecido.

El de ojos grandes se quedó inmóvil, ya no sabía qué hacer o qué decir.

—Se extinguió en el momento que te faltó respeto... Cuando te fue infiel numerables veces... Cuando te levantó la mano ... KyungSoo, por favor, recapacita...

El de piel nívea nunca se había sentido tan vacío y hueco, como si fuese un cascarón sin nada valioso dentro. JongIn se había llevado todo de él, cada virtud y defecto. No obstante se obligaba a intentarlo, por su hija. Ella merecía vivir en un hogar nuclear, no en uno disfuncional. Lo miró a las cuencas y repitió:

—No vengas a buscarme —fue directo, conciso, a pesar que la nube oscura llegó mucho más cargada encima de él —No quiero problemas. Si de verdad me quieres como dices, ya no vengas, porque no te abriré la puerta.

Ya lo había dicho todo. No tenía nada que hacer ahí. Solo herirse más.

KyungSoo optó por irse, giró sobre sus talones para cruzar el pasillo alfombrado, sin embargo, Sehun lo atrajo en un abrazo inesperado. Apoyó su barbilla encima de la cabeza del castaño y enrollo sus brazos en la espalda, con miedo de olvidar esa sensación.

KyungSoo no aguantó todo lo vivido del día  y comenzó a llorar en el  pecho del otro. Odiaba verse tan débil frente a Sehun, pero si se ponía a analizar, el alto ya conocía cada una de sus facetas y siempre estuvo ahí para darle el hombro. También sollozo porque era consciente de lo que sentía por su vecino...