Ángel
Sin el menor esfuerzo por mi parte, mi cuerpo se inclinó
automáticamente hacia la mesa estirando mi mano para encender la lámpara que tenia un reloj dando a demostrar que habia pasado ya 3 horas intentando dormir. Me deje caer sobre las confortables almohadas y solo me puse a pensar en la conversación de la vecina con aquel chico de cabellos preciosos.Entre cinco o seis semanas de vida me había dicho el doctor, pasando por un sin número de síntomas que ningún ser humano desearía tener. Los herede de la familia de mi padre, él falleció días después de que naciera, en ese entonces recordaba las últimas noches en la que dormí tan comoda. Decidí levantarme para ir a caminar afuera en las calles silenciosas del barrio. No se si la vecina me seguira esta vez, eh escuchado sore ella es algo fuera de lo normal. Según eso dicho por mi madre. Le dedique una sonrisa, una sonrisa muerta porque todo de mi esta muerto, y si, aceptaría que ellos hagan su "proyecto" conmigo quiero ser util para algo por una ultima vez en mi vida. Me sente en la vereda e intente cerrar mis ojos, estaba cansada pero no lograba dormir.
-Hola ¿___Verdad?.- la mire y asentí. Ella se sentó a mi lado y se me quedo viendo por unos segundos.
-Me asustas.- mis manos temblaban debido a mi taquicardia.
-Estas sufriendo de taquicardia.- no entendía la razón de sus sonrisas y me daba mucho miedo, me levante y camine hasta el edificio sin mirarla.
-Oye, espera..- me tomo del hombro y solo pegue un brinco mientras la miraba asustada como un gato a un extraño. Ella seguía riéndose.
-¿Cual es la gracia?..- me zafe de sus manos y la mire seria
-Agradece que tu no sufres de esto.- me abrace a mi misma y sin darme cuenta, había pisado unas margaritas que crecian por las gritas del pavimento. Amaba las margaritas y pisar una de ellas era como si pisará mi propio corazón sin pena alguna.-No es ninguna gracia, solo que me emociona encontrar, al fin, una persona como tú.- bostezo.
-¿Y... yo...que ?.- me aleje unos cuantos pasos.
-¡oh vamos! no te hare daño, Soy Hanji Zoe, tu vecina - estiró su mano hacia mi.
-_...___- mire mi reloj el cual marcaba las 4:59 am, debía regresar mi padrastro despertará en un minuto para ir a trabajar. Me despedí de ella con la mano y corrí hasta la entrada a ellos no les agradaba la idea de mis "paseos nocturnos" pero lamentablemente cuando estaba a un paso de conseguir el pisar el primer escalón mi padrastro ya bajaba las escaleras.
-¿___ que haces afuera?- tono era mas de preocupación no era novedad -¿Sabes que no debes estar afuera a estas horas?- revolvio mi cabellera.
-Lo siento no lo volveré hacer.- mire a la vecina la cual se aproximaba hacia
nosotros. -Adiós Frank que te vaya muy bien.- subí las escaleras rápido y abri la puerta, las luces estaban encendidas y el olor del perfume de mamá se apoderó de mis fosas nasales. -¿Mamá a donde vas?.- me pare en el umbral de la puerta recargue mi peso en mis rodillas me dolía el pecho debido al cansancio que se manifestaba muy rápido.-Tengo que ir al otro lado de la ciudad, regresare tarde, tu padrastro se va de viaje y no especuló cuando llegaría así que por hoy, te pido ____ te cuides mucho porfavor.- me abrazo y beso mi frente dejando su pinta labios, sonreí.
-Estare bien, espero que te vaya bien a ti tambien.- Mi madre Mae trabajaba en el departamento de facturación en la empresa Shina's y mi padrastro era Trarilero. Pasaria todo el dia sola aburrida, no tenia amigos, tampoco estudiaba ¿porque?, mi falta de concentración y digamos el leve Alzheimer que cargaba conmigo.
Mi adolescencia consta entre el insomnio, la soledad, la desesperación. Moriré, lo tengo claro como los dolores de cabeza que nunca desaparecían, estaba sentada mirando al techo con mis ojos cansados, era Sábado y no tenia nada que hacer, el depa estaba limpio, mi habitacion igual, todo esta bien menos yo.
Me levante y decidí ir por mis llaves y salir, tope con la vecina loca que vivía a mi lado, me sonrio y le devolví la sonrisa.
-¡Que tal ____.!- se acerco a mi con tal energía envidiable.
-Hola.- comente con mi voz cansada.
-¿Estas sola verdad?.- me arrepiento de no sacar mi navaja. No respondí y baje las escaleras con pesadez.
-Se que no confías en mí, lo comprendo, pero podriamos intentar un lazo de amistad, ya sabes, Tú, Levi y Yo, me gustaría alegrarte un poco.- golpeo levemente mi hombro y la mire confusa.
-¿Quién es Levi?-
Había caminado con Hanji durante una hora sobre esta colina, estaba cansada muy cansada que en repentinas ocaciones caía de rodillas al suelo y el pecho me dolía como si me fuera a dar un infarto, ciertas veces Hanji me cargaba en su espalda como si fuera su mochila pera divertido pero mi peso era mucho para su contextura delgada.
-por..fa..vor.. ¿ya?.- dije entre jadeos, queria bajarme sabía que estaba torturando la espalda de Hanji y el sol no era un buen acompañante ahora en esta situación.
-si..uff.- respiró hondo -Aquí vive un duende.- toco el timbre repetidas veces que incluso a mi me empezaba a molestar. La puerta se abrio y una señora de unos treinta años mas o menos, nos recibio con una sonrisa encantatadora.
-Oh Hanji querida, que grata visita.- la abrazo eh incluso la levantó del suelo.
-¿Esta Levi?- dijo entre los brazos de la señora de tez palida.
Me senté en las escaleras principales con las manos sobre mi rostro, No se quien sera Levi y no se porque vine aquí, pero que mas daba era esto o estar muriendo de aburrimiento.
-¿Porque no entraron?.- una voz gruesa me hizo resucitar, mire en dirección de aquella melodía cautivadora, mis ojos se abrieron un poco y me sonroje al verlo. Era el chico de la cafetería, bueno mejor dicho, era Levi, el ángel de la cafetería. Estaba consciente del ásco que le causaría así que me levante para ir de regreso al depa, anque mis pasos fueron detenidos cuando me cargaron al estilo princesa y me colocaba, Hanji, frente a Levi.
-Solo queremos compartir contigo, sabemos lo que tienes.- los mire, era la primera vez que alguien me decia esto, no aguante y solo deje mis lagrimas caer, era felicidad y a su vez Tristeza soy la clara imperfección de la humanidad.
-Seguro ya sabes mi nombre, espero y nos llevemos bien.- me abrazo por los hombros y me miro, creo que intentaba hacer una sonrisa pero fue tan complicado para él, supongo, que solo alzó su pulgar derecho.
Reí, y desvíe mis manos a los bolsillos de mi sudadera, creo que tendré que hacer un libro en el que explique la forma de como pude sentir tan cerca al ser mas precioso que mis ojos han visto, mucho mejor que el cliché del chico que ves en el centro comercial. Era atractivo por derecho propio; cabellos azabache, ojos azules grisaceos cubiertos por ojeras leves, piel palida inmaculada, atractivo si, pero hay que ver mas allá del físico.
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Morir Entre Tus Brazos
FanfictionDespués de todo, en mi laberinto de nostalgia y noches de insomnio, sigues siendo lo que más amo. Levi Ackerman x Reader [FINALIZADA]