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Nanaba

Lamentablemente no desperté en la habitación de Levi, y le prometí que no me iría, pero recordar que mi madre había amanecido sola me preocupo mucho y le agradecí tanto a la señora Kuchel el haberme traído hasta aca. Abrí la puerta y la mire con su uniforme de trabajo puesto, cruzada de piernas leyendo unos papeles con lagrimas en los ojos, ella me miro lloro aun más pero había enojo en su mirada se levanto y se acerco a mi, yo solo sentí el impacto de mi cuerpo contra el suelo acompañado con un ardor en mi mejilla derecha.

-Donde estabas.- no respondí y tampoco lo haría. -¡Contestame!.- con sus tacones de punta proporcionó un golpe en mi muslo, queria gritar pero solo aguante. Aún no comprendia el porque de su maltrato hacía mi pense que eramos las dos ahora que nos apollarimos la una a la otra y que ibamos a disfrutar de los mejores momentos de mi corta vida, pero no es así y porque mentir.

Me incorporé no sin antes tomar la hoja que cayó de la mesa fuí a mi habitación y cerré la puerta con seguro, me dolía el pecho y sentía que me ahogaba, estaba mareada y rota.

-Tienes prohibido salir- entonces comprendí la razón de su llanto no había más dinero, por mí culpa.

-si...- susurre y la escuche marcharse. Las piernas pudieron con mi peso y volvi a caer a el suelo, temblaba y temblaba, un miedo perturbador se apoderó de mi mente, todo era tan distorsionado y escuchaba murmullos por toda mi habitación me golpee, tantas veces que perdí la cuenta... pero eso aun así empeoraba mi situación. Mis gritos eran silenciado por mis lagrimas, yo no podía con esto... no queria irme ahora, no ahora porfavor. Nunca en mi vida había suplicado tanto de rodillas.

Levi

Hanji me había llamado con urgencia, era tanto su tono preocupante que volé, literalmente, hasta llegar al edificio. Entre y una vez arriba toque a su puerta, pero respondía; escuche el chillido de unos tenis en el silencio del pasillo y ahí la vi con su enmarañado cabello y con desesperacion buscando, a no se quien.

-¡Levi, es ___!.- senti como todo se venía abajo. -Necesita ayuda esta encerrada.- solo corrí tras sus pasos. Escuche a lo lejos el golpeteo sobre la madera y pare frente a su puerta.

-Hanji... estas ahí.- su voz era tan débil, estaba mal muy mal.

-Si lo estamos.-

-Mocosa apartate de la puerta.- escuche un "ya" de su parte y de una brutal patada hice que la puerta se despegará del marco.

-Levi... me van a matar- resiste, no se como lo hacía para estar riendo en este tipo de situaciones.

La tome de los hombros y queria besarla o juro como las otras demás cosas por las que eh jurado, es tan hermosa a su manera y eso me encantaba y obvio tambien estaba tú sonrisa, la mas perfecta creada, era como la luna en mis noches solitarias.

-Vamos levantate.- me miró apenada.

-Ese es el problema. No siento mis piernas.-

(____)

Odiaba los hospitales, en serio los detestaba, cuando llegué aquí me atendieron lo mas pronto posible, estaba en una camilla siendo pinchada como mas de 12 veces. Intente llamar a mi madre varias veces y no recibia señales de vida alguna, de todo esto era lo que mas terrible me ponía. Nunca pensé que mi propia madre haría esto, nunca lo imaginé y tampoco se lo desearía a nadie.

-oye mocosa.- en serio Levi era tan único.

-y Hanji..- él se acerco hasta quedar a mi lado.

-Fue a buscar a tu madre.- suspiro -¿Te duele?- negué.

-No...- intente reprimir mis lagrimas y empeñe en sacar una buena sonrisa.

-¿Cómo puedes sonreir estando así?.-

-Ni si quiera lo hago por que este feliz, no tienes idea de las ganas de llorar que tengo... pero no lo hago por que no quiera si no por que estoy harta de ser la débil y la "pobrecita"- sorbi mis mocos.

-Hazlo, te sentirás mejor.- mordí mi labio inferior, tenia toda la boca llena de razón, pero no lo iba hacer, yo soy mas fuerte que esto. Su tacto áspero me recorrio la muñeca y con cierta timidez me tomo la mano, no necesitaba morir para tocar el cielo, si el cielo ya estaba en toda su anatomía. Un Latido acelerado; nuestros dedos estaban entrelazados con mucha presion y saco mis conclusiones de todo lo que hasta ahora eh pasado con Levi, no era amor pienso yo, era atraccion física era solo eso, no puedo enamorarme de una persona de la noche a la mañana peor aun si estoy a pasos de tomar la mano de la muerte, mis sentimientos hacía Levi iban mas  allá de una amistad... pero ¿Y si no estoy en lo correcto? solo me queda callar, observar y esperar a mi llamado.

-Buenas noches señorita Zacharia,  Soy la doctora Nanaba del departamento de Neurología, un gusto conocernos hermosa.-

-Un gusto..- respire pesadamente e hice una seña a Levi de que se vaya el cual capto y obedeció.  

-___ heredaste la enfermedad de tú padre verdad.- asentí -creo que has de saber las consecuencias del Insomnio Familiar Fatal según mis exámenes... lamento decirte que tus posibilidades de volver a caminar son nulas.-

-Ya veo...-

-Tu padre era Mike verdad.- asentí y ella con tristeza me miro como si le hubiese dolido.

-Fuimos compañeros de trabajo muy buenos a decir verdad, tú padre era un bueno hombre... algo raro jaja pero lo era en todo el sentido de la palabra.- suspiro

-Usted lo amó...-

-Si, hasta que me entere de que se caso y te tuvieron a ti, eras una pelota muy hermosa y ahora mirate... estas enorme.-

-Pero no hermosa.- rei

-Tienes la misma sonrisa, antes de fallecer le había contado la noticia de que tú pasarías por lo mismo y recuerdo lo duro que fue para él tomarlo con calma, incluso tuve problemas con tú mamá por que yo solia cuidar mucho de ti y visitarte y los celos de ella me alejaron de ti...-

-A los pocos meses, mi madre consiguió un nuevo novio y si cuidaba de mi, pero al parecer se canso de gastar dinero en consultas médicas y nos abandono mi mamá empezó a beber y no para hasta ahora, de seguro cuando llegué a casa en la mañana, estará ebria...-

-____... a Mike no le gustaría eso, yo le prometi cuidar de ti no voy permitirte que pases eso...-

-Si escapo no sabré a donde ir-

-¡Conmigo, ven...!- el silencio gobernó en el lugar, me cubri más con la sabana y empecé a temblar, tenia miedo, le tengo miedo...

-Tú, maldita- mi madre había ingresado a la habitacion.

Morir Entre Tus Brazos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora