¿Por Que Temerle A Un Autobus?

*La Caceria

No podía permitirlo, el miedo recorría cada centímetro de cuerpo, me quede sin lagrimas de tanto llorar, seguía en el suelo, abrazándolo pensando que resucitaría si lo tenia cerca de mi, aunque lo conociera de hace horas me daba miedo soltarlo por que con el se murió la esperanza de salir vivos de allí, me intentaron alejar de el pero me resistí. Por fin me decidí al soltarlo, al hacer ese movimiento mi esperanza, mi alma y mis ganas de salir de allí desaparecieron , me senté en un rincón a mirar la nada, cuando Victor se agacho en frente mía.
- Tenemos que salir de aquí.- me dijo.
Yo seguía sin mirarle, así que continuo hablando.
- Voy a salir ahí fuera, y a hacerle cara, los moustrous no existen, es una persona que no tiene súper poderes, no es inmortal.
Le mire y con una voz muy apagada le dije.
-Si sales, sera lo último que hagas- no había tristeza ni desafío en mi voz, simplemente tenía una voz muerta.
Sin hacerme caso se levanto y camino hacía la puerta, pero Melinda se puso delante suya.
-Estas loco que quieres conseguir con eso, ya has visto lo que hace mata sin piedad a lo lejos, por muy mortal que tu digas que sea tiene una escopeta y ya sabemos que no tiene miedo de utilizar la.
-Mira, si queremos salir de aquí tenemos que enfrentarnos a esa cosa. Además quiero venganza, ya as visto como Lucía se quedo en el suelo llorando, viste como
Cloe se quedo allí en el bosque abrazando a su marido que ahora esta muerto, no voy a permitir que acabemos también nosotros muertos.
Quito de su camino a Melinda sin brusquedad, todos los que estábamos vivos en aquel autobús sabíamos que no volvería, hasta Maicol que abrazaba a su padre muerto en el suelo sabía que no volvería a verlo vivo, este había llorado tanto, aunque no fuera consciente del todo de lo que pasaba. Melinda se rindió y se sentó en unos asientos agotada, hasta que empezó a llorar. Mientras Cloe cogía en brazos al hijo de Melinda lloraba desde horas, todas sabíamos que no sobreviviría mucho más, ya que nació prematuro, fue un milagro que naciera vivo.
Minutos después escuchamos un disparo. Sonreí tristemente, mientras Cloe y Melinda lloraban. Estábamos muertas, todas incluso los niños, todos, no tendría piedad.