Capítulo 7 Reflexiones Dolorosas ꪜ

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Un profundo y doloroso silencio inundaba el santuario, el cielo lleno de grandes nubarrones que anunciaban miserias y dolor, en el campo raso se podían ver doce armaduras doradas manchadas de sangre, los caballeros se ofrecieron en enterrar y darles una sepultura a las personas fallecidas a manos del enemigo, definitivamente sufrieron un cruel destino que se llevó muchos amigos que por proteger el mundo pagaron con sus vidas, al menos ese era el pensamiento de todos en el santuario, excepto por alguien que se reprimía y sollozaba en su habitación.

— Todo es mi culpa... —susurró con la mirada baja— ¡me dejé engañar y no me percate de su trampa! —sollozó Elizabeth, mientras las lágrimas recorrían sus mejillas hasta perderse en la almohada que abrazaba fuertemente.

— Elizabeth, por favor ábreme, no has comido en dos días —le pidió el caballero de virgo, mientras daba unos ligeros golpes en la puerta en vano.

— ¡Por favor, váyase! ¡quiero estar sola! —exclamó, mientras rompía en llanto nuevamente- ¡todo fue mi culpa!

— ¡Por favor Elizabeth abre! —pidió esta vez Evelyn— Todos estamos preocupados, no solo tu perdiste algo importante... yo también... ¡todas perdimos alguien importante! —exclamó sintiendo impotencia, más sintió que la puerta se abría bruscamente.

— ¡Si, lo sé! —soltó Elizabeth encarando a su compañera— ¡sé que todas perdieron algo importante!pero ustedes no sabían que sucedería o ¿sí? —inquirió con sarcasmo— ¡yo si lo sabía! Pero no podía despertar, no pude detenerlo, me dejé engañar! —gritó hasta dejarse caer de rodillas con su rostros lleno de lágrimas— lo siento...

— Elizabeth... —susurró Evelyn sin saber como consolar a su compañera— lo siento, no fue mi intención... —susurró, mientras se arrodillaba y le abrazaba en un intento de calmarla.

— Elizabeth, no deberías echarte la culpa de esa manera —soltó Shaka con sinceridad— el enemigo sabía que estabas débil y por eso aprovecho para engañarte de esa forma —añadió— no solo eso, sino que rompiste esa magia antigua por ti misma, algo que estoy seguro ellos no esperaban.

— ¿Qué quieres decir? —cuestionó confundida.

— Lo que quiero decir es que el enemigo planeaba que tú te quedaras sumida en la oscuridad, pero fue al contrario y despertaste —le aclaró con tranquilidad— aunque no pudiste cambiar lo que sucedió, al menos no te perdimos a ti, de lo contrario el sello también se hubiera debilitado —finalizó secándole algunas lágrimas que escapan de sus ojos.

— Shaka... —susurró más tranquila.

En el gran salón del Patriarca todos los caballeros juntos a su protegida se encontraban reunidos a espera de las indicaciones de Athena sobre la situación actual, en especial por el inquietante comportamiento de la sacerdotisa del templo Ninna-ji, Elizabeth quien seguía rehusándose en asistir a las reuniones.

— La situación es crítica —habló Saori sin dejar de caminar de un lado a otro— si esto sigue así, deberé encontrar la forma de esconderlas y que no corran peligro —añadió ya analizando la idea.

— Al parecer su plan era matar a la señorita Elizabeth, durante un sueño —soltó Shion sirviéndole una taza de té.

— Si, una forma bastante cobarde y sucia —respondió bastante molesta al recordar el asunto

— Debemos ver por el estado mental de Elizabeth —pidió Rin— ella es muy importante y primordial para nosotros, por no añadir que es la protectora del último sello.

— Concuerdo con la señorita Rin, debemos estar pendientes de ella —habló Mü.

— Pero, eso no es cosa fácil, Athena —soltó Milo en dirección a su diosa— ¡esa joven solo ha estado encerrada en su habitación sin salir! ¿qué ayuda nos puede proporcionar? —inquirió Milo exasperado por la situación

𝙎𝙖𝙞𝙣𝙩 𝙎𝙚𝙞𝙮𝙖 - 𝙎𝙖𝙘𝙧𝙞𝙛𝙞𝙘𝙞𝙤 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora