Capítulo 4 Un Enemigo en las Sombras ꪜ

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Todos en la sala se habían quedado sin palabras al observar al supuesto joven que había provocado la explosión, puesto que había causado serios daños en el recinto principal, pero lo importante es que las jóvenes sacerdotisas se encontraban seguras, a excepción de Elizabeth que aún se encontraba inconsciente en los brazos de Shaka.

— ¿Quién eres que osas entrar en mi santuario? —preguntó Athena.

— ¡Vaya! —suspiró el joven— no puedo creer que no me recuerdes, Athena... —soltó aquel nombre cargado de odio y rencor— bueno quizás sea porque mi apariencia ha cambiado con el paso de los años, soy Shou... ¿qué tal? ¿recordaste?

— ¿Shou...? ¡Tú eres...! —soltó sin poder creerlo— ¡el guardián de Medusa! su más fiel sirviente... —añadió con desconfianza.

— ¡Que bueno que me recuerdes! —respondió con una sonrisa de lado— pero, ese no es el motivo de mi visita —negó.

— Entonces ¿por qué has venido? —inquirió

— Vengo... ¡por tu cabeza Athena! —soltó, mientras se abalanzaba hacia la diosa y concentraba su poder para matarla, más no pudo hacerlo— ¡tks, maldito! —masculló al tener retenida su mano por el caballero de Libra.

— No permitiré que lastimes a la diosa Athena, y no me trates de maldito —añadió ejerciendo presión— soy Dohko de Libra, y será mejor que cuides tus palabras, Shou —declaró soltándole bruscamente.

— ¡Dohko, cuanto tiempo! —escupió con sarcasmo una vez se hallara lejos de él.

— No el suficiente como para olvidarte —añadió Dohko con una sonrisa de lado.

— Basta, Dohko —pidió Athena— dime la verdadera razón por la que viniste a este lugar, Shou —exigió haciendo uso de su poder para inmovilizarlo— ¿Cuál es tu objetivo?

— ¡Ja! —bufó divertido— por algo eres llamada "la diosa de la sabiduría" —se burló, más pronto su mirada se dirigió a otro objetivo— seré sincero... vengo por las jóvenes que tienes en tu poder.

— ¡Jamás! —soltó Milo ocultando a Jenn detrás de él— ¡No les vas a tocar un solo cabello!

— Vete Shou, ellas no te pertenecen —respondió liberándole— hazlo antes que les ordene a mis caballeros eliminarte —añadió.

— No es como si pudieras llevarnos tan fácilmente —soltó Kari creando una barrera protectora.

— Te recomiendo que no nos enfrentes —se unió Ainhoa— de lo contrario, te haré ver tus peores temores hasta que no puedas diferenciar la realidad de una ilusión —añadió con una sonrisa.

— Evelyn, por favor encárgate de Elizabeth —pidió la diosa, mientras la joven se acercaba a Shaka.

— ¿Puedes ayudarla? —inquirió Shaka.

— Si, no te preocupes –respondió Evelyn con una sonrisa.

— Eres una persona con un alma muy sucia —soltó Ainhoa al ver los colores que Shou desprendía.

— Hum, control del aura... —masculló— una habilidad realmente interesante.

— Deberías marcharte, Shou —le permitió por última vez Athena— de lo contrario solo te esperará una muerte segura.

— Volveré —prometió, mientras desaparecía en un nube de oscuridad.

— Hum, por ahora se ha marchado —suspiró Athena al ver el desastre.

— Esto es malo —susurró Evelyn

— ¿Qué sucede? —inquirió Rin al verla pálida

— Elizabeth, aún no reacciona —negó sin comprenderlo— con mi poder, ya debería haberlo hecho.

— Tal vez tuvo una impresión muy fuerte y se debilitó —añadió Ainhoa sin importancia

— Tiene algo de fiebre —dijo Shaka al comparar su temperatura con la de la joven.

— ¿Debería ponerle hielo? —ofreció Camus, mientras se acercaba.

— ¡¿Estás loco?! —le detuvo, Milo— ¡la vas a congelar! Mejor no lo hagas —añadió.

— Por un lado es cierto, no debemos arriesgarnos... —se le unió Arley al ver los pequeños copos que escapaban de la palma del Acuariano

— Por ahora, es mejor que se retiren a sus templos —declaró Shion.

— ¡Si, por favor! —exclamó Kari— porque en serio, estoy agotada...

— Yo también, tengo mucho sueño... —se le unió Hiruda intentando controlar un bostezo involuntario

— Quiero darme un baño —declaró Arley.

— Entonces, pueden retirarse —indicó Athena— vayan y descansen.

— ¡Si! ¡Buenas noches, Saori! —Soltó Arley antes de salir corriendo detrás del caballero de Aries.

— Buenas noches, Athena —se despidió Rin llevándose a Aioros

— Buena suerte, compañero —susurró Milo

— ¿Podemos irnos? —inquirió Jenn a su lado sorprendiéndolo.

— Si, claro —respondió con una sonrisa de lado, más la joven solo se limitó en rodear los ojos sin importancia.

De esta manera cada una de las jóvenes junto a su caballero se dirigiendo a su respectivo templo para poder reponer energías, una vez allí los caballeros les dieron privacidad para que pudieran asearse, les dieron su habitación y se marcharon a hacer su respectiva guardia, pues no podían descuidarse. Athena ya en sus aposentos seguía sin comprender como "Shou" había invadido tan fácilmente su templo.

— Ella ha despertado... —susurró observando la gran luna llena que se filtraba a través de la ventana, junto a aquellas palabras oscuras que se repetían una y otra vez sin descanso.

Te prometí que regresaría...



Cuarto capítulo revisado y corregido, hubo un ligero cambio y fue el nombre del personaje masculino y sirviente de Medusa uwu

Att: Andysakurai15 

𝙎𝙖𝙞𝙣𝙩 𝙎𝙚𝙞𝙮𝙖 - 𝙎𝙖𝙘𝙧𝙞𝙛𝙞𝙘𝙞𝙤 𝙙𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora