De la amistad al odio: Resaca

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La boda en general, fue todo un acontecimiento. Yuuri volvió a emborracharse, y aunque subió a bailar a una mesa, no hizo mucho espectáculo, pues para cuando comenzó a desabrocharse la camisa, Víctor lo llevó al baño y desaparecieron misteriosamente el resto de la noche.

Chris se puso a bailar alrededor de una mesa y pronto su novio se unió -o mejor dicho, fue arrastrado a la mesa.

Aprovechando el ruido, la conmoción, el montón de gente y que Otabek, literalmente la única persona que podría ponerle un freno (ya que Yakov lloraba y Lilia dormía en una mesa) estaba muy concentrado en el chico que lo besó (y que bailaba a su lado t se movía como una anguila, para ser sinceros), Yurio logró robarse un par de botellas. Vació una él solo y por supuesto, como buen ruso no le afectó... del todo. Solo lo suficiente para marearlo y hacerlo hacer cosas que en sobriedad no habría hecho.

Una de ellas fue rayar la calva de Yakov -no que sobrio NO lo hubiese hecho, pero luego de rayarla la "pulió" y la besó. A Lilia, quien roncaba, le soltó el cabello y lo acomodó a forma de barba sobre su rostro filoso (eso si nunca lo habría hecho).

Y finalmente... La "botella". La botella, juego en el que todos los patinadores presentes, excepto Otabek, participaron. Todos estaban ansiosos y reían a carcajadas con las ocurrencias de cada reto. Y cuando le tocó a Phichit retar a Yurio, todos parecieron contener el aliento.

Muchas cosas pasaron esa noche, y lo que no recordaban unos, los sobrios, las fotografías y los pocos fragmentos de los ebrios que no se embriagaron como Yuri Plisetzky, lo hacían.

Esa fatal mañana Yurio despertó solo para encontrarse con algo brillante que quemó sus ojos al punto de hacerlo gritar. Se tapó el rostro, rodó por la cama y se cubrió con la manta.

Sin embargo, tanto el dolor en sus ojos como el dolor punzante en su cabeza desaparecieron unos segundos cuando sintió un cuerpo a su lado. Y a juzgar por lo duro, supo que definitivamente no era una mujer.

Movió una mano y palpó lo que había delante suyo (no se atrevió a abrir los ojos) y justo como había temido, era un pecho masculino.

Comenzaba a entrar en pánico, y eso solo aumentó al darse cuenta de que ese pecho estaba desnudo. Y no solo eso, movió las piernas y notó que no traía pantalones -afortunadamente sí traía ropa interior pero... ¡ÉL NO USABA BOXERS TAN PEQUEÑOS Y AJUSTADOS! SANTA MIERDA ¡¿QUÉ PASÓ?!

Tomando valor, lanzó la cobija a un lado... y gritó. Gritó con todas sus fuerzas, tanto que el otro hombre despertó gritando y cayó de la cama.

-¡¿YAKOV QUÉ MIERDA?!

-¡YURIO! ¡¿QUÉ HACES AQUÍ?! -el pobre hombre prácticamente se arrastró de regreso a la cama, tenía la nariz roja, todavía con rastros de marcador en la calva y afortunadamente, aunque no traía camisa, traía ropa interior y pantalón de pijama.

- ¡NO LO SÉ! ¡VIEJO PERVERTIDO, TÚ DIME! -al rubio le punzó la cabeza con esos gritos, pero no podía evitarlo, en verdad no, y al enderezarse notó que traía una camisa negra y cerrada solo con un par de botones. Jaló una sábana y la usó para cubrirse el pecho y las piernas. Sí, tal vez fue un gesto muy femenino pero si se tomaba en cuenta que estaba semi desnudo, en la habitación, en la cama, de un viejo también semi desnudo, sin tener la menor idea de cómo había llegado ahí... Sí, cualquiera hubiera reaccionado igual.

- Yo no lo sé, calla y ve a vestirte -a Yakov le dolía la cabeza y sinceramente solo deseaba morir en esos momentos, así que volvo a echarse en la cama. Yurio ahogó unos chillidos agudos en su garganta en nombre de salir corriendo de ahí.

Salió con la sábana amarrada a la cintura, y casi tropieza un par de veces. Si mal no recordaba, la habitacion de Yakov estaba un piso arriba de su habitación, así que solo tenía que llegar al ascensor-

¿Qué les ven a los hombres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora