De la amistad al odio: Hombres.

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N/A: perdón si les parece un poco corto. Me di cuenta de que estaba mezclando dos capítulos y tuve que editarlo un poco uwu.

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Después del incidente de la boda, Yurio había enviado todas sus cosas a la tintorería, tres veces seguidas. Solo por si las dudas.

Su vida había continuado tal y como lo era antes: entrenando duro con Yakov y Lilia, el Cerdo y el Calvo sin decidir nada sobre su boda, llamando a su abuelo cada viernes antes de hacer videollamadas con Otabek. Nada cambió ¿por qué debería hacerlo?

Una tarde en el comedor, mientras devoraba algo de asado y los tórtolos estaban del otro lado revisando varias revistas de boda, recibió un mensaje en su celular. Le extrañó ya que normalmente era Otabek quien le enviaba mensajes, pero no a tales horas porque, igual que él, aun practicaba.

El rostro le cambió un poco al ver el nombre: Yuko.

Lo abrió y en un inglés muy confuso, Yuko le dijo que aunque Hasetsu había subido su nivel de turismo, desde que Yuuri se había marchado la pista de patinaje ya no tenía muchos clientes, y aunque no lo quería admitir a sus hijas, había peligro de que la pista cerrara. Al parecer el mensaje también le llegó a Yuuri, quien se levantó de inmediato casi tumbando mesas y salió corriendo con el celular pegado a la oreja. Por supuesto Víctor salió detrás de él.

Yurio volvió a mirar el mensaje. Siendo honesto, Hasetsu no significaba nada para él, solo era el lugar donde vio sus esperanzas de ser entrenado por Víctor destruidas, y donde fue derrotado patéticamente por el Cerdo...

... Cosa que le permitió ser más centrado en su entrenamiento, tomárselo más en serio y le permitió ganar su medalla de oro, aparte que el onsen era delicioso, sin hablar de la comida, y que después de la casa de su abuelo, el hotel de la familia del Cerdo se sentía como hogar, sin mencionar esas tres niñas que lo habían reverenciado como la maravilla que es...

Gruñó, pero sabía muy bien lo que había qué hacer, así que envió una sola línea de respuesta a Yuko.

Entonces hay que darle algo de publicidad.

*****

- ¿Una exhibición? -dijo Otabek durante su videollamada semanal.

- Sí -Yurio bufó por tercera vez- eso propuse.

Esa noche su amigo estaba muy distraído, lo cual tratándose de Otabek y de que él siempre estaba al pendiente de todo, era raro.

- ¿Y qué dijo Katsuki?

- Se emocionó mucho y comenzó a llamar a los demás. El Viejo intentó abrazarme.

- ¿Yakov?

- ¡VÍCTOR, HIJO DE PUTA!

Por supuesto que no pudo tener un secreto oculto a la única persona con la suficiente paciencia para escucharlo echar mierda sobre otras personas, así que le contó lo de Yakov. Nunca había visto a Otabek reír así. En realidad, nunca había visto a una persona reírse de esa forma: Otabek se había puesto completamente rojo, se quedo sin aliento, incluso llego un punto que parecía una clase de foca que manoteaba, lagrimeaba y reía en silencio. Le tomo a Otabek, literalmente, 15 minutos poder recomponerse, otros 15 en poder tomar el aliento y 2 semanas el dejar de reír de esa forma cada que lo mencionaban. Sin embargo, Yurio no veía un final para que dejara de hacer bromas.

Siendo sincero tal vez nunca terminaría.

Deseaba tener a Otabek enfrente para borrarle de la cara esa jodida sonrisita de triunfo al verlo rabiar.

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⏰ Última actualización: Aug 26, 2017 ⏰

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