Una Oportunidad Más. (Fanfic-Miracoulus Ladybug)

Volpina Vs ...

Alya

-...y entonces va Nino y me dice... Marinette. ¿Me estás escuchando?

-¿Ehh?

No. Era evidente que no lo estaba haciendo. Habíamos ido a su casa después del colegio para que yo le pudiese contar lo de Nino, pero estaba como alelada desde el recreo. Ya me estaba hartando.

-¡Marinette! ¿¡Se puede saber que rayos te pasa!?

Pareció despertar como de un sueño.

-Ay, Alya, lo siento. ¿Que me estabas diciendo?- Intentó sonreir, pero yo era capaz de ver que se sentía culpable por no escucharme.

Mi corazón se ablandó. Me senté a su lado.

-¿Que te ha pasado para que estés así, Marinette?

Ella cerró los ojos y suspiró.

-No se por donde empezar.

Y me contó toda la conversación con Agreste. A cada palabra yo flipaba un poco más. ¡Que egoísta había sido! Lo de Marinette era mucho más fuerte y yo me había olvidado completamente! La escuche atónita hasta el final, y luego la abracé.

-¿Amiga, como te sientes? -Le pregunté. -Estas... ¿feliz?

-Si. - Susurró. -Demasiado en shock. Por una parte estoy feliz, pero por otra... yo no puedo competir con Ladybug. -Dijo triste.

Pobre Marinette. Entendía a Adrian, yo también admiraba a Ladybug. Pero sentía toda esta situación.

-¿Y tu que tal con Nino? -Me preguntó sonriente.

-Me ha pedido salir -Resumí.

-¿¡Que!? -Gritó.

-¿No has escuchado nada de lo que te he dicho? -Me llevo la mano a la frente.

-¿Lo siento? -Me sonríe nerviosa.

-Bien Te lo contaré todo otra vez.

Más tarde

Adrian

-Eres tonto. -Dijo el pequeño kwami.

-¿Perdón? -Dije sorprendido.

-Le has dicho a esa chica que podrías llegar a salir con ella. -Protesto la criatura negra. -¿No amabas tantísimo a Ladybug?

-Si. -Asentí sonriendo.

-Pues entonces estas engañando a Marinette. -Sentenció.

-¿Sabes lo que es una relación abierta, Plagg?

A Plagg se le iluminó la cara.

-¿Planeas salir con las dos? -Puso una media ronrisa de satisfacción. -Te he enseñado bien, chico.

Cloe
(Sí, ella también va a tener importancia en esta historia)

Caminaba en círculos por mi habitación, pensativa. Pocas cosas me hacían reflexionar tanto sobre mi misma como lo hacía la compañía de Lila. Ella era irritante, odiosa y encima manipuladora. Media clase la adoraba, y claro, la otra media era amable con ella. Incluso Sabrina la saludaba por las mañanas disimuladamente. Además Lila mentía más que hablaba. Era obvio para mi por ejemplo que ella no había hablado con Spielberg, porque yo sí lo conocía y le había preguntado sobre aquello. Y aún así todo el mundo la quería, más que a mi.